Juan Carlos Tafur

Contra la dinámica del rencor

“Solo nos queda esperar que una conjunción de astros termine generando un escenario en el que aparezca y se fortalezca una candidatura de centro o de derecha, que sea capaz de derrotar la dinámica del rencor”

Solo nos queda esperar que una conjunción de astros termine generando un escenario en el que aparezca y se fortalezca una candidatura de centro o de derecha, que sea capaz de derrotar la dinámica del rencor que alientan candidaturas como las del radical etnocacerista Antauro Humala.

Si ello no ocurre, perderemos la democracia, la sensatez macroeconómica y cualquier atisbo de civilización moderna en el país. Vendrán tiempos oscuros, violentos, empobrecedores, disolventes, como los que vemos en países que han seguido esa ruta, como Venezuela o Nicaragua, que es la que Castillo y, sobre todo, Cerrón, hubieran querido desplegar en este quinquenio, pero felizmente han carecido del poder político suficiente para lograrlo.

No somos un país que sea mayoritariamente de izquierda. El crecimiento económico de las últimas décadas y la importante reducción de la pobreza han generado una clase media (aunque una parte de ella muy precaria aún) que naturalmente se inclina por defender el statu quo, no quiere revueltas, y apuesta, por ende, por opciones de centro y derecha en mayor medida, como lo demuestran todas las encuestas que inquieren sobre identidad ideológica.

Esa autoidentificación ideológica no es, sin embargo, un buen predictor electoral, porque, más allá de esa identidad, en el Perú subyacen fuerzas antisistema que trascienden el estrato social de pertenencia de los ciudadanos y que se manifiestan eventualmente en apoyos a candidaturas radicales disruptivas (como fue el caso de Pedro Castillo), pero al menos genera una masa crítica de base que si el centro y la derecha trabajan con propiedad les puede brindar una cierta ventaja de arranque.

Es imperativa -no cejaremos en insistir en ello-, la consolidación del centro y la derecha en un par de candidaturas por segmento, no más, que permitan al electorado volcarse hacia las mismas, de modo tal de asegurar una segunda vuelta entre candidatos de cualesquiera de ambas vertientes ideológicas (como sucedió el 2016).

Si ello no ocurre, la irresponsabilidad de la fragmentación le abrirá las puertas a la izquierda radical, que montada en la segunda vuelta, volverá a invocar el rencor de los desplazados de la bonanza, de los marginados del sistema, de los ciudadanos sin Estado. La inmensa alza global de precios internacionales (Castillo va a recaudar en renta minera en cinco años más de lo recaudado en los últimos veinticinco y, por supuesto, lo va a dilapidar) y las ventajas competitivas naturales de un país emprendedor como el Perú, solo necesitan un par de buenos gobiernos proinversión sucesivos para voltear la página del abismo en las cercanías.

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Antauro Humala, Pedro Castillo

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