Phil Collins las dos caras de su historia

Phil Collins, las dos caras de su historia

A sus 72 años, recién cumplidos en enero -una edad en la que muchos de sus contemporáneos están en plena actividad-, la salud del músico británico ha venido resquebrajándose de manera creciente, por lo que esa noche, en el teatro O2 de Londres, anunció que este era, ahora sí, el final de una inagotable trayectoria marcada por la vitalidad que demostró en cada una de sus facetas, ya sea como explosivo baterista o extravertido showman...

[MÚSICA MAESTRO] El pasado 26 de marzo, ante más de 44 mil fanáticos de Genesis, Phil Collins le dijo adiós, de manera definitiva, a los escenarios, tras completar una exigente ronda de cuarenta y siete conciertos de la gira denominada The Last Domino? iniciaron en septiembre del año 2021 tras haberla pospuesto un par de veces, debido a la crisis del COVID-19. A sus 72 años, recién cumplidos en enero -una edad en la que muchos de sus contemporáneos están en plena actividad-, la salud del músico británico ha venido resquebrajándose de manera creciente, por lo que esa noche, en el teatro O2 de Londres, anunció que este era, ahora sí, el final de una inagotable trayectoria marcada por la vitalidad que demostró en cada una de sus facetas, ya sea como explosivo baterista o extravertido showman.

Collins comenzó a tocar la batería a los 6 años e ingresó a Genesis en 1970, a los 19, para reemplazar a John Mayhew, despedido poco después de finalizadas las grabaciones de Trespass, segundo álbum del quinteto de art-rock que entonces completaban Peter Gabriel (voz, flauta), Mike Rutherford (bajos, guitarras), Tony Banks (teclados, guitarras) y Anthony Phillips (guitarras). Junto a él, ingresó el guitarrista Steve Hackett para cubrir la renuncia de este último. Entre 1971 y 1974, Genesis grabó los discos Nursery cryme (1971), Foxtrot (1972), Selling England by the pound (1973) y The lamb lies down on Broadway (1974), en los cuales brillan sus baquetas, capaces de ejecutar abruptos cambios de intensidad, tiempos y patrones rítmicos sumamente complejos.

Basta escuchar The cinema show para apreciar su amplitud de recursos -redobles, tripletes y combinaciones-, especialmente durante los cinco minutos finales de este alucinante tema (escuchar aquí la batería aislada de la grabación original de 1973). Desde que Genesis se transformó en trío, en 1978, hasta su último álbum editado en 1991, Phil Collins grabó todas las baterías y percusiones, e hizo lo mismo en sus discos como solista, con los que amplió de manera exponencial su llegada a un público masivo. Para los conciertos, en ambos casos, tocaba a dúo con el baterista norteamericano Chester Thompson (Weather Report, Frank Zappa), quien fue su cómplice musical hasta el 2007, en aquella gira mundial de Genesis llamada Turn It On Again.

Cuando Gabriel abandonó el grupo en 1975, Collins siguió en los tambores, a la vez que asumió, a regañadientes, el papel de vocalista, y registró extraordinarias líneas de batería en canciones como Squonk, Los endos -aquí en una versión en vivo de ese periodo- o el instrumental Unquiet slumbers for the sleepers… in that quiet earth, de los álbumes A trick of the tail y Wind & wuthering, ambos de 1976. Para la gira de ese año, Genesis contrató a Bill Bruford, exintegrante de Yes y King Crimson, como baterista alternativo. Juntos produjeron electrizantes duetos en concierto (la versión de The cinema show, del álbum doble Seconds out, 1977, es impresionante). Paralelamente, además de trabajar en sesiones para Brian Eno, Steve Hackett, Robert Fripp, entre otros, Collins se unió al colectivo de jazz-rock Brand X con quienes grabó tres discos excepcionales: Unorthodox behaviour (1976), Moroccan roll (1977) y Product (1979), donde destaca su composición instrumental … And so to F…, un claro ejemplo de su depurada técnica.

Su camino hacia el micrófono no fue una decisión enteramente personal. Fueron Mike Rutherford, Steve Hackett, Tony Banks (sus compañeros en Genesis) y su primera esposa, Andrea Bertorelli, quienes lo persuadieron de cubrir el forado que dejó Peter Gabriel: “Nunca quise cantar. Hicimos audiciones a decenas de vocalistas para reemplazar a Peter pero ninguno nos convenció”, declaró a la revista especializada Modern Drummer, en el año 1979. Collins ya había hecho coros en varios temas del primer Genesis e incluso fue voz principal en dos –For absent friends (Nursery cryme, 1971) y More fool me (Selling England by the pound, 1973)- pero recién en 1976 asumió a tiempo completo el rol de vocalista, con un timbre diferente y, a un tiempo, cercano al del hombre de los disfraces bizarros y las historias victorianas.

Collins fue un innovador del instrumento en los años ochenta, pionero en el uso de baterías electrónicas con efectos de eco, primero en el tema Intruder, del tercer disco solista de Peter Gabriel (1980) y luego en su propio single In the air tonight, de 1981. Este artilugio se convirtió en su sonido característico, presente en todos sus éxitos radiales, desde la romántica Against all odds hasta la energética Easy lover, dúo con el vocalista de Earth Wind & Fire, Philip Bailey. Su fantástica batería se luce también en instrumentales como Hand in hand (Face value, 1981), The west side (Hello! I must be going, 1982) o Saturday night and sunday morning (… But seriously, 1989).

En paralelo desde 1981, Collins pasó de ser pieza fundamental de una banda casi marginal de rock progresivo a ser uno de los cantautores y productores más prolíficos y exitosos del pop-rock de los ochenta y noventa. Además de las ácidas críticas de los fans de Genesis, que le reclamaban haber traicionado el pasado del grupo, soportó el rechazo de gruesos sectores de la prensa musical a su permanente presencia en los rankings y a su actitud, que tenía tanto de humor bufonesco como de impostada seriedad, burlándose siempre de sí mismo y del estilo de vida de las estrellas de rock. “A quienes dicen que yo influencié en el cambio de sonido de Genesis en los ochenta -dijo recientemente- los reto a lograr que Tony Banks haga algo que él no quiera hacer. Eso es imposible…” Ese “cambio de sonido” que le achacaban produjo varios éxitos que mantuvieron vigente a Genesis, como Illegal alien, That’s all (Genesis, 1983), Invisible touch, Throwing it all away (Invisible touch, 1986) o Jesus he knows me (We can’t dance, 1991), a menudo coincidiendo en los rankings con sus éxitos en solitario.

Phil Collins continuó tocando en sesiones de Eric Clapton, Tina Turner, Howard Jones o el colectivo Live Aid, con el cual grabó el tema Do they know it’s Christmas time? También fueron notables sus actuaciones en los conciertos para la Princesa Diana y la Reina Isabel II y sus apariciones como baterista invitado de dos supergrupos de rock clásico, Led Zeppelin y The Who, en 1985 y 1989 respectivamente. En el primer caso, la experiencia reemplazando a John Bonham en aquel famoso concierto benéfico en el estadio JFK de Filadelfia no fue muy satisfactoria, debido al poco tiempo de ensayo que tuvieron. Jimmy Page llamó “caótica” a aquella actuación mientras que Robert Plant la describió como “una atrocidad”. Aquel encuentro surgió de la gran amistad entre Collins y Plant, reflejada en su presencia en los dos primeros discos en solitario del cantante de Stairway to heaven, Pictures at eleven (1982) y The principle of moments (1983).

A mitad de camino entre el art-rock y el pop, Collins lanzó sus primeros álbumes –Face value (1981) y Hello! I must be going (1982)- en simultáneo a excelentes discos de Genesis como Duke (1980), Abacab (1981) y Genesis (1983), que siguieron dividiendo a su vieja hinchada, en algunos casos de manera irreconciliable. Canciones como In the air tonight, I don’t care anymore o Thru these walls, inspiradas por el derrumbe de su primer matrimonio, tenían aires oscuros; mientras que I missed again, I cannot believe it’s true o It don’t matter to me exhibían ritmos más festivos, adornados por los vientos de The Phenix Horns, sección de metales de Earth Wind & Fire. Collins alcanzó el megaestrellato con su tercer disco, No jacket required (1985), con canciones como Sussudio, Take me home o Don’t lose my number, cuyos videoclips tuvieron intensa rotación en el mundo entero. Posteriormente, sus álbumes … But seriously (1989), Both sides (1993) y Dance into the light (1996) produjeron más éxitos como Another day in paradise, I wish it would rain down (con Eric Clapton como invitado), Both sides of the story, Everyday o It’s in your eyes. Su estilo como solista se orientó, desde el principio, al pop-rock con fuertes dosis de soul y R&B, que le permitió construir un sonido propio de gran aceptación masiva. Cada álbum, entre 1981 y 2002, tuvo como carátula una foto en primer plano de su rostro. En 2016, cuando relanzó toda su discografía en estudio, actualizó la fotografía para mostrar el inevitable paso del tiempo en sus facciones.

La balada Against all odds (Take a look at me now), tema central de una olvidada película del mismo nombre de 1984, nominada al Oscar por Mejor Canción Original, es una de las más representativas de esa década. Otras canciones como Do you remember? (1989) o One more night (1985) siguieron esa línea romántica. Separate lives, dúo con Marilyn Martin, fue parte de la banda sonora de White nights (Taylor Hackford, 1985), film protagonizado por los bailarines Mikhail Barishnikov, Gregory Hines, y la actriz Helen Mirren. Su primer #1 llegó en 1982 con el cover de You can’t hurry love, canción de 1966 de The Supremes. El video, un homenaje a los grupos vocales de esa época, fue todo un éxito en MTV. En 1988 escribió Two hearts, otro tributo al sonido Motown, para la banda sonora de Buster, película protagonizada por él mismo. Este disco contiene otra famosa canción de amor, A groovy kind of love, cover de 1965. En sus conciertos -con Genesis o solo- Collins solía introducir fragmentos de clásicos del soul como In the midnight hour o Reach out I’ll be there. En el 2010, la pasión del cantante por este género alcanzó otro nivel con el álbum Going back, su última grabación oficial, donde interpreta prolijamente clásicos de The Temptations, The Four Tops, Martha & The Vandellas, Stevie Wonder y Smokey Robinson.

En 1996 armó The Phil Collins Big Band y dirigió, desde su querida batería, esta orquesta de veinte músicos para interpretar arreglos especiales, en clave de jazz, de sus canciones más conocidas, algunos temas de Genesis y clásicos del funk como Pick up the pieces. El álbum A hot night in Paris (1999) fue testimonio de este proyecto musical. En 1997 participó en el concierto benéfico Music For Montserrat, junto a superestrellas como Eric Clapton, Mark Knopfler, Sting, Elton John y Paul McCartney (aquí los vemos en Golden slumbers, clasicazo de los Beatles de 1969). Por esos años también compuso y grabó la banda sonora de dos películas animadas de los estudios Disney, Tarzan (1999, por la que recibió un Oscar por la balada You’ll be in my heart) y Brother Bear (2003), expandiendo aún más su lenguaje con percusiones tribales africanas de profunda sonoridad. Lamentablemente, debido a sus problemas de salud, que incluyen una operación a la espalda y dolencias nerviosas en las manos, Phil Collins dejó definitivamente de tocar la batería el año 2014. Sin embargo, sus aportes al instrumento siguen siendo valorados por las nuevas generaciones de bateros, que lo analizan permanentemente, como en este video de YouTube, del canal Drumeo.

Phil Collins, quien realizó su primer concierto en Lima en abril de 1995, comenzó a anunciar su retiro durante la primera década del siglo XXI con giras mundiales de despedida. Diversos problemas de salud fueron reduciendo sus apariciones públicas hasta el 2016, en que anunció el Not Dead Yet Tour, título de su autobiografía publicada ese mismo año. Esta gira lo trajo de vuelta al Perú, con extraordinarios músicos como Daryl Stuermer (guitarra), Lee Sklar (bajo), Luis Conte (percusión), Brad Cole (teclados), quienes lo acompañan desde hace más de dos décadas. Aunque visiblemente disminuido, Collins dio una demostración de resistencia y compromiso con su público, interpretando sus canciones dos octavas por debajo de su registro habitual y haciéndolo sentado en una silla. Cuando se anunciaron, en el 2021, las fechas de The Last Domino? Tour, esta vez con Genesis, pocos pensaron que las fuera a concluir. Pero la gira fue todo un éxito, haciendo de esta despedida una de las más emotivas de la historia del rock mundial.

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Batería, Despedida, Génesis, Phil Collins, Prog-Rock

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