Fiorella Ríos: emprender en el arte de la gimnasia

Por las medidas restrictivas debido al Covid-19, comenzaron a dar clases de manera virtual. Fiorella había llevado cursos para ser docente de gimnasia. Solo debían adaptarse a la virtualidad, pero les fue sencillo porque su emprendimiento nació en medio de la pandemia. Anunciaron la apertura de Elite Gym por redes sociales y, contra lo que ellas pensaron, de pronto tuvieron 45 alumnos inscritos. Eran niños de diversos distritos de Lima que se conectaban para estirar los músculos. Eran tiempos en donde los pequeños no podían salir ni al parque, así que hacer ejercicios -así sea en su casa- les resultaba un bálsamo. “Ellos llevaban sus clases en el colegio por la mañana y por la tarde se conectaban con nosotras. Tratamos de hacer las clases muy divertidas. Hacíamos actividades y hacíamos challenge y ellos los subían a sus redes sociales. Con esa experiencia pensamos en que debíamos abrir un espacio físico. Y así lo hicimos”. En su casa – y con el apoyo de sus padres- crearon la academia en Jesús María. Un lugar donde pueden ingresar 200 niños respetando todas las medidas de seguridad. Fue inaugurado en el 2021.

Deporte y objetivos claros desde niños

Fiorella es la tercera de cuatro hermanas mujeres. Tomó clases para ser docente de gimnasia, que se sumaba a su experiencia como deportista ¿Qué le dio la gimnasia? Le preguntamos. “Mi vinculo con este deporte siempre fue bastante fuerte. Me dio disciplina. Competí desde los seis años. Tenía que ir al cole y luego a entrenar. Pero no me arrepiento. Aprendí mucho sobre organización, tener objetivos claros como alcanzar logros a corto y largo plazo”, cuenta, en medio del gimnasio, donde hay más de 150 alumnos inscritos.

“Elite Gym nace de nuestra pasión por enseñar a los niños en un ambiente divertido y físicamente atractivo. Nos motiva ver su entusiasmo al aprender nuevas habilidades y compartir con los padres el orgullo por los pequeños logros de sus hijos”, afirma Fiorella Ríos.

Elite Gym – explica Fiorella- ofrece tres programas de movimiento. 1) Gimnasia artística: donde los niños aumentan sus capacidades motoras. Fuerza, flexibilidad, coordinación, velocidad. Desarrollan equilibrio y el sentido del ritmo. Corrigen malas posturas, ganan confianza y refuerzan su concentración. 2) Acro Dance: desarrolla el ritmo musical en las niñas y el amor por el baile. Los niños -asegura- aprenden coreografías con música moderna acorde a su edad y algunas acrobacias que son integradas a las rutinas de manera divertida. Ahí, señala, se promueve la socialización, el compañerismo y el respeto hacia los demás. 3) Ballet: Busca mejorar la postura de las niñas y niños y desarrollar su intelecto y creatividad. Mejora su flexibilidad en ligamentos y articulaciones a la vez que fortalecen su musculatura.

“Estamos logrando una comunidad muy bonita, formándose una familia, que es lo que apuntábamos nosotras”, explica. “Tenemos niños desde los dos años. La gimnasia es la madre de todos los deportes porque te da fuerza, coordinación, equilibrio. Los niños lo aprenden desde chiquitos, porque son unas esponjitas que aprenden todo. Para ellos es una experiencia: juegan con la gravedad, se ponen de cabeza, se divierten mucho, aprende más coordinación”, enfatiza y explica: “si de pronto los niños deciden seguir otro deporte, podrán practicarlo por que han tenido una base de coordinación muy buena para el fútbol o tenis, por ejemplo”.