Los medios de información locales adolecen de brindar poca, casi nula información internacional. Hay países donde los diarios le dedican sus primeras cuatro o seis páginas a temas internacionales y recién luego los asuntos locales. Acá, andan por los espacios finales, puestos casi para rellenar contenido y sin ninguna relevancia.
Ayudaría mucho a la cultura política local, por ejemplo, conocer en detalle las trastadas en las que andan embarcados los capitostes de la izquierda regional. Ver la desgracia de Argentina bajo el peronismo, los devaneos autoritarios de Bolivia, la crisis política desatada en la Colombia de Gustavo Petro, el fiasco que es el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin dejar de mencionar, por supuesto, a las dictaduras izquierdistas de Venezuela y Nicaragua.
Ha sido un acierto de Gilberto Hume, director de canal N, convocar a Ginevra Baffigo, quien lo hace muy bien en su bloque internacional. No se entiende por qué en el canal del Estado despidieron a Francisco Belaunde. En general, internacionalistas solventes como Francisco Tudela o Farid Kahhat, deberían aparecer mucho más y los programas de televisión dejar de saturarnos con el facilismo de invitar hasta el hartazgo a tanto congresista desacreditado.
Y lo que pasa en señal abierta ya es vergonzoso. Casi toda la información es policial y apenas algo de política local, y cuando se da espacio a temas internacionales suelen ocupar ese lugar las noticias pintorescas en lugar de las políticas.
Hasta por un tema de pedagogía ideológica, los medios de comunicación televisivos, que son todos de derecha, deberían asumir la difusión de noticias internacionales, como un acto de ilustración doctrinaria, además de ser rentable periodísticamente porque a la gente sí le interesa lo que pasa en el mundo, no sería un sacrificio en temas de rating, para decirlo claramente.
¿Cómo puede la gente seguir votando por la izquierda luego de sus inmensos fiascos regionales, acá nomás en nuestro vecindario? Bueno, pues, cómo no lo va a hacer, si los medios de comunicación no cumplen su tarea y no se preocupan por darles a conocer esa realidad.
Si la población peruana conociera a cabalidad el desastre gubernativo que es la izquierda, en todas sus variantes -desde la light hasta la radical- cuando llega al poder, cometería menos el error de volver a votar acá por candidatos de ese perfil ideológico.