Pie Derecho

El gobierno se dispara a los pies

“El Perú político ha salido de cuidados intensivos con la caída del nefasto gobierno de Castillo, pero aún se halla en cuidados intermedios y requiere seguimiento y desvelo. Lo mínimo que se esperaría, en tales circunstancias, es que el paciente -léase, el gobierno- contribuya a su mejoría y no atente contra ella”

Primero fue la bendita reunión del viceministro de Interculturalidad con el grupo protofascista La Resistencia, que terminó ocasionando su salida del gobierno, y ahora es la designación como presidenta de EsSalud de la cuestionadísima exministra de Salud, Rosa Gutiérrez, quien salió del gabinete por su pésimo manejo de la epidemia del dengue.

A pocos días de la mentada Tercera Toma de Lima, el gobierno hace méritos propios para que un sector de la población, más moderado, que de repente iba a espectar desde sus domicilios la protesta, empiece a evaluar sumarse a la misma, indignado por la indolencia gubernativa para manejar los asuntos públicos.

Lo más probable, dada la conflictividad al interior de los grupos convocantes, el exagerado pliego de demandas acordado en la convocatoria y la ausencia de los jóvenes de la misma, es que la marcha no sea lo multitudinaria que algunos esperan y que, si el régimen no comete la barbaridad de reaccionar represivamente como en diciembre y enero, la misma no genere el impacto político buscado.

Pero no deja de llamar la atención la torpeza del gobierno. Ya sabemos que es un gobierno mediocre, carente de equipos tecnocráticos y políticos (la mejor muestra de ello es que las pugnas y fricciones gubernativas se reducen a los malentendidos entre el hermanísimo de la presidenta y el premier Otárola), pero se podría haber esperado que en circunstancias críticas, se manejase con mayor solvencia.

Julio es un mes complicado en términos políticos. Se viene la llamada Toma de Lima, la elección de la Mesa Directiva del Congreso y el mensaje presidencial de Fiestas Patrias. Dentro del equilibrio que supone la estabilidad mediocre del régimen, al menos se esperaría que no haya sobresaltos mayores, pero eso tiene como condición previa que en el Ejecutivo prime la cordura y la sensatez, cosa que no se aprecia con los dos hechos mencionados al inicio de esta columna.

El Perú político ha salido de cuidados intensivos con la caída del nefasto gobierno de Castillo, pero aún se halla en cuidados intermedios y requiere seguimiento y desvelo. Lo mínimo que se esperaría, en tales circunstancias, es que el paciente -léase, el gobierno- contribuya a su mejoría y no atente contra ella.

 

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ESSALUD, La Resistencia, Rosa Gutiérrez, Toma de Lima

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