Juan Carlos Tafur

Operación vacancia en marcha

No nos equivoquemos ni nos dejemos confundir. Detrás del intento de censurar a la ministra de Salud Pilar Mazzetti, hay un claro afán de desestabilizar al gobierno y eventualmente -si logran las fuerzas suficientes- de destituir al presidente Sagasti.

La actual ministra no tiene vela en el escándalo de la vacunación vergonzosa del expresidente Vizcarra, por más que lo haya sido durante ese momento. Ya lo aclaró (aunque sí haría bien en averiguar quiénes formaron parte de la voceada lista de privilegiados que lograron acceder fraudulentamente a la presunta “cortesía” del laboratorio chino), pero eso no parece importarle a quienes promueven su censura.

Algunos podrán pensar que resulta paranoico especular sobre algún propósito vacador. No lo es. Esta coalición necesita un par de semanas en el poder para lograr varios cometidos: tirarse abajo la ley universitaria y la Sunedu, permitiendo el regreso de las universidades truchas; desmontar los procesos anticorrupción en los que algunos de los titiriteros de estos partidos están comprometidos; controlar los organismos electorales y propiciar un resultado en las urnas fraudulento.

Recordemos cuáles fueron las primeras tres acciones del gobierno de Merino: citar de urgencia al jefe de la Sunedu, admitir a trámite un amparo de Telesup, intentar despedir a un procurador anticorrupción y ordenar a los periodistas del canal estatal que se alineen a los propósitos oficialistas. Clarísimo el talante antidemocrático e irregular.

Eso es lo que quieren y para ello necesitan tan solos unas semanas en el poder. Los avala una tradición de infiltración de todos los poderes del Estado a su alcance y suponen que con el Ejecutivo en sus manos podrán hacer lo que les venga en gana (inclusive, de considerarlo necesario, aplazar las elecciones hasta que llegue el momento que ellos consideren propicio para sus pretensiones).

No soy defensor de Mazzetti. La considero corresponsable del desmadre de su sector, de la falta de camas UCI, oxígeno y demora en la llegada de las vacunas. Sagasti nunca debió extenderle su mandato. Pero el intento de censura no obedece a ello sino a una falsa imputación a la que claramente se le ve el fustán desestabilizador.

Los sectores civiles y políticos democráticos deben estar vigilantes para impedir que la recompuesta coalición vacadora vuelva a hacer de las suyas.

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