Pie Derecho

Estamos sembrando populismos radicales

“Es la defección del centro y la derecha peruanas, incapaces de articular un discurso moderno, liberal, cívico, inclusivo, capaz de integrar clases sociales y la pluriculturalidad peruana”

“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas”, es una frase célebre de Albert Camus, que Alonso Cueto rememora en su entrañable libro Los años, Diario personal.

Parafraseando al escritor argelino francés, podemos señalar que el triunfo del populismo radical en la región latinoamericana no se ha construido sobre los méritos de su causa, sino sobre la defección y mediocridad de las derechas o el centro liberales.

Ocurrió en la Venezuela chavista con la corrupción y degradación precedente de la clase política venezolana, en el Brasil de Lula con el disparate de gobierno que fue Bolsonaro y, antes que él, con la corrupta derecha brasileña, en la Argentina de Fernández luego del fiasco de Macri, en la Colombia de Petro, luego de la mediocre gestión de Iván Duque, en el Chile de Boric luego del triste paso por el poder de Piñera; ahora amenaza con ocurrir lo mismo en el Ecuador de Lasso, y sucedió en el Perú con el advenimiento de Castillo luego de veinte años de medianía escandalosa de la transición democrática centroderechista que nos gobernó después de la implosión del fujimorismo.

El problema es que el desenlace fatal amenaza con repetirse en el Perú, con la pobre gestión de Dina Boluarte, tanto política, como social y económicamente. Estaríamos peor si ella sale del poder, sin duda, pero ello no es óbice para no señalar sus graves carencias y errores, que de acá al 2026, de no enmendar rumbos, le van a dejar la mesa servida a la banda de populistas que ya se asoma para candidatear, habiendo tenido el tiempo suficiente para lavarse la cara de su lenidad frente al gobierno de Pedro Castillo (Verónika Mendoza, Indira Huillca, Antauro Humala, Guillermo Bermejo, Guido Bellido, Jonhy Lescano, Alfonso López Chau, entre otros).

Es la defección del centro y la derecha peruanas, incapaces de articular un discurso moderno, liberal, cívico, inclusivo, capaz de integrar clases sociales y la pluriculturalidad peruana, restringiéndose a que un golpe de suerte permita que Lima y la costa norte les brinde el triunfo electoral.

No nos lamentemos luego de lo que venga el 2026, o antes, si se precipitan las elecciones. Estamos cosechando para sembrar mala hierba y lo hacemos con un entusiasmo que escarapela.

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Perú, Populismo

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