Jorge Luis Tineo

Programa Mixtura: 15 años a contracorriente

“Aunque sus géneros predilectos son, a todas luces, los relacionados al punk -duro o melódico- y sus conexiones con el reggae y el ska, la paleta sonora de Programa Mixtura también ha evolucionado con el tiempo, con bandas de blues-rock, funk, indie pop y fusiones que coinciden con géneros más extremos como el hardcore punk, heavy metal o post-punk. El común denominador es que no los pasen en las radios “normales”. Por eso, un hecho garantizado es que en Programa Mixtura jamás escucharán loas a Pedro Suárez Vértiz ni a Libido, por mucho que estén publicitando el retorno al escenario de su formación original…”

Una de las principales características de estos tiempos modernos y ultra tecnológicos es que, a diferencia del pasado, todos tienen posibilidades para darse a conocer y que, como consecuencia de ello, ya no existen barreras para difundir cualquier propuesta artística gracias al uso de plataformas alternativas como iVoox, SoundCloud, MySpace, BandCamp, Spotify y afines, o el consabido efecto multiplicador de las redes sociales (Instagram, YouTube, TikTok, etc.), a través de las cuales una infinidad de bandas y artistas individuales sin potencial comercial -parafraseando a Frank Zappa- pueden poner sus canciones a disposición de quien quiera conocerlas, sin tener a los medios masivos como filtro obligado. 

Este axioma se cumple, ciertamente, pero solo de manera parcial. A pesar de la omnipresencia de los entornos virtuales en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, estos mantienen en general -por lo menos en el Perú- una categoría inferior frente a lo que se exhibe/difunde en los medios convencionales (radio, televisión, periódicos), siempre más asociados a lo formal, lo oficial, lo que merece ser conocido e impuesto como lo único que debe consumirse. Como es natural, los presupuestos que manejan las corporaciones de medios siempre serán infinitamente superiores a lo que puedan hacer colectivos de jóvenes músicos sin padrinazgo alguno, lo cual solo confirma esta diferencia y hace que cada logro en el ciberespacio sea el resultado de un trabajo arduo, constante y comprometido.

Conscientes de eso, los comunicadores peruanos César Medina (48) y Jorge Vértiz (46) lanzaron el podcast Programa Mixtura en el año 2009, con la finalidad de dar espacio a aquellas opciones de rock nacional que, por falta de contactos o por ser exponentes de géneros poco amables y/o extremos (que podríamos definir, de manera sintética, como «subterráneos» o «independientes»), jamás lograrían sonar en radios comunes y corrientes del dial o de la web, a pesar de tener, en muchos casos, públicos cautivos que siguen fielmente sus trayectorias, adquieren sus producciones y asisten a sus conciertos. Y no solo de Lima, sino que comenzaron a internarse en las escenas regionales para descubrir aquellos grupos que el aburrido centralismo nos impide detectar a simple vista.

Poco a poco, César y Jorge fueron remando a contracorriente de todas las tendencias, empujando su emprendimiento de difusión y gestión artística, impulsados por esa pasión que comparten por el rock independiente y su multiforme árbol de subgéneros. Y fueron ampliando su programación, incorporando bandas de países con escenas locales históricamente muy activas y prolíficas como Argentina, Chile, Brasil, México, Uruguay o España pero también de otros menos esperados como plazas activas para el rock, como Ecuador, Costa Rica, Cuba, Paraguay, Bolivia y así, dando cabida a músicos tradicionalmente ignorados por las parrillas de «radios-rock-and-pop» que, encerradas en Lima, se concentran solo en aquello que esté más de moda o que, si es nuevo, reúna los atributos requeridos para asegurar éxitos masivos y evitar polémicas o incomodidades (temas inocuos/superficiales/divertidos, sonidos amigables, identificación con determinados sectores socioeconómicos, políticos y hasta raciales, etc.)

Hoy, 15 años y 743 ediciones después, Programa Mixtura sigue adelante, en sus trece, pero con una audiencia que ahora se extiende por toda Latinoamérica y España. El podcast de una hora de duración se transmite, en versión de estreno, todos los sábados a las 6pm en la página web www.programamixtura.com y es retransmitido durante la semana siguiente en dos emisoras FM (en Argentina y Chile) y ocho radios online en España, Argentina, Costa Rica y Perú. Por supuesto, en la mencionada página están alojadas todas y cada una de sus ediciones. Asimismo, Programa Mixtura, en silencio y al margen del mainstream, ha sido el único medio local acreditado en varias ediciones de los prestigiosos festivales Cosquín (Argentina) y Altavoz (Colombia), experiencias que les han permitido mejorar su trabajo online y ampliar su red de contactos con bandas internacionales.

Estos logros han sido construidos a pulso por Medina y Vértiz, una labor solitaria y tenaz que ha ido creciendo de forma orgánica y sin auspiciadores. Cuentan, eso sí, con el respaldo de los mismos artistas, músicos de todas las regiones del Perú que los reconocen como una plataforma libre y siempre abierta para apoyarlos. La página web es sencilla y de fácil navegación, lo que refleja tanto la independencia como el presupuesto ajustado. Debajo de cada link/programa, los oyentes pueden encontrar el listado de canciones que forman cada emisión, las mismas que son presentadas escuetamente y sin interrupciones por los conductores. Mientras César usa su voz abierta, sin efectos, la de Jorge suena ligeramente distorsionada, como si estuviera en otro lugar o con un megáfono. La versión de la banda de surf-rock instrumental Los Protones de El cóndor pasa, clásico de Daniel Alomía Robles -incluido en Las hijas del diablo, su segundo álbum del año 2011- les sirve como cortina de entrada y salida. Aquí podemos escuchar uno de los últimos programas, emitido el sábado 3 de febrero.

Todos estos elementos hacen de Programa Mixtura una opción diferente y con personalidad propia, anclada en la filosofía DIY -Do It Yourself- que recogen de la subcultura punk e inspirados tal vez por el trabajo seminal del británico John Peel (1934-2004), con la salvedad de que el destacado promotor de bandas poco comerciales hizo lo suyo desde la amplia plataforma de la BBC de Londres. Sobre el hecho de que el podcast y los grupos locales que propalan sean masivamente desconocidos o ignorados por grandes cantidades de público, César Medina -uno de los dos motores de Programa Mixtura- expone su punto de vista con claridad y convicción: «El público para el rock nacional no es un público masivo, es difícil que una banda tenga mucha convocatoria. En nuestro caso, mantenerse consecutivamente por 15 años no ha sido nada fácil. Pero creemos y queremos seguir aportando nuestro trabajo en pro de una escena que no tenga fronteras».

En una década y media de trabajo, Programa Mixtura ha construido su propia comunidad, a la que consideran una familia: “En el primer año -nos comenta César- la mayoría de contactos los buscábamos nosotros mismos. Con el paso del tiempo considero que Mixtura se ha convertido en un medio de comunicación conocido, aunque eso no se evidencie en nuestro propio país. Cada vez que he viajado fuera del Perú he sentido el reconocimiento de la gente, no solo de bandas sino también de medios. Cada semana recibimos muchos correos de grupos, lo cual vemos con bastante agrado porque es también una medición del trabajo que hacemos”.

Pero Programa Mixtura no es solo un podcast semanal de canciones que jamás se podrán oír en Oxígeno, Zeta Rock & Pop (o en la fenecida Oasis). También es promotora de conciertos y sello discográfico, los otros dos caminos que usa para promover una escena musical inquieta y ávida de hacerse escuchar, que es invisibilizada por las entelequias de siempre. Hasta la fecha han lanzado ocho CD recopilatorios con bandas locales y extranjeras, que ellos mismos distribuyen cada vez que viajan por el interior del país o a festivales en el exterior. Y en cuanto a tocadas, las han organizado en Lima, Cusco, Arequipa, Ilo (Moquegua), entre otras ciudades, así como también en Chile, Argentina y Bolivia.

Aunque sus géneros predilectos son, a todas luces, los relacionados al punk -duro o melódico- y sus conexiones con el reggae y el ska, una combinación muy frecuente en bandas argentinas y uruguayas, la paleta sonora de Programa Mixtura también ha evolucionado con el tiempo, con bandas de blues-rock, funk, indie pop y fusiones de todas las índoles que coinciden con géneros más extremos como el hardcore punk, heavy metal o post-punk. El común denominador es que no los pasen en las radios “normales”. Por eso, un hecho garantizado es que en Programa Mixtura jamás escucharán loas a Pedro Suárez Vértiz ni a Libido, por mucho que estén publicitando el retorno al escenario de su formación original. «No programamos bandas comerciales, me parece que ellos tienen suficiente espacio en emisoras de señal abierta. Tenemos preferencia por las bandas under», sentencia Medina.

Detrás de este esfuerzo que algunos desubicados podrían catalogar de hobbie poco rentable, subyace una preocupación de fondo. La forma en que los medios han tratado, desde siempre, a la escena pop-rock nacional, un microcosmos en el que se reflejan todos los vicios y taras sociales que nos persiguen desde que se instauró la república fallida que hoy somos. Esa escena débil y fragmentada que languidece entre los mitos creados por el reduccionismo publicitario de los medios masivos –“el punk nació en el Perú con los Saicos”- y los ídolos de barro –“Pedro Suárez Vértiz fue un genio del rock”- tiene en Programa Mixtura un bastión que junto a los blogs Apostillas desde la disidencia -del experimentado crítico John Pereyra (Hákim de Merv)-, Rock Achorao o Perú AvantGarde -del músico experimental Wilder Gonzáles Ágreda- se sostienen sobre la base de una actitud que tiene mucho de idealismo pero también de protesta. La lucha por no desaparecer. En ese sentido, apunta César, “lamentablemente el rol de la prensa es bastante cuestionable”.

“Creo que nos falta ser constantes -dice Medina sobre la escena nacional-. Este es un proceso a largo plazo y no todos llegan al final. Hay que aclarar también que “la escena” no son solo las bandas sino también el público, los medios, los administradores de locales. Entre todos debemos empujar el mismo coche y quizás ese ha sido el mayor obstáculo, hay mucho ego de por medio”. Una respuesta como esta podríamos haberla leído hace diez, veinte o cuarenta años en alguno de los heroicos fanzines que también optaron por ese camino utópico, casi quijotesco, de crearle espalda ancha a una expresión juvenil que nunca logró despegar como sí ha ocurrido en otros países, tanto por falta de apoyo estatal -sistema educativo, políticas culturales- como por los propios vicios de nuestra idiosincrasia: racismos, clasismos, argollas, limitaciones de presupuesto, conformismo, excesos de adulación y autobombo, etc. (más sobre este tema aquí). 

Por Programa Mixtura desfilan tanto bandas experimentadas como nuevas. Todas comparten el hecho de ser absolutamente desconocidas para el público consumidor de radios convencionales. Y, aunque porcentualmente dedican mucho más espacio a grupos nuevos, sí reconocen la importancia de darle “una mirada a lo que se hizo años atrás”. Esto con relación al documental Rompan todo (Netflix, 2020), largamente comentado en su momento, en el que se cuentan los albores del rock en español pero desde un punto de vista limitado y, hasta cierto punto, superficial: “Hay muchas historias que se van creando cada día, en cada esquina de algún lejano país; pero ese documental es un registro histórico que sirve para mostrar quizás a quienes encendieron la mecha en Latinoamérica, en un tiempo y condiciones distintas a las que vivimos. Lo que rescato es que existan este y otros testimonios, como también hay varios reportajes y documentales en YouTube que cubren otros aspectos del rock latinoamericano”. 

En sus 15 años en el aire, Programa Mixtura ha cruzado caminos con las bandas y se ha codeado con ellas, sintiendo lo que sienten los músicos emergentes de aquí y allá. “Hay bandas que vienen luchando muchos años y se siguen manteniendo dentro de un circuito independiente. Nosotros hemos visto el crecimiento de varias bandas locales pero como te comenté anteriormente no creo que podamos hablar de masividad acá. Algunas pueden hasta haber tocado en festivales masivos, pero llegar a ser realmente masivos es totalmente distinto. Como ejemplo te podría citar una banda extranjera que ha pasado por eso. Aliento de Perro (Argentina), banda que conocí cuando solo tenía un demo publicado. Con el paso de los años fue abriéndose camino, lanzando discos y metiéndose a pura constancia dentro de un circuito. En la actualidad casi todos sus conciertos son llenos totales, han tocado en Uruguay, México, Chile y ahora irán para Colombia”.

Para celebrar el quinceañero, César y Jorge van a tirar la casa por la ventana con dos conciertos de ingreso libre, a realizarse los días viernes 23 y sábado 24 de febrero. El primero será en el local Poco Floro (Av. Alfonso Ugarte 1434, Cercado de Lima) y el segundo, en Lima Noise Underground (Av. Primavera 1288, Surco). Entre las bandas invitadas, todas recurrentes en su programación habitual estarán los nacionales Los Protones -consolidada agrupación de rock instrumental inspirado en grupos del pasado como The Ventures (EE.UU.) o Los Belkings (Perú)-, Gato Garage -cuyo epónimo álbum debut apareció el año pasado, con un sonido rugoso entre el rock y el punk-, Narcótico, Radio Cósmica, el cuarteto Los Arman (que celebran veinticinco años de carrera) y, desde Chile, el experimentado trío de punk melódico Niño Calavera. Están avisados. 

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