Pedro Castillo

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 240: Bermejo se decanta por Castillo y Cerrón por hacerle oposición. ¿Se rompe el radicalismo? Las prioridades en materia laboral del Congreso. Y un rondero azota a periodista.

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Lima – Perú

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Bermejo, Congreso, Pedro Castillo

La ya explícita ruptura de Vladimir Cerrón con el gobierno de Castillo y el gabinete Vásquez, a los que tilda de derechistas y caviares, le abre al Presidente una ventana de oportunidad que debiera capitalizar.

De hecho, son importantes los votos cerronistas en el Congreso. En principio, son 18, pero en los hechos deben ser menos. Tanto Dina Boluarte como Betssy Chávez, ya tenían juego propio e influencia en esa bancada, de modo que lo más probable es que los votos cerronistas duros se reduzcan a ocho o diez.

Igual, si se considera que la oposición en el Congreso (todos los partidos, menos Perú Libre -hasta el momento-, Juntos por el Perú y los lescanistas de Acción Popular), mantenían en ristre la fiscalización al régimen y observaban con ojo crítico la confianza, las interpelaciones a ministros, la delegación de facultades y, ahora que volverá a la palestra, el tema de la vacancia, es menester que Castillo recomponga alianzas en el Congreso si quiere salir bien librado.

La única carta de cambio que parece razonable es la de la Asamblea Constituyente. El puente de plata que el centro le debería anteponer al régimen en este momento de debilidad es que lo apoyarán siempre y cuando descarte esa tesis corporativista que destruiría el modelo económico y la democracia. No se le puede pedir a Castillo que se humalice, pero sí que despliegue un gobierno de izquierda sensato y razonable.

De otro modo, el riesgo de un recorte anticipado del mandato presidencial está a la vuelta de la esquina. Con los ocho o diez votos cerronistas, la oposición recupera la capacidad de alcanzar los 87 votos que le permitirían vacar a Castillo.

Si el Presidente, como ha demostrado, es pragmático y no se guía por anteojeras ideológicas, como las que caracterizan al ala magisterial (maoísta) y al ala cerronista (leninista), podrá entender que el camino expedito para seguir ejecutando una agenda de izquierda sin sobresaltos, pasa por descartar la zozobra permanente que generaría en el país la necia insistencia en tratar de cambiar la Carta Magna.

La realidad social y la realidad política hacen inviable ese proyecto. Si hoy, las circunstancias políticas provocadas por la pateada del tablero de su exsocio Vladimir Cerrón, la convierten en moneda de cambio eficaz, ojalá ello lleve a que el Primer Mandatario alcance ese entendimiento.

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Congreso de la República, Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

Hoy, 12 de octubre, se cumplen 529 años de la colonización europea y el establecimiento de un sistema económico blanco supremacista de apropiación de tierras, explotación laboral y políticas de exterminio contra los pueblos originarios y sus culturas. Surge también la resiliencia de los pueblos originarios, al que se suman las luchas de otras comunidades secuestradas desde África y Asia por el régimen colonial. Estas luchas continúan hasta hoy resistiendo el modelo capitalista que se ha perpetuado en el poder e intenta imponer sus privilegios hasta los extremos del continente.

Las más de 200 mil muertes por Covid-19 en el Perú, los millones de empleos perdidos, una mayoría de población sin acceso a servicios sanitarios mínimos, expuesta en la trágica subida de los balones de oxígeno, son ejemplos de la terrible realidad del capitalismo en el Perú y la confirmación de que su único compromiso es con las ganancias y no con la vida. Desde la invasión europea a los tiempos del Covid-19, el capitalismo ha matado por ganancias y ha fracasado como sistema socioeconómico en asegurar el sostenimiento y reproducción de la propia vida. Los altos niveles de desigualdad, pobreza, discriminación racial y de género, y la crisis ecológica, demuestran el desvanecimiento de una ilusión que se transforma en pesadilla. Esa crisis sistémica no puede ser reformada. El capitalismo está en crisis y no es nuestro deber salvarlo.

Con el triunfo de Pedro Castillo y Perú Libre parecía que se iba formando una izquierda capaz de enfrentarse a las demandas ideológicas y políticas dentro un sistema capitalista en crisis. Se abría la posibilidad de un proceso constituyente popular y plurinacional apoyado por la clase trabajadora urbana y rural. La composición de un gabinete multicultural y con posiciones claramente de izquierda podía afianzar ese nuevo camino por la justicia e igualdad, sin embargo, el retroceso permanente y los cambios en el gabinete marcan un nuevo rumbo que algunos llaman “responsable” o “moderado” en nombre de la gobernabilidad.

Desde la salida del ex-canciller Béjar, se iba cimentando el camino de la derrota frente a los poderes fácticos. Ahora el gobierno cuenta con la venía de la CONFIEP, que saluda de manera entusiasta al nuevo gabinete. Se perdona el racismo y terruqueo de la derecha y la prensa, y se premia con un ministerio a una congresista de Perú Libre por acuñar el término derogatorio de “izquierda bruta y achorada» contra quienes se enfrentan de manera frontal a la derecha fascista y golpista.

Esta tendencia viene desde Alejandro Toledo y pasa por Ollanta Humala con su promesa de la gran transformación. Se claudica frente una clase dominante que ha afianzado su poder en las últimas décadas gracias a la constitución del ‘93, diseñada para la acumulación de más poder económico. Este proceso neoliberal también terminó de afianzar la derechización y corrupción de las fuerzas armadas y policiales, actuales peones de los ricos en el Perú. 

La utopía capitalista

Se le acusa al socialismo de ser utópico, pero ¿quien está siendo realmente utópico? ¿Cuántos siglos más vamos a esperar por “justicia e igualdad” de un sistema capitalista que se enfrenta con todos sus recursos contra un cambio mínimo? Esperar que la clase empresarial actúe con humanidad y respeto a la clase trabajadora es utópico. El poder empresarial se bajó al exministro Maraví, con el apoyo de la mayoría del gabinete, con excepción de Bellido, Ceballos, Maraví y Sánchez, el resto no estaba dispuesto a enfrentar a la derecha. ¿Tendrá el nuevo gabinete la convicción y fuerza para la defensa de los intereses de las mayorías excluidas en la repartición de la torta neoliberal? 

Es utópico creer que el capitalismo va a eliminar el racismo en el Perú. Cedric Robinson, teórico y activista político negro, decía que el “capitalismo y el racismo no rompieron con el feudalismo, sino que evolucionaron a partir de él para producir un sistema mundial de capitalismo racial dependiente económicamente de la esclavitud africana, robo tierras de naciones indígenas, genocidio y violencia. El sistema capitalista no va a eliminar el racismo porque es parte de su propia naturaleza.

También es utópico creer que la economía se va a recuperar para la clase trabajadora porque no se ha recuperado desde la crisis financiera del 2008 ni desde los 30s, 80s y 90s. Las mayorías que reciben las migajas de este sistema siguen siendo descendientes de los que resistieron a los invasores 529 años atrás. Según algunos expertos no habrá boom económico después de la pandemia porque la crisis de la pandemia es la crisis del capitalismo. Una posición moderada no va a solucionar las contradicciones de un capitalismo en declive. No seamos utópicos.

El capitalismo está en extinción y solo lo sostiene un sistema de explotación y el uso de la violencia. No debemos focalizarnos en gestionar el fracaso del capitalismo sino demandar un cambio de rumbo. No más maquillaje al capitalismo con un “rostro humano”. El trabajo de la izquierda no es salvar el capitalismo, sino trabajar en la construcción de un proyecto político desde las bases de oposición a un estado corporativo y al capitalismo colonial y hetero-patriarcal. 

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capitalismo, hetero-patriarcal, Pedro Castillo

Se suele decir -desde la opinión pública y la academia- que los primeros meses definen el carácter del gobierno para los cinco años de gestión. Evidentemente, desde el Toledo hasta Kuczynski, se sabía -de acuerdo a esta premisa- cuál sería el carácter que asumirían estos presidentes para gobernar el país. 

En estos meses que Pedro Castillo viene asumiendo el ejecutivo hemos podido apreciar que el rumbo que tendrá este gobierno es de generar el camino hacia una Asamblea Constituyente. Se tiene de conocimiento que actualmente nos encontramos con una crisis económica que necesita ser reactivada, pero que hasta el momento no se han dado visos de poder enrumbarlo económicamente. 

Nuevamente vuelvo a la teoría. Desde la academia se sostiene que las instituciones tienen buen desempeño cuando florecen y se mantienen económicamente estables. Cuando hay crisis, las instituciones colapsan. Hasta la fecha y teniendo un contexto internacional favorable, el presidente Castillo no ha convocado públicamente a los capitales para mover la economía positivamente y así generar empleo y mover a la pequeña y media empresa. Hasta la fecha, el presidente Castillo -por errores propios y de sus aliados maximalistas de Perú Libre- no hace más que encerrar su discurso y su acción en prácticas de gasto social sin detenerse a pensar que todo gasto necesita de inversiones para poder sostenerse en el tiempo. 

Hasta la fecha, el presidente Castillo no da garantías de ir hacia una gobernabilidad que nos permita como país sensatamente recuperar el tiempo perdido por su antecesor Martin Vizcarra. Tácticamente, se da respiro al cambiar el gabinete para sostener el plan maximalista que aún tiene en mente. Sino apreciemos lo que sostuvo en Cusco hace dos semanas en la que dijo que seguía en marcha el plan de campaña electoral. 

Como señalé en mi columna pasada, son tiempos álgidos para la democracia del Perú. La oposición política hasta el momento es muy reactiva. Reacciona ante cualquier coyuntura que genera el gobierno. No proponen públicamente. Si bien no hay líder de esta parte del espectro político, deben ir hacia una agenda país (en economía, salud, educación y seguridad) que les permita redireccionar a un gobierno que no puede sostener una gestión pública y que está haciendo daño económica y socialmente al país. 

La oposición política tiene el gran objetivo, en estos tiempos complicados para el régimen, de establecer los candados constitucionales necesarios, establecer agenda país y generar vínculos con la oposición social en regiones para contrarrestar la única agenda del ejecutivo que tiene públicamente clara: gasto social para generar las condiciones de una Asamblea Constituyente.

 

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Gobierno peruano, Pedro Castillo, Plan de Gobierno

 

¿Le dará el voto de confianza al nuevo Gabinete?

Hay 30 días todavía para que la puedan pedir. Hay que esperar, ¿no? Eso [esa decisión] se toma faltando unos días, en su momento. No puedes limpiarte la boca antes de haber comido.

¿Está conforme con los integrantes del nuevo Gabinete? 

Mira, nosotros consideramos que debería estar un militante cercano de Perú Libre en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), pero el presidente ha visto conveniente que ya [no]. Esas son las dos miradas.

¿La presencia de Dina Boluarte en el Midis no representa a Perú Libre?

No, en realidad. Dina Boluarte, hasta donde se ha visto, ha planteado varias cosas que no son del partido. Pero el partido no ha aprobado la participación de ella como ministra. No es propuesta del partido, sino una decisión del presidente.

¿El partido no está conforme con la participación de Dina Boluarte como ministra de Desarrollo e Inclusión Social?

No, simplemente el partido no lo ha planteado.

¿Y Betssy Chávez no es una representante de Perú Libre en la cartera de Trabajo?

Ella es, al momento, militante. Pero no responde a un acuerdo de la postura partidaria. De lo que estoy seguro es que el partido no la ha propuesto. 

¿Y Perú Libre ha planteado a algún ministro en este nuevo Gabinete?

Ninguno.

¿Acaso no es un representante de Perú Libre el ministro del Interior Luis Barranzuela, un cuestionado expolicía que ha sido abogado de usted y del secretario general de su partido, Vladimir Cerrón?

Pero no es militante, no es parte del partido.

Pero es una persona cercana a ambos. Los ha defendido en el caso del financiamiento de la campaña de Perú Libre que lleva la Fiscalía, por presunto lavado de activos

No, es un profesional como cualquiera.

¿Cómo llegó a ser abogado de ambos el nuevo ministro del Interior?

Como todo profesional que trabaja en el campo de la defensa. No hay nada en especial. 

¿Usted no lo ha recomendado para el cargo de ministro del Interior?

No, de ninguna manera. Yo me he sorprendido cuando ha juramentado. Pensamos que era otra persona, hasta que después ya nos enteramos. 

¿Cuándo le pidió el presidente su carta de renuncia?

Ayer [miércoles 6], en la mañana. 

¿Qué motivos le dio el presidente cuando le pidió su renuncia?

Los motivos no me los ha dicho. Simplemente, [me dijo]: “hemos decidido renovar, te agradezco mucho por todo tu apoyo”. Nada más.

¿Y usted no le preguntó al presidente a qué se debía esa “renovación”?

¿Por qué? Eso no sería correcto. Eso no corresponde.

¿Cuándo se entera usted que Mirtha Vásquez iba a ser la premier?

Hace un mes y medio atrás.

¿Ya sabía hace un mes y medio atrás que ella iba a ser la premier?

Para eso es la política. Te permite analizar y ver los diversos sectores. En la PCM, desde el primer día que asumes, siempre es deseado [tu lugar] por otros sectores y personalidades. Y es así, ¿no? Antes de que yo asumiera, ella era una de las que tenía posibilidades. Estaba dentro del bolo. Cuando me designan a mí, a los pocos días, nosotros nos enteramos que había varios sectores que estaban tras la Presidencia del Consejo de Ministros. Y quien tenía mayores ventajas para poder asumir era Mirtha Vásquez [expresidenta del Congreso por el Frente Amplio]. 

¿Usted tiene información de que, desde antes de que juramente como premier, ella era una de las posibilidades para ocupar el cargo?

Ella era una de las posibilidades. Y antes de ir al Congreso a presentar la política general de gobierno [el 26 de agosto], para la cuestión de confianza, ya se sabía que una de las personas que quería sucederme a mí era Mirtha [Vásquez], entre otras tres fuerzas.

¿Cuáles son esas otras tres fuerzas?

Hay que dejar eso en el tintero. 

En ese momento, ¿usted tenía conocimiento que la posibilidad de su recambio era ella?

Ella tenía grandes posibilidades y ventajas comparativas frente a las otras tres fuerzas.

Repito, ¿quiénes son esas otras tres fuerzas?

Eso te dejo para que puedas averiguar. Allí, en la Presidencia, también hay gente que se dedica a armar, ¿no?

¿A armar qué?

A armar escenarios políticos.  

Usted quiere decir que, desde que asumió el premiarato, ¿una de esas fuerzas se movía para que ella lo reemplazara?

Antes de que yo asumiera, había varios sectores que estaban tras la PCM. Me nombran y, después de unos días o un par de semanas, analizando y viendo los escenarios políticos, nosotros tenemos la información de las tantas fuerzas que desean y tienen posibilidades de sucederme. Quien tenía mayores ventajas era ella.

¿Qué tiempo cree que puede durar la premier? ¿Más que los casi tres meses que usted ha estado a cargo?

No podría ser pitoniso para poder ver en qué momento se dará eso. Requiere un análisis objetivo del escenario político y para eso se requiere cierta información. Y, en este momento, la información que se tiene es limitada. Mira, no creo que Mirtha Vásquez sea para los cuatro años y diez meses de gobierno. En el camino, mientras va pasando, irá clarificándose el escenario político. 

¿Mirtha Vásquez es la persona correcta para conducir la PCM?

Para nosotros y para muchos, hubiese sido interesante que quien asuma la PCM salga de las filas de Perú Libre. 

Y desde las filas de Perú Libre, ¿quién hubiera podido reemplazarlo en el cargo?

Esa es mucha especulación, mucha película. 

¿Estaba decidido que usted iba a presentar la cuestión de confianza por el ministro de Trabajo, Iber Maraví [con atestados policiales que lo vinculan presuntamente a Sendero Luminoso entre 1980 y 1982]?

Eso ha sido el planteamiento del presidente y yo he cumplido eso [Bellido pidió a Maraví, en agosto, su renuncia, tal como lo reveló Sudaca; el exministro de Trabajo puso su cargo a disposición y Castillo nunca la aceptó] .

¿Si el presidente no decidía cambiar el Gabinete, usted iba a presentar la cuestión de confianza por Iber Maraví?

El presidente planteó eso.

¿Y por qué si había decidido hacer eso, decidió antes cambiar el Gabinete? ¿Qué fue lo que pasó?

Habría que preguntar al presidente. No quiero especular.

¿Se reafirma en que no hubo la votación para la cremación del cadáver de Abimael Guzmán en la sesión del Consejo de Ministros del pasado 16 de setiembre?

Eso nunca hubo. Primero, no estaba en agenda. Si no estaba en agenda, no se ha discutido, no se ha votado, ni nada. Ahora, las conversaciones personales o grupales de los ministros en un tiempo que hay para almorzar o al inicio o final de la reunión, eso ya escapa a mi responsabilidad. Allí están las actas, están los actuados y nadie puede decir lo contrario.

En un chat de Perú Libre, publicado por Epicentro TV, Vladimir Cerrón dice que la votación fue 6 contra 13.

No sé de dónde habrá sacado esa información. Tendrías que preguntarle a él [a Vladimir Cerrón]. Yo no he hecho ese comentario. ¿No es cierto?

¿El tiempo que usted estuvo en la PCM ha realizado coordinaciones con Vladimir Cerrón?

No, ninguna coordinación porque no le corresponde.

Pero, están esos mismos chats publicados en Epicentro TV en el que ambos escriben…

Vladimir Cerrón está en todos los chats del partido. Los militantes y el secretario general participan en todos los chats que existen. Ese no es un chat de coordinación, sino uno donde se comparte información. Se alcanza, se conversa, se dialoga y se da opinión. Yo no coordino ni tengo nada que coordinar temas de gobierno. [Sobre los ] temas del partido, todos los militantes participamos y damos ideas. Yo estoy en todos los chats del partido.

Pero allí usted pide la renuncia del canciller Óscar Maúrtua…

Esa es mi opinión, como militante.

¿Qué le ha dicho Vladimir Cerrón por su salida?, ¿le ha llamado? [lo felicitó con un tuit el día de su renuncia]

No, por el momento no he tenido la oportunidad de comunicarme con él.

¿Va a hacerlo? ¿Se va a comunicar con él?

La verdad, no está entre mis planes. Mis planes están en el Congreso, atendiendo a los hermanos. Las actividades que se tienen en el despacho, como congresista. 

¿Ha tenido discusiones fuertes con algún ministro [en el informe de Sudaca, titulado «Las últimas horas de Guido Bellido» se cuenta que tuvo un cruce de palabras con Dina Boluarte]?

No, no hemos tenido ningún problema de ese tipo. 

¿Tuvo un cruce de palabras con el ministro de Economía, Pedro Francke, antes de su juramentación?

Eso es totalmente falso. Nunca he tenido un cruce de palabras fuerte con ninguno [de los ministros].

¿Con el ministro de Justicia, Aníbal Torres?

No, nunca. Es más, con él he tenido mucho respeto y consideración. 

Después de lo que ha pasado, ¿usted cree que es posible conseguir las 2,5 millones de firmas para el referéndum de la Asamblea Constituyente?

Más allá de lo que yo crea, hay un sector de peruanos que piden el cambio de la Constitución y hay un sector que no, que ha comprado un kit electoral para defender la actual Constitución.

¿Cree que todavía sigue vigente el plan de vacancia en el Congreso?

Eso está abierto desde que Perú Libre y Pedro Castillo han pasado a segunda vuelta. Lo que pienso es que las fuerzas que están en contra del gobierno van a seguir estándolo. 

¿Por qué cree que el dólar sigue entre S/4,10 y S/4,14 desde que se instaló el gobierno de Pedro Castillo? Se decía que si continuaba Julio Velarde en el BCR el dólar iba a bajar, ¿no?

Para mañana [se refiere a un día después de su renuncia], supongo que ya va a estar S/3.60.

¿Velarde les ha dicho eso?

Nunca he estado en una reunión con Julio Velarde. El presidente sí manifestó que había esa posibilidad, en todo caso. Hay que esperar.

¿El camino de la nacionalización de Camisea está descartado?

Mira, yo te puedo hablar hasta el escenario del día de ayer [miércoles 6]. Y hasta ayer, el consorcio [integrado por Pluspetrol, Hunt Oil, SK Innovation, Tecpetrol, Repsol y Sonatrach] tenía la voluntad de iniciar un proceso de renegociación. [Mirtha Vásquez instaló la comisión multisectorial el jueves 7].

El martes 5 -un día antes de su renuncia- un Juzgado de Familia ordenó que se someta a una evaluación y terapia psicológica, a raíz de la denuncia de la congresista Patricia Chirinos. ¿Lo va hacer?

Claro. Supongo, vamos a pasar ambos [la evaluación]. Ella y mi persona. Todo lo que sea necesario.

¿Usted le dijo a la congresista Patricia Chirinos lo que ella señala [“solo falta que te violen”]?

No. Mira, ya se ha dado un espacio y hay que dejar que [la comisión de] Ética complete su trabajo [en el Congreso].

 

(*) Fotocomposición de portada: Darlen Leonardo

Fotografía: PCM, tomada de la cuenta de Twitter del expremier Guido Bellido

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Guido bellido, Mirtha Vasquez, pcm, Pedro Castillo, Premier

Guido Bellido compró su boleto de salida el viernes 1 de octubre. Esa noche, y por primera vez en su gobierno, el presidente Pedro Castillo convocó a los ministros a una reunión de emergencia. El objetivo: buscar una salida a la crisis política abierta por el entonces jefe del Gabinete con sus provocadoras declaraciones sobre la cuestión de confianza. La vicepresidenta Dina Boluarte aprovechó la ocasión para increpar a Bellido. “No esté hablando de supuestas conspiraciones y de que yo quiero ser primera ministra”, le dijo, según un exministro presente en el encuentro. 

Los ánimos estaban caldeados. En las horas previas, Bellido y Boluarte también ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) habían chocado públicamente. El primero pidió que Qali Warma compre conservas nacionales y el programa social, manejado por el sector de Boluarte, le respondió que el 96,8% de las conservas de pescado entregadas a escolares son peruanas. Además, el portal “Epicentro TV” había publicado el chat de la bancada oficialista, con los venenosos comentarios contra Boluarte del ala dura de Perú Libre. La pintaban como una conspiradora contra el primer ministro. 

En aquella cita de emergencia, de acuerdo a un testigo de la reunión, el presidente deslizó la idea de realizar cambios en el Gabinete, pero no dio nombres ni fecha. También puso sobre la mesa una cuestión clave: ¿era conveniente presentar una cuestión de confianza ante la decisión de los congresistas de oposición de censurar al ministro de Trabajo, Íber Maraví?

Bellido, promotor de la pelea con el Congreso, encajó una sonora derrota. Sólo él, Maraví, Roberto Sánchez (Comercio Exterior y Turismo) y Hernando Cevallos (Salud) manifestaron estar de acuerdo en presentar una medida política extrema como esa, cuenta un testigo de la reunión. Los demás, no. Es decir, solo cuatro de 19 ministros estaban decididos a pechar al Parlamento. No hubo acuerdo formal tras el debate. 

Castillo, al ver que una abrumadora mayoría del Gabinete no se la quería jugar por Maraví, su protegido, decidió desechar el camino de la confrontación con el Congreso. Empezó a meditar, en cambio, otra cosa: la salida de Bellido. 

Como reportó Sudaca hace dos semanas, el plan acordado con Vladimir Cerrón era no realizar cambios hasta, por lo menos, el 5 de noviembre. Ello, siempre y cuando no ocurriera nada extraordinario. Los continuos exabruptos de ‘Puka’ cambiaron los planes del presidente y precipitaron las cosas.

 

Dina Boluarte
La vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte Zegarra, enfrentada con Guido Bellido en el Gabinete. Foto: Andina.

SALIDAS DE TONO 

El 26 de septiembre, sin coordinar con Castillo, Bellido amenazó con nacionalizar el yacimiento del gas de Camisea tras reunirse con el expresidente de Bolivia, Evo Morales, en un evento partidario de Perú Libre en Arequipa. El 3 de octubre, en el lanzamiento de la segunda reforma agraria en Cusco, dijo también algo que causó desconcierto en el Ejecutivo. Lo hizo en quechua. “Hermanos, ministros, tal vez antes han cometido errores. Pero ahora, en el gobierno de Pedro Castillo, en su nombre, no debe haber nada de corrupción. Y, si encontramos alguna mañosería, eso lo debemos entregar a las manos de la justicia”, dijo Bellido, según la traducción de la profesora de quechua, Carmen Cazorla.

(Nota de edición: Una primera versión de este artículo consignaba una traducción imprecisa de la frase de Bellido en quecha, que no cambia el sentido del artículo. La traducción correcta ha sido colocada. Pedimos disculpas a los lectores).

Ya con esos antecedentes, el expremier atizó el fuego el último martes 5 por la mañana, al responsabilizar al presidente de la demora en la ratificación a Julio Velarde como cabeza del Banco Central de Reserva (BCR). La cuenta de Twitter de la PCM publicó que Bellido ya había firmado la resolución el viernes pasado. El mensaje era que la pelota estaba en la cancha de Presidencia.

Ante tanto descontrol, Castillo empezó a cocinar la salida de Bellido ese martes 5. Para ejecutarla, había que preparar el terreno. Varias horas después del tuit de la PCM, convocó a Roger Nájar y al congresista Guillermo Bermejo, del ala dura de Perú Libre, a Palacio. Eran las cinco de la tarde. Ahí se habló de la conveniencia de refrescar el Gabinete, ya que era inminente que en el Congreso se presentase una moción de censura contra Maraví, según una fuente del lápiz. 

“No se habló de quién se iba a ir ni de plazos, pero sí de la necesidad de refrescar el Gabinete. Había que tratar de evitar confrontaciones inútiles”, dice esta fuente.

La cita del presidente con Nájar y Bermejo duró una hora. Castillo se sintió legitimado para hacer los cambios. Ese martes, a las siete de la noche, Bellido tuvo su última reunión como presidente del Consejo de Ministros vía Zoom. Los titulares de las carteras fueron convocados de forma virtual para comunicarles sobre la observación a la ley que limita la cuestión de confianza, aprobada por el Congreso. 

El cónclave transcurrió con normalidad, según una fuente que estuvo presente, e incluso contó con la participación de Castillo. La misma fuente dice que Bellido, incluso, invitó a los miembros de su Gabinete para el miércoles en la mañana a la habitual reunión en persona del Consejo de Ministros. La agenda para la sesión: el avance de la vacunación, construcción de colegios y coyuntura política. 

Pero el martes no acabó ahí para el jefe de Estado. Cerca de las 8 de la noche, Castillo recibió la visita de la expresidenta del Congreso Mirtha Vásquez y la legisladora Betsy Chávez, del bloque moderado de la bancada. En esa conversación, el gobernante le ofreció a Vásquez el premierato, de acuerdo a fuentes palaciegas. El encuentro acabó a las 9:30 de la noche.

Mirtha Vásquez registró su ingreso como una visita para Auner Vásquez, el poderoso asesor de Castillo. Este ya había sondeado antes a la exparlamentaria de izquierda, en medio de una crisis política a mediados de agosto en la que los cambios de ministros fueron finalmente abortados. 

Al día siguiente, el pasado miércoles 6 de octubre, Mirtha Vásquez volvió temprano a la Casa de Pizarro: 8 de la mañana. En ese mismo momento, los ministros llegaban a Palacio para la reunión tradicional del Consejo. 

Castillo, sin embargo, llamó a Bellido para reunirse y le pidió que cancele la sesión del Gabinete. Luego le pidió la renuncia. A Guido Bellido la noticia lo habría tomado por sorpresa. Según dos fuentes consultadas por Sudaca, el mandatario le explicó al bocazas de su premier que no iba a presentar cuestión de confianza y que quería evitar confrontaciones con la oposición. Bellido, de acuerdo a las fuentes, habría dicho que él sólo se limitó a seguir los lineamientos del partido, Perú Libre, y que debería consultarle a la agrupación que lo llevó al poder sobre la decisión.  

“Bellido le comentó al mandatario que se había vuelto incómodo para los poderes fácticos por colocar en agenda el tema de la renegociación del gas de Camisea y por abrir la puerta para que las comunidades sean proveedoras de servicios de las mineras tras el acuerdo con la empresa MMG, que opera Las Bambas”, dice una de las fuentes consultadas. 

Mirtha Vásquez y Pedro Castillo
El 6 de octubre, el registro de visitas de Palacio consigna que Mirtha Vásquez entró a Palacio a las ocho de la mañana, poco antes de que el presidente Castillo le pidiese la renuncia a Guido Bellido en el cargo de primer ministro.

LAS NEGOCIACIONES

Tras deshacerse de Bellido, Castillo empezó a rearmar su equipo con Mirtha Vásquez. Pero había un obstáculo: Cerrón y el ala dura de Perú Libre le exigieron al jefe de Estado mantener su “cuota de poder” en el Gabinete. Es decir, cuatro ministros. También demandaron la salida del ministro de Justicia, Aníbal Torres, y el de Defensa, Walter Ayala, por no alinearse con el partido

El ala dura del partido recomendó a Luis Barranzuela, abogado de Vladimir Cerrón en una investigación por lavado de activos, para Interior. Barranzuela fue promovido por Bermejo y entrevistado por el presidente el martes en la noche, según una fuente del Gabinete saliente. Él y Raúl Noblecilla, socios en un estudio jurídico y abogados de Cerrón,  estuvieron el fin de semana en el Valle de los Ríos Ene, Apurímac y Mantaro (VRAEM) para promover una campaña en rechazo a la erradicación de la hoja de coca. 

BarranzuelaBarranzuela
El nuevo ministro del Interior, Luis Barranzuela Vite (en círculo), en el VRAEM la semana pasada, en campaña contra la erradicación de la hoja de coca. Lo acompaña Raúl Noblecilla, el abogado de Vladimir Cerrón.

Finalmente Barrenzuela fue nombrado en reemplazo de Juan Carrasco. Fuentes allegadas al exfiscal anticorrupción dicen que fue removido por pedirle la renuncia a la viceministra de Orden Interno, Olga Chahua, una recomendada del presidente Castillo. Perú Libre también logró colocar al ingeniero industrial Eduardo González Toro, como ministro de Energía y Minas. González Toro postuló al Congreso, en el 2016, por Perú Libertario, el embrión de Perú Libre. 

Olga Chagua y Pedro Castillo
Julio, 2021. Olga Chagua Timoteo, viceministra de Orden Interno, en una foto de archivo con el presidente Castillo. Juan Carrasco pidió su salida antes de ser removido del cargo. Ella es recomendada del mandatario. Foto: Facebook de Olga Chagua.

La parlamentaria Betssy Chávez, militante de la agrupación oficialista y distante de la línea dura, fue nombrada ministra de Trabajo en reemplazo del cuestionado Íber Maraví. La decisión causó la molestia del legislador y aliado del presidente Castillo, Edgar Tello, quien salió públicamente a protestar por la conformación del Gabinete. Maraví, como Tello, impulsan la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenate Perú), el gremio fundado por el presidente Pedro Castillo.

“Guido Bellido ha estado haciendo su trabajo, pero ha habido presión de un gran sector de la prensa nacional, de la derecha y de los grupos caviares”, dice a Sudaca el congresista de Perú Libre, Álex Flores. La bancada oficialista, en un comunicado, anuncia que no será oposición al gobierno pese a las discrepancias. Bellido, el provocador profesional, seguirá en política, específicamente en el Congreso. La arena movediza está más revuelta que nunca. 

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Guido bellido, Pedro Castillo
Por Cristian Rebosio

Con solo 26 años, Mauro Gonzales se convirtió en un nombre clave de la campaña en la que Pedro Castillo ganó la presidencia. El joven, que estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, fue el encargado del área de comunicaciones del candidato de Perú Libre, con quien dice tener una amistad. Sin dejar de lado sus asesorías extraoficiales al presidente, Gonzales ahora es director de comunicaciones en la oficialista Radio Latina y está involucrado, como asesor de imagen y comunicaciones, en un proyecto que tendrá la misma línea editorial: Nacional TV. 

¿Cuál era su función en la campaña de Pedro Castillo?

En la primera vuelta, Richard Rojas me llamó y lo reemplacé, desde el 16 de marzo hasta el final de la primera vuelta, porque se enfermó con Covid. Luego, él vuelve a tomar la posición de jefe de campaña y yo paso a ser jefe de prensa y asesor de comunicaciones.

Ha visitado Palacio de Gobierno en varias oportunidades durante los últimos dos meses, ¿a qué se deben estas visitas?

No solo a Palacio, también he ido a la Presidencia del Consejo de Ministros. Esto es para realizar algunas coordinaciones que tenía que hacer, como parte del Comando Presidencial, con Pedro Castillo.

¿De qué se encarga el Comando Presidencial?

Es un apoyo externo que le damos al presidente Pedro Castillo. Pero no asumimos ninguna función. Principalmente son coordinaciones y asesorías que le brindamos.

¿Recibe algún pago a cambio de estas asesorías?

Las hago voluntariamente.

¿Cuántas personas integran este Comando Presidencial?

Alrededor de 15 personas y cada uno tiene su especialidad. Puede ser economía, área legal, comunicaciones, etc. 

¿Los asesores oficiales forman parte del Comando Presidencial?

Sí, pero ellos están adentro. Si apoyas en campaña [se refiere a los asesores ya contratados], entra tu candidato y te lleva.

¿No existe un conflicto de interés al ser parte de un medio de comunicación [Gonzáles es directivo de Radio Latina, un medio oficialista] y, al mismo tiempo, asesorar al presidente Castillo?

Tengo que tener mis ingresos, no estoy trabajando. Si a me contratan, soy libre de ir al espacio que me llamen. Si me llama El Comercio, ¿cuál es el problema de estar ahí?. Continúo asesorando al presidente de manera externa, no estoy trabajando en el Estado. Soy libre, soy profesional y no tendría por qué haber conflicto de intereses.

Como jefe de prensa de Pedro Castillo durante la campaña, ¿por qué optaron por evitar a los grandes medios?

La respuesta está en las pantallas. Prendes el televisor y la balanza está inclinada. Como estratega, no voy a meter a mi candidato en la boca del lobo. Cuando manejé la campaña de prensa, tenía entrevistas con medios internacionales, medios de Colombia y México. Lamentablemente, la prensa peruana no tiene una pluralidad a la que se pueda llevar a un candidato que no sea de tu agrado. Yo lo llevaba y era todo en contra.

¿No consideraron que el público de estos medios debía conocer las propuestas de Pedro Castillo?

Lo hacíamos en nuestras redes sociales, las transmisiones en vivo, los mítines de campaña y en el Plan Bicentenario de la segunda vuelta

¿Fue un acierto evitar a estos medios?

No es acierto ni remordimiento. A más críticas, más propuestas. Nosotros no teníamos tiempo para dar entrevistas e ir a los medios. Lo que nos interesaba era ir pueblo por pueblo, donde ningún candidato presidencial había llegado. Nuestro fin era llegar a esas personas.

¿Por qué, tras el triunfo en la segunda vuelta, el presidente Pedro Castillo se mantiene alejado de los medios de comunicación?

Eso estratégicamente es decisión de la parte de comunicaciones dentro de Palacio. Yo, como apoyo externo, le puedo dar ciertas recomendaciones al Presidente y las áreas involucradas, pero la decisión política está en la interna. Yo no puedo decidir sobre la secretaria de prensa y el director de comunicaciones. Ellos manejan cada área de acuerdo a sus posibilidades y funciones. Yo estoy siendo un apoyo externo y le doy uno que otro consejo.

Ahora es parte del proyecto de Nacional TV [un nuevo canal de televisión oficialista], ¿qué lo llevó a pensar que existe la necesidad de un nuevo medio de comunicación?

Más que necesidad, vimos una oportunidad de hacer las cosas bien en el ámbito periodístico. No vemos una neutralidad en los canales de televisión y optamos por esta nueva alternativa.

¿Por qué considera que El Foco y Epicentro TV no aceptaron la propuesta para trabajar con Nacional TV?

No sabría decirte. No he autorizado, como responsable del proyecto, a ninguno de los miembros del equipo para que negocien con esos medios. Cada uno tiene su posición y se respeta.

En una entrevista al programa Panorama mencionó que en Nacional TV impulsarán la agenda de los tres poderes del Estado, ¿a qué se refiere con impulsar una agenda?

Me refería a darle espacio al poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Las puertas del canal van a estar abiertas a todos. Que cuenten la labor, lo que han hecho, lo que van a hacer y emitan su posición.

¿Pero eso no es lo que actualmente hacen los canales del Congreso y Justicia TV?

No sé cuánta gente vea el canal del Congreso. En tal caso, si es similar, esta va a ser otra alternativa. No es tan así como transmitir la agenda de los poderes del Estado; es informar las acciones que vienen realizando y juzgar cuando se deba hacer y aplaudir cuando corresponda.

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Pedro Castillo

Son solo 2 meses y pocos días del Gobierno de Pedro Castillo, pero parecen más. Un tiempo político acelerado, donde pasamos sin tregua ni pausa, de una segunda vuelta con el fraude de las denuncias de fraude, el asedio a las instituciones electorales  y una transferencia al límite,  a un nuevo periodo de gobierno con sobresaltos y crisis constantes (y hay que decirlo, porque no es un dato irrelevante, una crisis dentro de la crisis permanente, múltiple, estructural, profundizada además por la pandemia). 

 

La danza inmóvil

Desde el inicio los principales actores mostraron rápidamente sus cartas -marcadas- definiendo las condiciones del juego. De un lado, la derecha dura, en modo “tercera vuelta”, que no se resigna a ser gobernada por sectores subalternos, con el plan de vacancia (plan V) como objetivo estratégico y que no deja de agitarlo cada vez que puede –como en la reciente coyuntura-, exhibiendo además una oposición hiperideologizada, propio de la guerra fría. Del otro, también un gobierno que decidió formar un gabinete que limitaba su base política de apoyo y con una creciente imagen de debilidad, habitualmente  errático, a la defensiva y con poca claridad estratégica.

Ambos, la coalición vacadora, y la coalición de gobierno, especialmente los sectores más dinámicos y a la iniciativa al interior de estos dos bloques,  comparten una  tendencia hacia el aislamiento y el despropósito constante, una suerte de vocación antihegemónica, que los lleva a la permanente autoafirmación y a convocar solo a –sus- convencidos, pero que son incapaces de hablarles –y movilizar- a sectores más amplios del país. Es verdad que este aparente empate –catastrófico-, a cada uno le sirve para objetivos mínimos de corto plazo: a unos, para estar a la iniciativa, y consolidar un relato macartista y terruqueador en sectores medios y altos, mientras espera la oportunidad para dar el golpe definitivo; a otros para mantenerse y avanzar con algunas políticas en medio del fuego cruzado –y el fuego amigo-.

El problema aquí es que, al que menos favorece dicho escenario es a un gobierno cuyo proyecto de cambio, para sostenerse y avanzar, requiere fortalecer su legitimidad, alinear a sus propias fuerzas y tener más claridad en el corto y mediano plazo.  El nudo problemático aquí, en la coalición de gobierno, es que sus actuales componentes son necesarios (por razones de principios y prácticas: mandato electoral, correlación congresal) pero la relación y disposición de estos tienden al entrampamiento y el inmovilismo.

 

No todo lo que brilla es rojo.

Uno de los factores principales de entrampamiento y crisis en el gobierno es que el socio principal Perú Libre -o su conducción-, ha ejercido una permanente presión sobre el gobierno desde un relato de sí mismo como vanguardia imprescindible, de garante izquierdista, cuando en la mayoría de casos -a contrapelo de lo que agitan los medios y la oposición de derecha -, las diferencias no han sido planteadas sobre aspectos programáticos de fondo, de políticas u orientaciones, como se puede comprobar en las actas del consejo de ministros, o la omisión de la asamblea constituyente en presentación del plan de trabajo del primer ministro Bellido en el congreso. Más allá del exhibicionismo radical, de cierta arrogancia doctrinaria, e incontinencia y decisionismo tuitero, las disputas de PL y sus lideres se han dirigido principalmente a defender o alcanzar espacios de poder, un típico juego de la silla, pero con música de protesta y frases de manual de marxismo soviético de los 70. 

Desde Maquiavelo se sabe que la política es una compleja proyección de apariencias o, más cerca, desde juego de tronos, que el poder está donde se cree que está el poder. Así, el radicalismo vacío de Vladimir Cerrón le ha dado cuerda a una política performativa –irónicamente posmoderna- alimentando la histeria anticomunista de la derecha, lo que le permitió a su vez un posicionamiento central en el objetivo –legitimo por cierto- de colocarse como la principal fuerza de izquierda para las elecciones regionales y municipales del próximo año. Mientras tanto las otras fuerzas de la coalición, buscan retomar la iniciativa construyendo un perfil propio desde el soporte programático al gobierno, mientras justifican ante un sector de su electores y la opinión pública sus actuales compromisos que vienen de la segunda vuelta.

En ese marco, hay distorsiones adicionales que alimentan la crisis. Tenemos un  primer ministro que, lejos de blindar al presidente, tiene que ser blindado, en vez de apagar incendios los provoca, en vez de avanzar en la políticas de gobierno genera condiciones de inviabilidad e inestabilidad para estas. Pasa lo mismo con el ministro Maraví, al margen de las verdades y mentiras en su interpelación –cargado de miedos y hechos que no guardan relación con la realidad política actual- lo que se espera es que se pondere es el objetivo político de avanzar en un proyecto de cambio sostenido. 

 

Ponte el sombrero

En ese sentido, el gobierno que en sus primeros días se orientó a atender con urgencia a los eslabones más vulnerables de la sociedad vía bono Yanapay,  o la aceleración de la vacunación, entre otras medidas, sino cierra sus flancos más evidentes y no resuelve sus contradicciones, alineando a su coalición alrededor de objetivos tácticos y estratégicos claros, tendrá aun más dificultades para implementar reformas de mayor envergadura como la reforma tributaria, o la segunda reforma agraria, la renegociación del gas del Camisea o, más aun, la posibilidad de una asamblea constituyente

De continuar la tormenta política, derivando cada vez más en enfrentamiento abierto de poderes, el riesgo ya no sería caer en una normalización mediocre, sino en la posibilidad –bombardeo mediático de por medio- que avance la sensación de estancamiento e ingobernabilidad, lo que puede transformar una expectativa positiva de amplios sectores de la sociedad en malestar y desaprobación en el mediano plazo, abonando así a la emergencia de un proyecto de carácter conservador o, peor aun, reaccionario. 

Por ello, se espera del Presidente que, manteniendo la base de su coalición y su programa de gobierno, tome decisiones urgentes, convoque a más fuerzas sociales y ciudadanas, poniendo por delante el viabilizar política, técnica y comunicacionalmente los cambios que ha prometido y por el que votaron una mayoría de peruanos.

 

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