Pie Derecho

La democracia en juego

“Tarea sustantiva del próximo gobierno, el que entre el 2026, va a ser también reconducir el sistema institucional democrático que la mayoría legislativa va a malherir gravemente”

Soy crítico y víctima de un sistema judicial abusivo e irracional, pero no se puede soslayar el legicidio que el Congreso pretende cometer tirándose abajo todo el tinglado institucional que abarca desde la Junta Nacional de Justicia (y, por ende, el Ministerio Público y el Poder Judicial) hasta los organismos electorales.

Hay una guerra civil al interior de la magistratura y en su ajuste de cuentas, muchos civiles que no tienen vela en el entierro pagamos los platos rotos de esa lucha fratricida, pero ese conflicto se debe resolver con una refundación orgánica, bien meditada, no al caballazo cuasi golpista como el que el Legislativo está pretendiendo acometer.

Tarea sustantiva del próximo gobierno, el que entre el 2026, no va a ser solo reconstruir la economía, acometer el problema de la inseguridad ciudadana, emprender reformas como la del Estado, de la regionalización, o de la salud y la educación públicas, sino también reconducir el sistema institucional democrático que la mayoría legislativa va a malherir gravemente.

Qué terrible y profundo el deterioro que estamos padeciendo. Amerita por ello que el 2026 no nos gobierne un radical destructivo sino alguien de centroderecha liberal, pero con la potencia programática y política para poder emprender las tareas señaladas. Es un imperativo político que requiere que desde ya se vayan desplegando los esfuerzos para permitirlo. No hablamos del futuro sino del presente político.

La coyuntura acuciante no nos puede hacer soslayar que ya se está cocinando el agravamiento de la crisis que transitamos, que será moco de pavos si accede el poder una opción como la que representan Antauro Humala, Guido Bellido o Aníbal Torres. Con semejantes personajes en el gobierno las deficiencias democráticas que hoy denunciamos nos van a parecer en el recuerdo, como propios de una democracia suiza.

Lamentablemente, la apatía ciudadana hoy vigente nos hace pensar que no habrá reacción callejera o siquiera mediática lo suficientemente poderosa para contener los arrestos autoritarios del Legislativo. Será necesario, por ello, pensar en la coyuntura electoral venidera como la ocasión en la que se tenga que dilucidar un retorno a las formas civilizadas mínimas de la democracia representativa o al agravamiento del sainete en el que una mayoría desquiciada está convirtiendo la separación de poderes consustancial a la democracia más básica.

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