“La legitimidad del gobierno de la señora Boluarte se juega ante la opinión pública”

Jorge Nieto Montesinos, exministro de Defensa y uno de los voceados para asumir la presidencia del Consejo de Ministros durante diciembre, comenta el presente del gobierno de Dina Boluarte y su posible desenlace ante el clima de inestabilidad. El sociólogo califica como “una democracia muy enferma” a aquella que tolera casi cincuenta fallecidos durante las protestas y cuestiona que no se asuman responsabilidades políticas por esta cifra.

¿Cómo cambió Dina Boluarte desde que la conoció a inicios de diciembre hasta la actualidad?

El espacio político se le ha hecho más angosto y probablemente estemos en una cuenta regresiva sobre el destino de su gobierno. No sé si la cuenta regresiva empieza en diez o cien, pero es claro que el espacio político se le está angostando cada vez más.  Creo que mientras siga internándose en esta estrategia errónea que ha aplicado y en las explicaciones equivocadas que da este espacio va a ser mucho menor. 

¿Era necesario que el gobierno de Boluarte sea tan sumiso ante el Congreso y sus intereses?

Su primer ministro tenía que buscar la coalición suficiente para lograr el voto de investidura, pero la legitimidad del gobierno no se juega en el Congreso. Quien no entiende eso, no entiende lo que está pasando. Es un Congreso de siete o nueve por ciento de aprobación. No tiene ninguna legitimidad que otorgar. La legitimidad del gobierno de la señora Boluarte se juega ante la opinión pública. Mientras eso no sea entendido, va a haber una situación muy complicada para ella porque seguirá pensando que con cada conversación con alguna bancada ella sale fortalecida y no es así.

¿La reacción de la ciudadanía pudo haber sido distinta si Dina Boluarte no mencionaba inicialmente que pretendía quedarse hasta el 2026 en la presidencia?

Pudo haber sido un poco diferente. Era innecesario decir eso, estaba en la ley. Si su propósito era quedarse hasta el 2026, para qué tenía que hacerlo explícito. 

¿Qué sensación le deja el mensaje que brindó la presidenta Boluarte la semana pasada?

Tiene que haber propósito de enmienda y lo que hemos visto en el discurso, en las intervenciones en los medios, en el primer ministro y en el comportamiento práctico del gobierno es que no hay ningún propósito de enmienda. Entonces, para la multitud que protesta, el discurso no es sincero y, por lo tanto, no creo que haya causado efecto. De hecho, si uno mira las cifras, se incrementaron el número de carreteras tomadas y se fortaleció la decisión de seguir haciendo movilizaciones regionales para la marcha hacia Lima.

¿Todavía existe la posibilidad de diálogo entre este gobierno y los manifestantes?

Nunca es tarde para plantear el diálogo. El tema es que este tiene que ser establecido entre dos personas, grupos humanos o entidades que se tienen respeto mutuo. Pero, si la señora Boluarte piensa, como lo ha dicho en una reciente intervención, que quienes vienen están manipulados o les pagan, eso no es una señal de respeto. Entonces, para que haya diálogo primero tiene que haber voluntad de dialogar genuina y respeto por aquel otro con el que quiero hablar. 

Si Dina Boluarte llega a renunciar y asume el presidente del Legislativo, ¿las protestas se calmarían o apuntarían al Congreso?

Más que dar tranquilidad, lo que tiene que dar es garantía de unas próximas elecciones donde no haya un sector, como lo está intentando, que se quede con el árbitro, la cancha, los jugadores y el VAR. Necesitamos elecciones con organismos competentes y autónomos de la política y en particular del Congreso que tiene un sector intentando dominarlos y apropiarse de ellos.  Por lo tanto, una de las tareas del gobierno de transición es garantizar que tengamos organismos electorales autónomos que conduzcan las elecciones con honestidad y transparencia. 

¿Hay alguien en el congreso que despierte confianza en la población?

Alguien habrá. No necesariamente tiene que ser un Valentín Paniaguia, basta con que sea alguien que un sector mayoritario del Congreso vea como una posibilidad de consenso para conducir el proceso de transición de modo transparente y equitativo. Pero la garantía de un proceso electoral está en la autonomía e independencia de los poderes electorales y en la necesidad de una auditoría técnica de nuestro sistema de contabilidad de votos por la vía de organismos independientes y autónomos y con representantes técnicos de los partidos políticos.

¿Cuál es la estrategia del Ejecutivo y Legislativo para realizar denuncias sin pruebas sobre lo que ocurre con las protestas?

Es parte de la pequeñez de nuestra clase política. No muestran una sola prueba de sus afirmaciones. Un congresista boliviano habló de ponchos rojos, pero no hemos visto una sola foto de los ponchos rojos en el Perú. Es parte de la pequeñez de nuestra élite política que afirma cualquier cosa y no se siente obligada a presentar una prueba. 

¿Era el momento para incluir la bicameralidad y reelección de congresistas en el debate sobre las nuevas elecciones?

Soy partidario de la bicameralidad y reelección. Pero en estas circunstancias no es lo más indicado plantear ese tipo de reformas. Si se plantean, no tienen que ser resueltas en el congreso. Tienen que ir a referéndum, porque la población votó hace no mucho en contra de esas dos medidas. No podemos construir una democracia que se funde en la burla de la soberanía electoral. Tenemos que ir a convencer a los electores que son dos medidas correctas. 

¿Por qué si el Congreso es aliado de Dina Boluarte pide bicameralidad y hasta exige el cambio de los titulares de la ONPE y JNE si saben que de esa forma despiertan mayor desconfianza en una población enardecida? 

Lo de los organismos electorales se debe al hecho que hay un sector que solamente puede ganar elecciones adueñándose de la cancha, el árbitro, el equipo rival y del VAR. Eso tiene que ser rechazado porque iniciativas de ese tipo son anticonstitucionales. El Congreso no tiene las capacidades para interferir. En cuanto a que le aconsejen más muerte, represión y bala es porque ellos piensan que es lo correcto. La política de matar indios se inauguró en la colonia y ahora vemos caminando en la calle con traje y corbata a muchos visitadores Areche.

¿Es la renuncia de Dina Boluarte la salida de este conflicto?

Todo depende de un acuerdo político y que lo involucrados lleguen a un acuerdo mayoritario de una ruta de salida de la situación. Si ese acuerdo se logra, mantiene y respeta es probable que volvamos a un momento más tranquilo de la política nacional. Pero, si no es así y seguimos pulseando unos con otros, esta es la ruta del desastre.

¿Pedro Castillo y Perú Libre tienen un rol protagónico en estas marchas?

El gobierno está sacando varios cadáveres del closet y uno de ellos es el señor Castillo. No tiene ninguna capacidad de intervenir en ningún sector de la protesta. La demanda por su libertad y reposición se ha caído de la agenda de los manifestantes.

¿Cree que Dina Boluarte está considerando la posibilidad de una renuncia?

Yo le dije que tenía que incorporar en su repertorio de acciones posibles la renuncia como una forma de desbloquear y canalizar una situación complicada.

¿Qué le dijo cuando se lo sugirió?

Sólo me escuchó.

¿Por qué no llegó a ser primer ministro?

Porque yo le hice una propuesta sobre lo que debía hacer y empezaba por el reconocimiento político de las muertes que entonces era veintidós. Si no hay un reconocimiento político de las muertes, no nos podemos engañar. Nada más va a ser creíble. No es posible que nos acostumbremos a una democracia que cada cierto tiempo ve morir ciudadanos en manos  de las fuerzas del orden y nadie asume la responsabilidad. Ya nos ocurrió con Castillo. Las  protestas de agricultores y transportistas en Huancayo dejaron ocho personas muertas y ni el gobierno ni el Congreso tuvieron la fuerza para exigir responsabilidad política. Una democracia que acepta que casi medio centenar de ciudadanos mueran y no pase nada es una democracia muy enferma. 

¿Dina Boluarte es directamente responsable por los casi cincuenta peruanos fallecidos?

Lo es porque ella no le ha pedido responsabilidad política a quien debía, el ministro del cargo. Si la presidenta no le solicita la renuncia, ella está asumiendo la responsabilidad política y lo sabrá después cuando salga del cargo y vea que todo lo que ha hecho tiene una consecuencia penal, nacional e internacional.

¿Puede acabar presa?

No lo sé. Lo que pasa en los vericuetos del Poder Judicial yo no lo conozco.

¿Qué pudo haber llevado a que varios ministros renuncien a las pocas horas de haber recibido el voto de confianza por parte del Congreso?

Hay gente que conserva cierta dignidad y apego por la vida humana.

¿Estas renuncias pueden ser un llamado de atención para Boluarte sobre el peso real de sólo tener el apoyo del Congreso?

Hace días estamos con movilizaciones en todas las regiones. Hay más de cien puntos de carreteras bloqueadas, sabemos que manifestantes están llegando a Lima y se prepara un paro nacional. Si eso no la hace ver que la política que está teniendo no da resultados, no sé qué lo pueda hacer. 

¿Declarar Estado de emergencia y poner trabas para que las personas de otras regones lleguen a Lima es una estrategia adecuada?

Mire la reacción de los buses detenidos en algunas zonas. Lo que está generando es una reacción más enconada de la gente que es detenida y finalmente llegará a Lima. No hay más ruta que el diálogo. Eso es política, lo demás en replegarse en una actitud represiva del Estado. 

¿Lima se sumará a las protestas?

Ya hay un sector de jóvenes que se ha empezado a movilizar. Si eso se materializa, creo que la movilización juvenil de Lima, que tiene la cualidad de atravesar distintos grupos sociales, acelerará la cuenta regresiva del gobierno.

Con nuevas elecciones en un futuro cercano, ¿los partidos que hoy respaldan a Dina Boluarte podrían empezar a marcar distancia para no perder votos?

Quisiera ver cómo van a pedir el voto en Cusco, Puno, Arequipa y en los otros lugares donde hay movilización, enojo y protesta. No sé qué hará ese grupo que en este momento está empujando al gobierno en una dirección equivocada.

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Dina Boluarte, Entrevista, Jorge Nieto Montesinos, política peruana

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