Pie Derecho

Boluarte y un teflón que le juega en contra

“El tema de los muertos la seguirá lacerando mientras no sepa responder a ello. El asunto equívoco de haber sido ella y el Congreso los responsables de la salida de Castillo del poder, la seguirá taponeando mientras no haga una campaña ad hoc para demostrar lo contrario”

Según Datum, un 82% de ciudadanos considera que Dina Boluarte no está liderando los esfuerzos contra los desastres naturales y apenas un 13% considera que sí. Contrasta notablemente con la misma pregunta, formulada en el 2017, cuando el 51% consideraba que Pedro Pablo Kuczynski sí lideraba el tema y un 42% que no.

Claro, influye el distinto grado de aprobación que ambos mandatarios tenían y ello incide en la respuesta que se dé frente a cualquier circunstancia. Boluarte sufre en estos momentos de un teflón negativo. Nada de lo que haga o deje de hacer le produce rentas políticas. Todo parece salirle mal.

La situación que enfrenta una presidenta con una alta desaprobación puede ser desafiante y frustrante. Sin embargo, no todo está perdido. En momentos como estos, es importante recordar que la política es una tarea compleja y que cualquier acción que se emprenda debe ser evaluada en términos de sus consecuencias a largo plazo.

Una presidenta en esta situación debe actuar con prudencia y responsabilidad, tomando medidas concretas para abordar los problemas que han llevado a la desaprobación y buscando recuperar la confianza del pueblo. En lugar de centrarse en la popularidad a corto plazo, la presidenta debe enfocarse en la construcción de una base sólida para su liderazgo, basada en la transparencia, la honestidad y el compromiso con los valores democráticos. Ello se torna imperativo si se toma en cuenta que su horizonte de gobernabilidad ya no es el 2023 o el 2024, sino, aparentemente, el 2026.

Para lograr esto, Boluarte debe trabajar en la identificación de los problemas específicos que han generado la desaprobación y buscar soluciones efectivas. Además, debe involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones y demostrar una verdadera voluntad de escuchar y responder a sus preocupaciones. El tema de los muertos la seguirá lacerando mientras no sepa responder a ello. El asunto equívoco de haber sido ella y el Congreso los responsables de la salida de Castillo del poder, la seguirá taponeando mientras no haga una campaña ad hoc para demostrar lo contrario.

Es importante que la presidenta sea auténtica y transparente en su comunicación, evitando la manipulación o la falsedad. Debe reconocer los errores que se hayan cometido y demostrar una verdadera voluntad de enmendarlos. Al mismo tiempo, debe ser firme en la defensa de sus principios y objetivos, sin ceder a las presiones políticas o populares. Tarea complicada, pero no imposible.

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