Al término de esta década, el número de personas desempleadas e inactivas se incrementaría en 3.1 millones respecto del 2019, agravando la brecha de desigualdad económica en el país, según las proyecciones del reciente estudio “Covid19: desempleo, desigualdad y precarización en el Perú 2020-2030”, elaborado por Germán Alarco, economista, profesor e investigador de la Universidad del Pacífico, en alianza con Oxfam.
“La pandemia nos sorprendió a todos. De un momento a otro se cerraron fronteras, se limitaron las importaciones y exportaciones, desencadenando una crisis económica y social en el mundo. Hemos podido desarrollar una investigación que nos da algunas luces acerca de qué escenarios podemos tener en un futuro a corto y mediano plazo, para discutir las medidas que ayuden a atenuar el incremento de las brechas económicas y sociales en el Perú”, indicó Alarco.
Mayor pobreza y desigualdad
Otro de los puntos que contempla la publicación refiere a los efectos de la pandemia durante el 2020 y parte del 2021. De acuerdo a la información oficial, la pobreza en el Perú aumentó casi 10%, una situación que contrasta con el incremento de la riqueza neta que registraron los billonarios peruanos que pasó de US $7,600 millones a US $11,400 millones en el 2021 en plena pandemia.
De otro lado, la investigación arrojó que sólo en el Perú, durante el 2020 y 2021 el ingreso promedio de la población cayó en 11.1%, siendo las mujeres, las personas con menos instrucción y capacitación, y los trabajadores de las micro y pequeñas empresas los más afectados. Estos efectos, según indica Alarco, deteriorarán aún más el panorama laboral peruano con mayor población inactiva, subempleo por ingreso, y desempleo a corto y mediano plazo.
Una de las propuestas que maneja el autor respecto a acortar las brechas de desigualdad en el Perú, se basa en la necesidad de una recuperación o reactivación transformadora, un concepto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que propone mejorar la equidad y llevar a cabo la transición ecológica.
Asimismo, integra enfrentar las urgencias del presente, los problemas estructurales y los desafíos regulatorios e institucionales del Perú, teniendo en cuenta en primera instancia las tendencias y riesgos internacionales. Para ello es imprescindible un nuevo consenso económico, social, político y ambiental. “No podemos seguir haciendo lo mismo de siempre; el piloto automático ya no funciona y funcionará menos en el futuro», finalizó Alarco.