Giancarla Di Laura - Sudaca.Pe

Dolor y poesía

Este 17 de marzo falleció mi esposo y padre de mi única hija, Filomeno Ballumbrosio, un músico de estirpe cuya fuerza y vitalidad eran desbordantes.

Los que me conocen sabrán que este 17 de marzo falleció mi esposo y padre de mi única hija, Filomeno Ballumbrosio, un músico de estirpe cuya fuerza y vitalidad eran desbordantes. Pasó por una agonía de cinco meses tras un derrame cerebral y la medicina moderna no pudo salvarlo.

 

Escribo esto con el corazón en la mano, atravesada por un profundo dolor. Hasta pensé que no tendría fuerzas de redactar nada para esta mi columna dominguera, pero sé que a Meno, como lo llamábamos cariñosamente, le hubiera gustado que no tirara la toalla, que sacara el pecho por él, y eso es lo que trataré de hacer, particularmente en un día especial como es hoy, el Día Mundial de la Poesía, un arte que él gozó y admiró tanto y que yo tengo entre mis más altas bendiciones.

Con Meno llevamos su música a muchos lados, pero el tiempo no fue suficiente para concluir los proyectos que teníamos juntos. Él era un ser lleno de luz, de amor y de energía positiva que alegraba cualquier evento y nos hacía participar en bandas incluso cuando nunca habíamos agarrado un instrumento. Meno tenía una espontaneidad innata, nos volvía grandes “performers” en diferentes situaciones. Recuerdo que cuando llegó a Arizona, y mientras yo terminaba mi doctorado en literatura, hacía tocar y mover el esqueleto a distintos literatos y catedráticos. Luego, cuando nos mudamos a Rockford, hizo grandes amistades. Fundador de “Combo Loco” con Dan Voll, configurado además por Rudy Ortiz, Paul Carroll y Al Terrana, llegaron a ser muy reconocidos regionalmente. En esa carismática ciudad de Illinois nació nuestra hija Valentina. En esa ciudad varias veces conocimos la nieve. Muchas veces nos resbalamos y caímos porque éramos totalmente desconocedores de “la cosa blanca”. Fue siempre una aventura vivir con Menito, gran cocinero; nos preparaba viandas no solamente a mí, sino a los amigos peruanos y nos engreía con platos como anticuchos y postres como “frijol colado”, que sabía hacer a la perfección.

Fusionador de culturas

Como decía Kike Larrea hace unos días, “Meno no fue solamente un extraordinario percusionista. Tampoco fue solamente una maravillosa persona, plena de humor, picardía y humanidad. Meno fue un pionero. Abrió la puerta del rock a los ritmos afroperuanos. E instaló a un negro en la batería de una de las más importantes formaciones de rock de la historia”. 

Meno fusionaba culturas. Yo nunca había visto que alguien como él, que al principio no dominaba el inglés, enseñara una clase de zapateo a cien gringos en un auditorio. Pero Meno lo hizo. Compartía su legado, su cultura, el amor a la Virgen del Carmen, el amor a su pueblo natal. Específicamente, recuerdo un “gigg”, una tocada cuando estábamos bailando “A la Molina” y con Dan Voll cambiaron el ritmo y la canción se convirtió en un “limbo” perfectamente para una audiencia norteamericana. A los dueños les encantó y comenzaron a tocar cada semana. Ese verano, Combo Loco llegó a ser la mejor banda del “Midwest”. Después de una gira internacional con Combo Loco, nosotros nos mudamos y Combo Loco nunca más grabó, pero la amistad y alguna tocada volvió a surgir entre Dan Voll y Meno.

Cuando estuvimos en Emporia, Kansas, Meno compartía su talento esporádicamente, ya que no había mucha música en esa ciudad. En Houston siguió tocando, primero con la gran cantante Doris Caballero y luego se unió al talentoso músico Kike Infante, que además es un hermano del alma. Tocaron por seis años y también crearon esa música fusión. El año pasado con el grupo de Kike Infante en la Universidad de Texas A & M, Meno se presentó con el grupo y cautivó a una audiencia de más de cien personas.

Ahora estoy segura de que el cielo está de jarana. Él debe encontrarse al lado de Adelina, su amada madre, y conversando con Champita, acompañado de tanta gente talentosa. Deben estar tocando en tremendo fiestón, recitando décimas y gozando de ese zapateo que hace retumbar nuestros corazones, haciéndonos tanta falta.

¡¡¡ Vuela alto, mi amor, yo cuidaré de tu Vale !!!

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