Cristian Rebosio

«Carrasco habría estados direccionando las investigaciones con un interés político»

Sudaca conversó con Carlos Cabrejos, el autor del libro que expone el detrás de escena de la carrera de Juan Carrasco Millones.

Sudaca conversó con Carlos Cabrejos, periodista y autor del libro “El falso Sheriff”, sobre los inicios de Juan Carrasco Millones y sus primeras actividades sospechosas como fiscal.

¿Cuándo es la primera vez que escucha sobre Juan Manuel Carrasco Millones?

Como parte de mi labor periodística, yo empecé a trabajar temas del ámbito policial y judicial. Ahí empiezo a tener acercamiento con su trabajo y quienes lo rodeaban, que mayormente eran policías, fiscales y uno que otro civil.

¿En esa época era visto como un luchador contra la corrupción?

En su momento, sí, porque vimos algunos resultados. En esa época, yo también trabajaba temas de investigación y habíamos hecho una especie de colectivo periodístico con algunos medios tratando de empujar y dar a conocer presuntos actos de corrupción en la gestión de Roberto Torres como alcalde de Chiclayo. Comenzamos a advertir un interés por parte de él y un grupo de catorce fiscales que deciden sacar a la luz esta mafia delictiva. Hasta ahí creímos que había algún interés por parte de él y los otros fiscales que se identificaban con la ciudad tras dos periodos municipales que habían sido un completo desastre y que merecíamos nuevas autoridades y limpiar la casa.

¿Cuándo cambia esta imagen que tenían de Carrasco Millones?

Con lo que se dio a conocer luego sobre cómo se gestaron los operativos y denunciar, además del cómo se dieron algunos resultados forzados en algunos casos. Ahí empiezan los cuestionamientos.

¿Quiénes eran el principal respaldo del fiscal Carrasco?

Había una persona que no era de Chiclayo pero que sí lo catapultó al escenario nacional y fue Fernando O´phelan. Era una persona que casi nadie la conocía y llegaba como presidente de una asociación civil llamada Projusticia. En 2014 empezó a llevarlo a algunos medios atacando temas de corrupción, pero enfocado en ciertos objetivos, como Roberto torres y puntualmente en el caso de un fiscal que era la piedra en el zapato de Carrasco llamado Esdras Sánchez Moreno, quien terminaría siendo condenado. Fernando fue la persona que levantó esa imagen, lo llevó a Lima y lo mostró ante la prensa nacional. Su imagen creció mucho más y lo hizo ver como el personaje del año. Empezó a tener mayor alcance pese a que aún era un fiscal adjunto.

¿Pero Carrasco los llegó a traicionar eventualmente?

No creo que se haya convertido en traidor. He sido una de las personas que ha trabajado con el entorno de Carrasco. Por el trabajo de investigación fuimos tomados como elementos de consulta y creo que fue la desesperación y miedo de él al verse descubierto. La reacción contra O´phelan es una especie de búmeran. El trabajo que hacíamos en Chiclayo repercutió en Fernando porque, después que toma distancia de Carrasco, a mí me lo presentan y él empieza a  recoger el trabajo que hacíamos con otros periodistas. Al ver que él impulsaba ese trabajo, la única forma de bajar la llanta fue atacándolo. Fue una reacción de temor. Genera una carpeta e ingresa a Fernando y a nosotros. 

¿Contaba con aliados en posiciones de poder?

Nosotros teníamos información que en Lima sí y se barajaban algunos nombres. Sabíamos que el ministro que tenía acercamiento con él era Carlos Basombrío.  Gino costa también se voceaba en esa época. Sé por una buena fuente cercana a él, aunque nunca llegamos a publicar nada de eso porque no lo pudimos comprobar, que en su momento sirvió para tender el puente ese puente con Gustavo Gorriti por ese tema de los audios de “Los Cuellos Blancos”. Porque Carrasco estaba impulsando una investigación contra Edwin Oviedo y corrió una suerte de intercambio de información. En el caso de Lambayeque, sabíamos que había ciertos empresarios que tenían intereses de poder manejar algunas investigaciones sobre algunos adversarios. Pero nunca se hizo público nada de esto hasta que fue ministro en el gobierno de Pedro Castillo.

¿Cree que el operativo contra la gestión de Roberto Torres tuvo como principal motivación el golpe político que representaba a pocos días de las elecciones y no la lucha contra la corrupción?

A la fecha, yo sé que se hizo con ese fin de generar réditos políticos más allá de pensar en la ciudadanía o lucha contra la corrupción. Porque luego, el 6 de abril de este año, tomé contacto con quien es la persona que acude hasta el Ministerio Público para denunciar actos de corrupción en la gestión de Roberto Torres. Es un señor de apellido Canales Guevara. Mediante una tercera persona converso con él y me contó que denunció a tres funcionarios de una entidad que estaba bajo la órbita de la municipalidad y él exclusivamente conversa con el fiscal Carrasco. La denuncia era por un tema de coacción y un pago de beneficios. Pero es a partir de esta denuncia que se genera la carpeta contra el alcalde Roberto Torres y se ingresa a todos los investigados que dan forma a la organización criminal denominada ”Los Limpios de la Corrupción”.

¿Usaron esta denuncia como excusa para agrandar el caso?

Canales Guevara me confiesa que en ningún momento denunció a ninguno de los que terminó siendo involucrados en esta organización. Curiosamente, estamos a diez años y hasta ahora no hay una acusación. Han tenido que cambiar de fiscal para recién poder tomar la ruta correcta. Canales está esperando que lo llamen para contar su verdad. Él mismo le reclama a Carrasco por denunciar a casi treinta personas cuando él solo mencionó a tres que le estaban pidiendo una coima para que le paguen sus beneficios. Ahí parte el hecho que se habría estado direccionando las investigaciones con un interés político.

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