derecho a la memoria

Derecho a la Memoria

"Hace unos días, la municipalidad distrital de Miraflores decidió cerrar el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social que es un espacio con un museo donde se guarda el acervo documentario de la época del terrorismo durante el periodo 1980-2000 en el Perú."

[CARTAS A MANUELA SÁENZ] Querida Manuela,

He estado recordando mi vida, debido a que fue mi cumpleaños en marzo. Cuando recuerdo me gusta leer mis agendas antiguas, diarios y fotos donde quedan registrados tiempos tristes como felices que ya pasaron. Tú eres conocida como la Insepulta de Paita, nadie sabe dónde yacen tus restos. Se dice que cuando murió tu amado Simón Bolívar, te llevaste sus cartas, escritos, libros y documentos militares. Dice la leyenda que las cremaron contigo, que tú los destruiste. Quisiera saber por qué los destruiste. Cuando te exiliaste en el puerto norteño de Paita, no querías conversar sobre Bolívar, ni sobre las hazañas que hicieron juntos. Te volviste triste y nostálgica en ese puerto pequeño, perdido en la costa norte peruana con la esperanza de que algún día regresarías a tu querido Quito. Viviste tus últimos años con nostalgia de aquella época en que el Libertador, junto a ti, dominó el continente americano y lo liberó.

Se perdió la información, Manuela, por tu pena y la nostalgia del pasado, nos dejaste sin información valiosa que  hubiéramos podido recrear ahora 200 años después. Eso sí te recrimino, privarnos a toda la humanidad de documentos, así como información histórica que tú manejabas del Libertador y de tu vida. Tu silencio hizo que tú también seas olvidada de la historia. Estoy molesta contigo por ello, porque moriste como una anónima, presa de la mezquindad de tus opositores de la miseria humana.

Hace unos días, la municipalidad distrital de Miraflores decidió cerrar el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social que es un espacio con un museo donde se guarda el acervo documentario de la época del terrorismo durante el periodo 1980-2000 en el Perú. Fueron 20 años de violencia. Buscar culpables o limitarlo a dos frentes: los buenos y los malos, así como justificar matanzas entre peruanos carece de sentido. Si tú me pides explicarte esos 20 años, fueron de violencia institucionalizada, responder a la violencia terrorista del Partido Comunista Sendero Luminoso (PCP-SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru con más violencia. Por mi trabajo he conocido a inocentes privados de libertad sentenciados por el delito de terrorismo a principios de mi carrera como abogada. Años más tarde conocí el museo de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía Nacional del Perú (DIRCOTE) donde están los documentos del GEIN y la PNP.  Así mismo, investigue las desapariciones forzadas que me llevo a conversar con víctimas como Mama Angélica, presidenta de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP) y posteriormente, como parte de la reforma de la PNP, conocí a las víctimas institucionales como la suboficial PNP Ana Lira junto a ella, los casi 3000 policías con discapacidad y 2000 viudas de policías producto de la violencia terrorista. Como fiel creyente de los derechos humanos, no se pueden relativizar, todos los tenemos como parte intrínseca de la naturaleza humana.

En estos últimos días, entre mi última carta y esta ha habido varias fechas importantes para nuestra historia contemporánea. Han sido 40 años del asesinato de 69 campesinos de Santiago de Lucanamarca en la Región Ayacucho por parte de Sendero Luminoso; 31 años del atentado contra la suboficial PNP Ana Lira Chumpigahua, quien sobrevivió a un aniquilamiento selectivo de miembros de Sendero Luminoso quedando con discapacidad visual y los 31 años del cierre del Congreso de la República y reorganización del Poder Judicial por parte del presidente Alberto Fujimori Fujimori. Es importante recordar a nuestras víctimas, son nuestra historia y debemos tener acceso a la información histórica porque es nuestro derecho. Museos y lugares de la memoria existen en todo el mundo.

Felizmente, hoy existe la tecnología y tenemos la información en nuestras manos. Hoy podemos ver documentales, ver noticias, leer información sobre los hechos ocurridos en nuestra historia reciente. Esto complementa a estos museos o lugares de la memoria en cumplir con su fin informativo y educativo.  Quienes se opongan a tener un espacio informado, es porque tienen miedo. Hoy en el 2023, ya no se pueden borrar los hechos. Ya sea porque los hemos vivido o porque tenemos los medios digitales, los ciudadanos tomamos decisiones. Actualmente la opinión pública no respalda ni al Ejecutivo ni al Legislativo. Vemos sus bajísimos niveles de aprobación, no será cerrando un museo o cambiando cursos en el currículo escolar que se mantendrán los poderes. Hemos aprendido como sociedad qué es lo que queremos para nosotros y los políticos actuales no nos representan.

Queremos escuchar la historia de Ana, de los sobrevivientes de Lucanamarca, así como escuchar los testimonios, revisar los juicios, leyes, decretos, así como ver los noticieros y leer los periódicos de los años 80 y 90. La censura solo demuestra que quieren borrar la historia. Hemos aprendido, lo hemos vivido. No dejemos que nos borren nuestra historia porque tenemos derecho a entender y elaborar el pasado para mirar el futuro.

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