Juan Carlos Tafur

El Congreso se la juega

“Ese mensaje es potente si el presidente electo se pretende zurrar en la Constitución para llevar a cabo el malhadado intento de convocar a una Asamblea Constituyente”.

Si la necedad de algunos líderes parlamentarios de Fuerza Popular o Renovación Popular, en el afán de presidir sí o sí la próxima Mesa Directiva del Congreso, hace que naufraguen las negociaciones con las bancadas del centro y éstas terminen acercándose a Perú Libre, la ausencia de contrapesos al Ejecutivo será directa responsabilidad de la derecha peruana.

En la práctica, luego de la deserción del congresista Héctor Valer, la izquierda tiene 43 parlamentarios, el centro 44 y la derecha 43. Las negociaciones, tal cual se han planteado hasta el momento, incluyen la pretensión de Perú Libre de presidir el Congreso y lo propio por parte de la derecha, pero ha surgido la intención de los congresistas del centro (Acción Popular, Alianza para el Progreso, Podemos, Somos Perú y morados), de unirse y aspirar a lo propio.

Lo sensato por parte de la derecha es ceder en sus pretensiones maximalistas y entender que lo más importante en estos momentos es consolidar un grupo parlamentario de centroderecha que sume 87 votos, una cifra políticamente significativa, porque basta ese número de parlamentarios para elegir magistrados del Tribunal Constitucional, directores del BCR… y para vacar al presidente Castillo.

Ese mensaje es potente si el presidente electo se pretende zurrar en la Constitución para llevar a cabo el malhadado intento de convocar a una Asamblea Constituyente por fuera de los cánones que la propia Constitución establece. Y además sería muy importante que la mayoría del país encuentre cabal representación en la primera Mesa Directiva (todas las encuestas muestran con claridad que las tesis radicales de Perú Libre son aprobadas por una minoría).

Castillo debe entender que la moderación de sus propuestas económicas y su acotamiento de una Asamblea Constituyente son la piedra de toque básica para poder gobernar sin sobresaltos. Si el Congreso soberanamente le da el mensaje de contrapeso necesario con una Mesa Directiva no oficialista habremos empezado ese camino posible en mejor término que si la terquedad de algunos congresistas de la derecha termina entregándole el triunfo al lápiz.

Se vienen tiempos difíciles. El gobierno entrante está demasiado cargado ideológicamente y alberga un sector radical que pretende imponerse al resto. Si desde adentro Castillo no sabe cómo resolver ese problema, pues desde fuera deberá recibir un mensaje político claro y contundente que por ese sendero no se llega si no a punto muerto de gobernabilidad.

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Asamblea Constituyente, Hector Valer, Pedro Castillo

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