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Reformas, elecciones y decisiones definitivas: Entrevista a Fernando Tuesta | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad
Fernando Tuesta

Reformas, elecciones y decisiones definitivas: Entrevista a Fernando Tuesta

Politólogo por la Pontificia Universidad Católica del Perú y exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Fernando Tuesta Soldevilla conversó con Sudaca sobre el panorama político, las reformas electorales y el adelanto de elecciones para el 2024.

Dina Boluarte, presidenta del Perú, ha propuesto el adelanto de elecciones para el 2024. Después de confrontaciones y debates, el Congreso pudo aprobar en primera instancia el proyecto que pone fin a la gestión de Boluarte y del Legislativo hasta el 26 de julio del 2024. Sin embargo, falta confirmarlo en la próxima legislatura. Para entender el tema de fondo, Sudaca conversó con el politólogo y docente de la PUCP, Fernando Tuesta Soldevilla. El exjefe de la ONPE compartió su opinión sobre estos últimos acontecimientos.

El congresista de Renovación Popular, José Cueto, declaró lo siguiente sobre la ONPE, RENIEC y el JNE: “Hay que tener cambios de las personas que no nos han dado justicia electoral”. ¿Puede causar nuevamente una polarización de los futuros procesos electorales?

Eso es un peligro. El clima de polarización no ha terminado, se ha agudizado.  Los candidatos que participaron en la elección anterior no logran reconocer que esta campaña contra el fraude no solamente no tiene base, sino que se ha demostrado en todo tipo de ámbito que no lo hubo. No sé cuál es la justicia que pretende, ni siquiera esa comisión investigadora logró llegar a una conclusión basada en hechos y evidencias. Esto es un tema ideológico y que le ha hecho muchísimo daño a los procesos y organismos electorales en particular. Esta es una campaña que va seguir y ha logrado cuajar en una franja de la opinión pública en la que se crea este tipo de narrativas, fuertemente apoyadas por Willax, Expreso y otras plataformas.

El tema de fondo es que ganó Pedro Castillo en unas elecciones legítimas. No obstante, que haya resultado siendo un presidente ineficaz y corrupto es otra historia. La elección no produce necesariamente la mejor calidad de los representantes y puede haber de todo tipo. Sin embargo, la gente votó por Castillo y ganó, por poco, pero ganó. De la misma manera, López Aliaga ganó (Alcaldía de Lima Metropolitana) por muy poco, pero ganó y se respetó su triunfo. Esos mismos organismos electorales que han sido cuestionados (Segunda Vuelta 2021), son los que hicieron exactamente la misma elección (Municipales y Regionales 2022) y de eso obviamente no se cuestiona.

Es un problema básico de la democracia respetar los resultados. Entonces, ¿quiénes están comprometidos real y no declarativamente con las bases principales de la democracia?

En una entrevista que brindó, mencionaba que le parecía “acertada” la decisión del Congreso de aprobar en primera instancia el adelanto de elecciones para el 2024. Sin embargo, las voces en las calles se siguen haciendo escuchar para que sea lo antes posible. En su posición y para que nuestros lectores puedan entender, ¿Por qué en abril del 2024 y no en diciembre del 2023?

Lo mejor es un tiempo necesario y suficiente para que las elecciones se desarrollen con los procedimientos adecuados y de calidad sin correr el riesgo y sin dejar aspectos fundamentales que están en la ley. Lamentablemente, en nuestro diseño institucional de organismos electorales más las leyes que lo acompañan, producen procesos electorales largos. No se pueden hacer elecciones en cuatro meses, no existe esa posibilidad. Yo fui jefe de la ONPE y encabecé las elecciones de la transición en cuatro meses, pero eso fue hace 20 años. No existían organizaciones políticas y dentro de ella no existía democracia directa, financiamiento o leyes de paridad y alternancia, además, el número de electores ha crecido enormemente. Entonces, el 2024, es una fecha que uno puede establecer como adecuada en términos procedimentales.

Cuando se habló del 2023, escribí un artículo titulado: “10 pasos para salir de la crisis”. En ella, mencionaba que, dadas las circunstancias, había que hacerla en el 2023. Pero para llegar a diciembre con el cambio de mando había que hacer sacrificios enormes: sacrificar las elecciones primarias para poder establecer este cronograma. Además, las elecciones deberían completar el mandato hasta el 2024, ya que las posibilidades de establecer reformas se acortan enormemente. Sin embargo, el Congreso ha tomado una decisión que está bien en este panorama. De todas maneras, no es lo mejor de lo que la gente quiere, y es que se exige que los representantes terminen su mandato lo más antes posible. Claro, se puede desear que los políticos se vayan lo más antes posible, pero cómo lo haces. No se pueden realizar elecciones en tres, cuatro o cinco meses. Incluso suscribieron un comunicado del exsecretario general del JNE absolutamente errado. El Jurado Nacional tiene determinadas funciones, pero nunca hace elecciones. De eso se encarga la ONPE que sabe muy bien los procedimientos logísticos, administrativos y de gestión para hacer los comicios. En consecuencia, no hay mejor salida, o la menos mala, que las elecciones se den para el 2024.

Por otro lado, es una fecha larga que permite que estos representantes se queden año y medio más, es bastante. Pero algo que voy a mencionar es que nada garantiza que a partir del 01 de marzo se vote nuevamente a favor. La votación fue de 93 votos, solamente 6 votos más. Sí 7 congresistas cambian de posición, se terminó. Es volver empezar desde cero.

¿Ve un panorama idéntico a estas últimas elecciones con respecto a porcentajes bien ajustados entre un candidato y otro?

No se puede descartar. Tenemos en los últimos años resultados ajustados que también ocurrió con Kuczynski y Fujimori. Además, el fraccionamiento de las candidaturas y la representación hacen posible estas situaciones. Yo creo que, regresando a la primera pregunta sobre la polarización, vamos a vivir nuevamente esta campaña que ha sido tan dañina en general y cuyo resultado los estamos viendo hasta ahora.

Veíamos en sus redes sociales que decía sobre la oferta electoral, lo siguiente: “hacemos referencia a la posibilidad de que mayor número de partidos puedan inscribirse” ¿Cree usted que, a más partidos políticos, el elector o los resultados sean diferentes a los que hemos visto en estos últimos comicios?

Cuando hay elecciones en corto tiempo, la oferta es menor. Este es el problema del adelanto de elecciones, si tú haces un cronograma muy cercano, la probabilidad de que nuevos partidos se inscriban obviamente decrecía. Mientras más tarde, mas partidos. Ahora, acá hay otro tema, no solamente de más partidos y más oferta, sino la calidad de la oferta. La calidad de la oferta no te la va dar una ley, no te lo da nuevas normas o una reforma, porque puede haber 15 partidos inscritos peores de los que tenemos en el Congreso. Lo que hay en nuestro país es el deterioro de la política que tiene una envergadura que incluso muchos políticos que tuvieron algún cargo se retiraron de la política porque no quieren saber más de aquella experiencia que tuvieron y probablemente fue desagradable. Hay mucha gente que sería interesante que entre a la política, no quieren hacerlo por lo que ven. Entonces, ¿qué espacio queda? El espacio de gente inexperta, aventurera y corrupta que va cubrir ese espacio. Tanto se dice de renovar la política; hay gente de bien en nuestro país, pero no ingresa. La polarización de los sectores de extrema derecha y extrema izquierda hacen tensionar y degradar la política con sus actos, discursos y narrativas.

Nos compartía en sus redes sociales los partidos por inscribirse y los inscritos, ¿Qué panorama usted puede ver con los partidos que actualmente están habilitados para postular a las presidenciales?

Estamos viendo más de lo mismo. Personalmente estoy comprometido con la reforma hace décadas y el panorama es desolador. Soy un poco escéptico, siempre hay una oportunidad, pero no creo que vaya a ser siempre igual. Todo indica que a ese recorrido nos vamos.

Justo hemos visto que los partidos por inscribirse no son nuevos y tampoco sus dirigentes son aprendices en el ámbito político; y, al igual que los partidos habilitados, se encuentran con denuncias o están siendo investigados

¡Claro! Entonces tú dices, ¿Dónde están los nuevos políticos? Ahora, tampoco inventas un político de la noche a la mañana. Porque un nuevo político que nunca estuvo en la arena política, ¿qué experiencia tiene? Puede tener un discurso nuevo, incluso antipolítico y puede atraer, ya que el Perú es tierra de outsiders. Pero es regresar a lo mismo. Entonces los liderazgos tienen que renovarse. No hay ninguna reforma que los partidos puedan proponer para cambiar lo que estamos viviendo de la noche a la mañana y en lo inmediato, ni creo para el 2024.

28 de diciembre. Fernando Tuesta brindo su postura a Sudaca Perú en el marco del adelanto de elecciones para el 2024. Foto: Benjamin Zevallos Jaramillo.

Justo en una investigación de Sudaca se comprobó que había un partido que apoyaba a Pedro Castillo: “Peruanos Como Tú” y otros que apoyan la iniciativa de cambiar la Constitución. Para usted, ¿Cuáles son los compromisos que deben de tener los próximos candidatos?

El ideal nunca es lo que se da. Sería preocupante ver a los partidos de extrema derecha y extrema izquierda que sigan con las banderas que han estado jugando en los últimos años y han producido que el espacio político sea peor. Por un lado, quienes creen que todo es comunismo y terrorismo. Por otro lado, está ese populismo de izquierda que ha sido pavimentado en el último año y medio por Castillo, Cerrón y compañía. Quieren hacer creer que una Asamblea Constituyente es el Edén y ellos son los fieles representantes de un Perú que es mucho más complejo. Sin embargo, los extremos coinciden en un aspecto importante, si no piensas igual que ellos, es porque estás contra ellos. Entonces, los extremos se juntan y ese daño lo hemos visto en el caso de la reforma universitaria.

Con respecto a Antauro Humala. Hemos visto que con el transcurrir de los meses se ha popularizado sus mítines y discursos en contra de la clase política actual. En el panorama de las próximas elecciones, ¿Hay posibilidades de que logre inscribir a su partido y postular a las presidenciales?

No tenemos el cronograma electoral, pero yo entiendo que el límite que hay para inscribir un partido puede ser a mediados del próximo año. Va depender del aparato que estén manejando para inscribir su partido. Ahora bien, entiendo que tiene limitaciones según la sentencia para poder postular. Aún no se cumple la sentencia, una cosa es saber que está libre gracias a los beneficios penitenciarios y otra cosa es el fin de su sentencia. Pero según lo visto, parece que no podría postular.

Hay varios desafíos entre el Ejecutivo y el Congreso camino al 2024, ¿Cuáles son los principales que usted identifica?

El país que asume Dina Boluarte es un país convulso y que ha sido agitado por Pedro Castillo, pero esta situación no está en el aire, sino que recoge sentimientos y clamores de una sociedad mayoritaria. A lo largo de este siglo, se ha visto cómo ese crecimiento económico benefició más a unos que otros, los pocos beneficios que obtuvieron se diluyeron rápidamente. Tanto dinero entró a las arcas privadas, pero también a las públicas y somos un país precario. Y volvemos a que una solución no es meramente el adelanto de elecciones. Las elecciones si pueden canalizar los conflictos. Cuando las hay, bajan los conflictos sociales. Por otro lado, es necesario cambiar las relaciones entre los dos poderes del Estado (Ejecutivo y Legislativo). El gobierno es precario y ha pasado de ser izquierdista a inclinarse a un gobierno de centro-derecha. Dina Boluarte ha dado mensajes, trata de ampliar sus niveles de apoyo, pero si solamente se sostiene en la derecha del Congreso yo creo que va ser difícil que aguante los niveles de concordia, sino a costa de -ya como Ejecutivo- asumir responsabilidades o dar un paso al costado de acciones que se realicen desde el Congreso. Y es que este Congreso está sumamente fraccionado con muchos intereses mercantilistas en ámbitos de educación o transporte donde hay lobbies e intereses muy fuertes. Boluarte debe lidiar con una población que si antes hablaba de elecciones, hoy por hoy está dolida con 27 muertos. Este año que viene es de constante prueba.

Los gobiernos de transición que hemos tenido con Paniagua y Sagasti han sido exitosos, pero eran gobiernos de 8 meses. Ahora tenemos el doble. Ella no tenía la experiencia ni el arraigo de Paniagua ni Sagasti, pero; además, nace con 27 tumbas, así que no es fácil.

Muchos costos de inicio para un periodo largo.

Se hablaba de reformas políticas y se mencionaba constantemente el tema de la bicameralidad. En el panorama de las elecciones del 2024 y el año y medio que le queda al Congreso y a Dina Boluarte, ¿Cree usted que puede ser una salida o parte de una solución para la gobernabilidad?

No hay nada que por sí solo cambie drásticamente este panorama. Desde que se cambió la Constitución para la unicameralidad, yo he escrito y he sido simpatizante de la bicameralidad. Yo pienso que un Congreso bicameral va a ser mejor. Pero eso a lo mejor va a ser insuficiente para cambiar drásticamente la política peruana. Si el Congreso solo se encarga de hacer bicameralidad para la reelección se convertirá en una de las medidas más impopulares que hay, lo que nos da a entender que los congresistas no comprenden el rechazo de pie que tienen los ciudadanos de ellos mismos. Justamente, la vez pasada cuando hubo el referéndum, sí los congresistas no hubieran tocado todo ese diseño que se les presentó, hoy tendríamos bicameralismo, pero el Congreso se portó de manera angurrienta y quiso modificar artículos al final. Vizcarra, que tenía un apoyo considerable, dijo que eso no quería y la población respondió así. Esto evidentemente vio reflejada el rechazo que la población tiene de sus representantes y que estos ignoran por seguir trabajando bajo sus propios intereses.

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