Entre todos los sectores imprescindibles para el funcionamiento de una sociedad, uno de los más descuidados en el Perú es, sin lugar a dudas, el de educación. Lejos de causar preocupación y una respuesta inmediata, los pésimos resultados de los estudiantes peruanos en cuanta evaluación para medir la calidad del aprendizaje parecen no motivar ningún cambio en la educación nacional.
Ante un panorama tan crítico, la vocación de los profesores se muestra como la única esperanza de alcanzar un nivel decente que les permita a los estudiantes terminar su etapa escolar con los conocimientos básicos para ingresar a la educación superior. Sin embargo, el desinterés por parte de quienes manejan la educación peruana podría terminar por ahuyentar a estos profesores que aman su profesión. Este es el caso de Regina Pereira que Sudaca pudo conocer en detalle.
SUEÑO FRUSTRADO
En 2022, Regina Pereira Pizarro, una profesora de inglés natural de la provincia de Ilo, participó del concurso público de ingreso a la carrera pública magisterial. Luego de superar las distintas evaluaciones, como rendir exámenes y dar una clase modelo, la profesora Pereira recibió uno de los puntajes más altos entre los profesores de inglés que se presentaron en el sector correspondiente a la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) N° 7.
Con 244 puntos, Regina había sido uno de los mejores puntajes entre los profesores de inglés que se presentaron en el sector correspondiente a la UGEL N°7. Al igual que todos los profesores aprobados, Regina Pereira había presentado una lista con veinte instituciones educativas a las que les gustaría ser designados y, como recompensa por su mérito académico, ella iba a tener la posibilidad de trabajar en el colegio que eligió como primera opción.
Para Regina, que tenía planificado abandonar Ilo para mudarse a Lima, poder trabajar en la I.E. Ricardo Palma de Surquillo iba a facilitar su adaptación debido a que su hermana vivía en este distrito. Sin embargo, cuando todo parecía encaminado para que Regina Pereira llegue a su trabajo soñado, una noticia desmoronó sus expectativas.
“El 29 de diciembre recibo un correo electrónico en el que me dicen que no cumplo con un requisito”, cuenta Regina a Sudaca. Según la información publicada por la propia UGEL N°7, el impedimento para que Pereira ocupe la plaza que se había ganado era tener un título extranjero que no estaba revalidado.
“Me extraña porque yo presenté en mi expediente virtual legalizado ante notario todos mis documentos y mi título yo anexé una hoja con mis títulos registrados”, explica Regina con respecto a este inesperado impedimento y agrega que la razón que le daban era que “mi título no dice Sunedu sino Asamble Nacional de Rectores (ANR), pero yo hice la regularización en la Sunedu”.
Sin embargo, en los documentos que tiene registrados Sunedu se puede encontrar que sí figura el título de Regina Pereira que la UGEL N°7 le señalaba como impedimento para que ocupe el puesto que se había ganado en el concurso público de 2022.
RECLAMO EN ESPERA
Si bien esto podía representar un contratiempo en el sueño de Regina, por tratarse de un malentendido que no era culpa de la profesora sino de la UGEL, la solución de este impedimento parecía cuestión de tiempo debido a que se podía resolver con rapidez ante la evidencia contundente.
Sin embargo, mientras pasaban los días crecía la incertidumbre para Regina. “El 3 de enero presento una carta en la que solicito revisión de mi expediente”, cuenta y agrega que, en las semanas siguientes, tanto su hermana como su cuñado, que viven en Lima, se acercaron a la UGEL N°7 en búsqueda de novedades sobre su reclamo, pero la única respuesta que obtenían era que debía esperar treinta días hábiles.
“Todo es virtual. No se puede hablar con los especialistas ni con nadie”, explica Regina sobre el reclamo que presentó y relata que, usando el número de seguimiento que le brindaron cuando lo presentó, lo único que veía era que se lo iban pasando de una oficina a otra sin que ninguno le de algún tipo de solución a un problema que ella no había generado.
Pero fue el 19 de enero cuando se produjo un punto de quiebre debido a que publicaron que las plazas de profesores no asignadas por la UGEL de cada zona debían retornar al Ministerio de Educación y entre esas plazas estaba la de Regina que sería entregada a otro profesor ante las demoras y aparente desinterés de la UGEL N°7.
“Fui al Ministerio de Educación y me dicen que ellos no tienen nada que ver, que eso tengo que resolverlo con la UGEL y que ellos no revisan expedientes”, cuenta Pereira, quien vino a Lima con la intención de encontrar respuestas. No obstante, tanto la UGEL N°7 como el Ministerio de Educación se señalaban entre ellos como los responsables de resolver el reclamo de la profesora.
“La plaza que yo gané con mi esfuerzo ya se la entregaron a otro profesor”, relata Regina impotente ante una injusticia que la UGEL, aparentemente, nunca tuvo intención de resolver pese a que eran ellos los responsables de revisar la documentación que Pereira Pizarro había presentado correctamente.
En un país en el cual la educación padece la infraestructura precaria de muchos colegios así como la falta de materiales, la pasión por la docencia de profesores preparados se convierte en la esperanza de muchos escolares. Sin embargo, casos como el de Regina demuestran que los errores y la displicencia de los encargados del sector puede alejar a buenos profesores de la carrera magisterial perjudicando todavía más a los estudiantes peruanos.