Pedro Castillo

Es un evidente despropósito que una fiscal denuncie por el delito de sedición a periodistas de Willax. Este canal es una fábrica de sensacionalismo, campañas insidiosas y propalación premeditada de fake news, lanzados con el solo afán de generar atención pública, pero el único juicio que se puede hacer sobre ello pasa por los televidentes y su decisión de ver o no ese medio de comunicación, no por la desprolija y apresurada iniciativa de una magistrada del Ministerio Público.

Pero más grave que este entuerto judicial en el que el canal de marras se halla incurso, es el hecho de que nada menos el presidente electo Pedro Castillo haya firmado una solicitud junto al inefable personaje de Julián Palacín, pidiéndole al Ministerio de Transportes y Comunicaciones a que tome acción contra el canal por haber, supuestamente, cometido faltas éticas.

Por supuesto, los canales de televisión, al utilizar el espectro radioeléctrico del Estado, están sujetos a ciertas normativas públicas, pero ninguna de ellas atañe a la libertad periodística del medio. Si un canal incumple las normas técnicas pues recibirá una sanción y si un periodista difama o comete perjurio están abiertos los tribunales penales para querellarlos y eventualmente sancionarlos, pudiendo ser el canal tercero civil responsable.

Pero lo que está detrás de esta iniciativa parece corresponder a la idea extendida de que los canales privados, solo por el hecho de utilizar una banda estatal, se deben comportar en base a criterios uniformes, neutrales y acomedidos respecto del poder de turno. Los canales privados no son ni deben ser el canal del Estado. Son empresas privadas dueñas de la concesión y como tales tienen absoluto derecho a utilizar su parrilla periodística como les venga en gana, solo sujetos a las regulaciones administrativas y penales ya conocidas y referidas.

En algún momento corresponderá evaluar la entrega de las concesiones televisivas a dedo que en el Perú se han hecho y volver a licitar las frecuencias, como corresponde, y hacerlo así cada cierto tiempo, no entregar las concesiones a perpetuidad, como acá sucede. Pero ese es otro tema.

Hoy corresponde estar alertas frente a la amenaza que se cierne sobre la libertad de prensa si el futuro Presidente cree que su ministro de Transportes tiene algo que decir sobre los contenidos periodísticos de los canales de televisión y las radios locales.

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Fake news, Pedro Castillo, Willax

Estamos viviendo un momento histórico, el 28 de julio juramentará como presidente Pedro Castillo Terrones; un líder del Perú profundo, un profesor de escuela, hombre andino y rural. Que esta sea la figura del Bicentenario, tras un proceso plagado de racismo, clasismo y actitudes antidemocráticas, es simbólico y significativo, representa una gran oportunidad a la vez que implica una gran responsabilidad.

Al presidente electo no le vienen tiempos fáciles, eso lo sabemos todos/as; sus opositores/as no dudarán en ponerle cientos de obstáculos en el día a día, lo cual no sólo es mezquino, sino que abonará a la crisis que ya vive el país a nivel económico, político, sanitario y social. Por ello, Pedro Castillo, debe tener claridad que su tarea es promover cambios y sacar adelante al país en democracia, haciéndole frente al enojo de sectores autoritarios que han visto amenazados sus intereses y cuya rabia, plagada de violencia racial, ya no se oculta.

En este contexto, debe concentrarse en tejer alianzas con sectores democráticos, dialogar con los movimientos sociales y no dejar ni un atisbo de duda sobre su honestidad y buenas intenciones separándose de figuras vinculadas a hechos de corrupción, de esta forma podrá dar mayor sostenibilidad a su mandato.

Parte de la agenda urgente que debe atender y que es constantemente recordada por el movimiento feminista y de mujeres es la lucha contra la discriminación y la violencia de género.  Una democracia real se construye promoviendo los derechos humanos y los derechos de las mujeres y de la población LGBTIQ+ son derechos humanos.

Es fundamental que, en el corto periodo de transición, que ya se ha iniciado, tome especial interés en conocer no sólo la problemática sino además los avances que tiene el Estado para promover la igualdad de género y una vida libre de violencia.

Son muchas las acciones pendientes, pero, para empezar y durante sus primeros días puede: garantizar la continuidad del Ministerio de la Mujer, fortaleciendo su rectoría en materia de igualdad de género; comprometerse con la mejora de los servicios de atención a la violencia de género para que las víctimas y sus familiares del área urbana, rural y amazónica encuentren una adecuada respuesta del Estado; pero, además,  debe promover la implementación de los lineamientos estratégicos para la prevención de la violencia de género, como medida para avanzar hacia un cambio sociocultural a largo plazo.

De otro lado, debe promover la paridad en el Estado, empezando por designar un gabinete paritario, con profesionales comprometidos con la democracia, los derechos humanos y la igualdad.

Muchas feministas y defensoras de los derechos de las mujeres le dieron un voto crítico y vigilante, por lo que estaremos atentas para no permitir retrocesos, convencidas que una democracia real debe tener como uno de sus pilares la igualdad.

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igualdad de género, Pedro Castillo

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 178: Castillo y el contorsionismo político que tendrá que hacer si busca contentar a todos con su Gabinete. ¿Le sirve para eso su experiencia como sindicalista, más bien opositor? ¡Y las falsas ofertas!

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Bicentenario, Pedro Castillo

Que voceros del gobierno entrante declaren que se van a dedicar primero a hacer una auditoría del proceso de compra de vacunas, es una pésima señal del ánimo con el que entran a Palacio y que ojalá no sea extensivo a otros predios del quehacer gubernativo.

Quizás lo que mejor ha hecho el gobierno de Sagasti haya sido el proceso de compras de vacunas y la ejecución del plan de vacunación. Y que sin siquiera esperar a que los comités de transferencia sectoriales les informen a los encargados de Perú Libre cómo se ha hecho y se ha planificado el proceso, ya salgan a declarar en plan vindicativo, es un mal augurio del tipo de gestión que se avecina.

Ha tenido tiempo el presidente electo, Pedro Castillo, mientras demoraba su proclamación por las argucias de Fuerza Popular y allegados, para zanjar varios temas. Primero, qué va a hacer con Vladimir Cerrón y el partido que lo cobijó para llegar a Palacio (y que ya se ha visto cómo espera con angurria los cargos públicos). Segundo, qué línea económica va a seguir, si la moderada que prefiguran nombres como los de Pedro Francke o Alonso Segura, o si se ceñirá al mandato original radical del ideario de Perú Libre. Tercero, qué piensa hacer con la Constitución: ¿cambiarla radicalmente con una Constituyente? Si es así, ¿bajo qué modalidad lo piensa hacer (referéndum, reforma del 206, cuestión de confianza, etc.)? Cuarto, quiénes conformarán su gabinete ministerial y el consecuente despeje de dudas de cuán amplia y plural será su convocatoria.

No deben pasar muchos días u horas para que Castillo efectúe anuncios claros respecto de los temas señalados. Arranca con el marcador en contra. Lamentablemente, se han asentado en un sector importante de la población las dudas sobre la legitimidad de su mandato, tiene una derecha en pie de guerra movilizada en su contra y no tiene mayoría congresal propicia.

Lo peor que podría pasar es que Castillo pierda valioso tiempo en supuestamente ajustar cuentas con el gobierno saliente y no dedicarse prontamente a gobernar efectivamente, con toma de decisiones rápidas, anuncios puntuales y despliegue de acciones inmediatas.

Algo extraordinario tendría que ocurrir para que un gobierno como el de Castillo sea bueno. Los astros están alineados en su contra y lo más probable es que la suya sea, en el mejor de los casos, una gestión muy mediocre. Veremos en sus primeros pasos si se cumplen nuestros pronósticos u -ojalá- nos desmiente y sorprende.

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Pedro Castillo, Perú Libre

Al igual que para la mayoría, ninguno de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta era de mi agrado. Ninguno era liberal ni en lo social, ni en lo político, ni en lo económico. Ambos, un peligro para la democracia. Sin embargo, a medida que fue desarrollándose la campaña, la propuesta de Perú Libre logró lo increíble: convencerme de ser más peligrosa que el Keikismo, que tanto daño nos ha hecho en los últimos 5 años. Su propuesta económica, que parecía una mezcla de todas las recetas que han empobrecido tanto al Perú en el pasado como a otros países en el presente, me hizo llegar a la conclusión de que Fuerza Popular era el mal menor.

Debe ser humano que cuando uno pierde una contienda, quiere ver al otro hundirse. Sostuve varias discusiones durante la campaña electoral con personas que consideraban a Keiko el mal mayor. En ese momento, expuse mis argumentos contrarios e incluso intenté convencerlos. Por supuesto que ahora, proclamado Pedro Castillo, pasa por mi cabeza un “¡Cuando nos hundamos, vas a ver!”. Supongo que a todos nos provoca tener razón y decir “Te lo dije”. Pero ya pasó más de un mes desde las elecciones, y tuvimos suficiente tiempo para enfriar nuestras cabezas y darnos cuenta de que, en esta oportunidad, si se hunde el barco nos hundimos todos.

Nunca sabremos quién tuvo razón, pero eso ya es irrelevante, porque uno de los dos ganó las elecciones, así sea por un pelo. ¿Me gustan los resultados? No. ¿Acepto los resultados? Sí.

Hoy, ya no quiero tener razón. Quiero, por el contrario, estar lo más equivocada posible. Entre más equivocada haya estado sobre Pedro Castillo, mejor le irá al Perú. Espero de corazón que todas las personas con las cuales debatí durante la segunda vuelta puedan venir, reírse de mí y decirme: “¿Ves? ¡Te dije!”. Y me tocará comerme el orgullo, con una sonrisa secreta.

Claro que no basta simplemente con desear estar equivocado. Todos debemos ser conscientes que lo que nos toca desde el próximo miércoles es estar vigilantes. Pero es diferente vigilar deseando que al próximo gobierno le vaya mal, que dándole el beneficio de la duda que merece cualquier gobernante nuevo. Finalmente, a todos, sin excepción, independientemente de por quién hayamos votado o en qué parte del espectro ideológico nos ubiquemos, nos convendría que Pedro Castillo haga un buen gobierno.

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

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Keiko Fujimori, Pedro Castillo, Perú Libre

¿Llegó para quedarse el discurso radical de derecha, ultraconservadora, clasista y racista, cuasi fascista que en algunos casos se ha disfrazado de liberal muchos años y hoy se ha sacado la careta desembozadamente (logrando criar algunos retoños contemporáneos con el mismo discurso)?

Hay quienes sostienen que estos son buenos tiempos para su desarrollo. No solo por la crisis económica -que suele ser caldo de cultivo para su desarrollo- sino también por el desorden social y la urgencia concomitante de valores (Dios, patria, familia, etc.), la oposición al comunismo (encarnado en Pedro Castillo) y el rechazo a lo extranjero (dada la migración venezolana).

Por supuesto, no hay que perderla de vista, porque su crecimiento sería una abierta amenaza a la democracia liberal y supondría un retroceso en los reales avances republicanos que hemos logrado las últimas décadas.

Pero hay que acotar mucho la amenaza de su expansión. Primero, lejos de avenir una crisis económica, si Castillo no comete exabruptos radicales -entre ellos la Asamblea Constituyente-, todo prefigura un venidero periodo de bonanza, producto en gran medida de circunstancias externas; el desorden social genera conservadurismo, pero hay que recordar que las principales víctimas de ello no son las élites de la DBA sino los sectores populares que le suman a ello otras urgencias mayores; la oposición al comunismo ha funcionado hasta ahora (hemos visto a personajes como Mario Vargas Llosa, Alfredo Barnechea, Lourdes Flores o Víctor Andrés García Belaunde, de reconocida solera democrática, coqueteando abiertamente con el golpismo), pero si, como todo lo hace indicar, Castillo se modera, este miedo se tornará cada vez más histérico, minoritario y desfasado; finalmente, difícilmente la aversión al migrante venezolano cuaje en una opción política, dado el carácter nacional de ser un país de migrantes de todas las etnias y procederes, y hay que considerar además el carácter étnico minoritario de las élites.

En el nudo de la tormenta de todas las crisis, como la que pasamos en plena primera vuelta, un grupo ultraconservador como el de López Aliaga apenas obtuvo 9.55% de los votos y la mejor manera de darse cuenta de que no era un voto ideológico de ultraderecha sino una reacción expectante a un candidato disruptivo, fue que en la segunda vuelta, casi un 20% de los votantes de López Aliaga lo hicieron por Castilllo, supuestamente ubicado en las antípodas ideológicas y políticas.

La ultraderecha es bullanguera, tiene respaldo de grupos económicos, tiene medios de comunicación alineados, pero carece de base sociológica para prosperar. Es muy difícil que la DBA, a rostro descubierto, logre dejar de ser una expresión antidemocrática minoritaria.

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DBA, Pedro Castillo
[CAJA NEGRA] Es hora de poner énfasis en la medición y seguimiento de aquellos indicadores económicos que más le importan a los hogares peruanos y en donde vamos de caída. Estamos incluso peor que en el 2020. Ojo al piojo.

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MEF, Pedro Castillo

En lugar de estar perdiendo el tiempo en conspiraciones golpistas o violentistas, la derecha haría bien en empezar a pensar cómo conforma una mayoría parlamentaria capaz de contener los arrestos constituyentes del presidente electo, Pedro Castillo, quien parece no entender que no es el momento, que no tiene la fuerza política para hacerlo y que además arruinará su aparente opción de moderación económica.

La derecha tiene 43 votos y el centro 44 (o 45 si Héctor Valer, expulsado por López Aliaga de Renovación Popular, se adhiere a este sector). Suman 88 votos, número suficiente para, inclusive, vacar a Castillo si éste decide romper los cánones constitucionales para emprender el camino constituyente, es decir, convoca a un referéndum de facto de inmediato o luego de recoger firmas (ni aunque recolecte diez millones puede saltarse el camino previo de la aprobación congresal).

Lo natural es que Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País conformen un bloque de centro derecha democrático junto con Acción Popular, Alianza para el Progreso, Podemos, Somos Perú y los morados. Juntos tienen el poder de disuasión suficiente para hacerle entender a Castillo que debe discurrir dentro de los márgenes constitucionales.

Podrá haber votación diferenciada en lo que se refiere, por ejemplo, a aprobar el paquete tributario que Pedro Francke ha anunciado respecto del sector minero o eventualmente apoyar alguna reforma constitucional puntual, pero en lo que debe haber una sólida y pétrea unidad es en impedir que Castillo apruebe la reforma del artículo 206 para conducirnos a una Asamblea Constituyente o, lo que sería más grave, que pretenda hacerlo sin seguir los preceptos constitucionales (si así lo hace, lo que corresponde de inmediato es que se procese su vacancia).

Lo más probable es que este acuerdo pase por la renuncia de Fuerza Popular y de Renovación Popular a presidir la Mesa Directiva. Sería lo más adecuado. Ambos partidos son polarizantes y será más fácil convencer al centro de sumarse a este acuerdo multipartidario si se antepone la vocación de renuncia al protagonismo.

Embarcada en teorías conspirativas absurdas, llamamientos golpistas y miradas de soslayo a actitudes violentas, la derecha se ha olvidado de hacer política y eso pasa en estos momentos por asegurar un Congreso de contención opositora.

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Asamblea Constituyente, Pedro Castillo, Pedro Francke

Ayer Beto Ortiz salió con una pistola en su programa, asemejándola al machete de los ronderos. «La pistola para mí es algo cultural», dijo. ¿Qué opina sobre este paralelo?

Nosotros usamos el machete, pero no como un arma. Y no la exhibimos como arma tampoco. El machete para nosotros es un instrumento de trabajo. No es más que eso. Hay algunos que no pertenecen a la organización y seguramente quieren figurar, y esta vez han sacado un machete. Pero no pertenecen a la organización. Como ronderos, nosotros a la gente tampoco la intervenimos a la fuerza, ni a golpes, ni a patadas, ni a palos. Previamente hacemos investigación. Aquí ha habido personas que se autodenominan «ronda» solo para apegarse a Pedro Castillo. Ellos tienen que responder por esas acciones que están haciendo. Beto Ortiz seguramente conoce de comunicación, pero no conoce absolutamente nada de organización. Ojalá nos entreviste para ilustrarle. 

¿Han identificado a estas personas que menciona, que se autodenominan «rondas», pero no pertenecen a la organización nacional? 

Los tenemos plenamente identificados. 

¿Quiénes son?

Ellos vienen dirigidos por un señor Vallejos. En todo caso, [en Willax] tendrían que mostrar quiénes realmente son la estructura nacional. Yo también puedo reunir a unos cuantos compañeros, les doy su chaleco, su uniforme y hacen de ronderos. Nuestra estructura es base, caserío, centro poblado, distrito, provincia, base regional y luego la nacional. Todo sale mediante procedimientos de elección. Lamentablemente, esos señores están haciendo quedar mal a nuestra organización. Nosotros tampoco les prohibimos que se organicen, pero sí tenemos que deslindar con claridad. El señor Beto Ortiz desconoce mucho, pero también tiene una intención clarísima.

¿Y quién es este señor Vallejos? 

Víctor Vallejos Tinoco [lidera una organización paralela, la Confederación Nacional de Rondas Campesinas, Urbanas y Nativas del Perú – Cconarc]. El señor Vallejos viene de una trayectoria complicada. Él se apega siempre a alguien. Ahora se ha apegado al compañero Castillo. Tampoco vamos a decirle «que no se apegue a ti» o «sácalo». Lo que sí estamos diciendo con claridad es que sus acciones no pueden manchar la imagen de nuestra organización. No digo que somos perfectos, porque podemos cometer errores, pero eso no lo hacemos. Menos sacamos un machete para decir que somos guerreros y que hay que enfrentarse así a las Fuerzas Armadas. Nosotros tenemos otra forma de organización, principios, normas. Estos señores tienen que aprender mucho de lo que es la organización rondera. 

Entonces, como CUNARC, ¿condenan que el machete sea usado como elemento en las marchas?

Exactamente. Nosotros estamos totalmente opuestos, por ejemplo, a un proyecto de ley en el que el Estado quiere armar a la población. Nosotros hemos combatido el terrorismo con organización, educación. No hemos dejado que se infiltre ningún narcotraficante ni delincuente a nuestra organización. Estamos convencidos de que eso es lo que da resultados más óptimos. El machete se usa como instrumento de trabajo. Todos hemos usado nuestro machete para limpiar la maleza, hacer las estacas para amarrar nuestro ganado, para la leña. Que quede bien claro, no lo usamos como instrumento en las movilizaciones, ni para enfrentarnos a los delincuentes y agarrarlos a machetazos. 

¿No veremos a ningún miembro de la CUNARC usar un machete en una marcha?

Jamás, eso no es posible. Nosotros usamos nuestra binza, que llamamos “el armonizador” [el látigo o chicote] y solo se usa en caso haya una decisión colectiva. Tampoco es para usarlo indiscriminadamente. No es así. Ahora, si viene alguien a faltarnos el respeto, por supuesto que se le hace el verdadero procedimiento. 

¿Cómo toman la comparación entre el machete y la pistola, entonces?

Primero, que hay una intención: desprestigiar, satanizar, terruquear a las organizaciones. Un pueblo organizado es un pueblo más consciente y las acciones que toma tienen más impacto. Nosotros, como ronda campesinas, no pertenecemos a Perú Libre ni al compañero Castillo. Tenemos autonomía, independencia, autodeterminación. Lo que sí hacemos es defender lo nuestro. Hemos optado por el compañero Castillo porque él ha ofrecido el cambio, atender y redistribuir mejor, rescatar derechos. No es sino el apoyo a los procesos de cambio que tienen que darse obligatoriamente en el país.

¿Cómo se van a defender de los ataques de la fuerza de choque de la extrema derecha, como La Resistencia o los Combatientes? ¿En sus mismos términos?

Nuestra lucha siempre será inteligente, planificada y con estrategia. No hemos respondido a las agresiones ni al llamamiento que hizo [Rafael] López Aliaga en su momento: muerte a todos los que pensamos diferente y queremos el cambio. Creemos que estos momentos no están para eso. Nuestra manifestación es pacífica. 

Se lo pregunto porque los familiares de un hombre, Richard Muro, denunciaron que ronderos lo atacaron en el Centro de Lima. Dijeron que tuvo heridas fuertes. ¿Qué diría sobre este tipo de actos?

Esas acciones vienen, lamentablemente, de estos señores que se hacen llamar ronderos y están confundiendo a la población. No se puede atacar a la gente de esa manera. Ahora, ellos nos han atacado a nosotros con palos con clavos. Tenemos heridos, pero nosotros no actuamos de la misma forma. 

¿Han llegado a Lima para qué exactamente?

Principalmente en defensa de la democracia. Para nosotros no es justo negar el voto del indígena. No es justo negar el voto del campesino, de aquel que vive lejos. Hemos manifestado un voto de identidad, más que uno ideológico. Negar ese voto es antidemocrático por donde lo veamos. 

¿Cuál es la estrategia de defensa del voto que tienen pensada?

Estamos ahí desde el 7 de junio [frente al JNE]. Han querido masacrarnos, pero no han podido. Hemos tenido ya acciones importantes. Lo otro es que el 17, el 20 y el 24 vamos a seguir en movilización. Estamos en contra de que se extienda demasiado, porque se apunta a que el 28 de julio no juramente Pedro Castillo. 

¿Qué pasaría si el 28 de julio, por cualquier razón, no se tiene proclamado a Castillo como presidente?

El día 17 va a haber una movilización, también el día 20 y el día 24. Si hasta el día 22 [de julio] vemos que no hay intención de proclamar a Castillo, estamos preparando un paro nacional indefinido. No podemos, a estas alturas donde se ha esclarecido todo, donde la comunidad internacional ha sido clara, dejar que la voluntad de un pueblo sea torcida por la lideresa de una organización criminal y por fuerzas fascistas.

Para tenerlo claro: si hasta el 22 el JNE no ha proclamado a Castillo como presidente, ¿ustedes tienen pensado responder con un paro nacional indefinido?

Sí, estamos alistando todo para el día 24, que se puede convertir en un paro nacional indefinido si hasta esa fecha no se proclama. Porque ya no falta nada. La transferencia en pocos días no sé cómo va a ser. Es un problema serio que va a tener el gobierno. No estamos haciéndole daño a Pedro Castillo, sino a todos los peruanos. Lamento que a los abogados de la señora K no les importe la situación de la gente, del Estado, de la economía. 

¿Cuántos ronderos vinculados oficialmente a la CUNARC han llegado a Lima?

En su momento hasta 300.

¿Cómo se ha financiado el traslado y la estadía?

Saludo la gran solidaridad que tiene nuestro pueblo. Para hacer esto hemos tenido que recurrir a esta solidaridad. Somos una organización de 2 millones 200 mil ronderos. Cada uno colabora voluntariamente para los pasajes. Acá en Lima, para qué, una inmensa solidaridad. La gente nos ha dado ambientes, comida, que no nos ha faltado, y medicina también. Ahora ya hay en Lima un promedio de 70, porque han regresado. 

¿Han recibido financiamiento de Perú Libre o de gente vinculada, o que quiere estar vinculada a Castillo?

Ha habido alcaldes, candidatos, de todo, que nos han querido dar dinero. También gente que ha querido darnos una gallinita, un torito, una vaquita. Desde el momento en que recibes ya eres cómplice. Somos imparciales. Imagínate qué tal si el compañero Pedro Castillo de Perú Libre se orienta por otro lado, ya sea que se va a los brazos de la Confiep o al otro extremo. No tendríamos la cara de denunciar. Además, ¿qué tipo de ronderos seríamos? Falsos ronderos. La autonomía de nosotros es económica, social y política en todo sentido. Nosotros rendimos cuentas a nuestra propia organización. 

¿Cobran cuotas? ¿Ese es su esquema de financiamiento?

Colaboramos voluntariamente. Aquí en Lima la gente nos busca para proveernos de alimento. También cierta indumentaria. Nos han donado unos casquitos para que cuando vengan los fascistas no nos rompan la cabeza. 

¿Ustedes le van a exigir a Castillo que en sus primeros meses de gobierno ponga en marcha el proceso para una nueva Constitución?

Aquí la gente quizás se ha confundido. En lo que se requiere actuar ahora es en ponernos de acuerdo en los procedimientos. Hay varios. Uno, por ejemplo, recolectar firmas para presentarlas al Congreso. Luego se pasará recién a convocar a elecciones para los constituyentes, quienes pondrán en debate nacional la [nueva] Constitución. Hay gente que está diciendo que al medio año ya debemos tener nueva Constitución: eso no va a ser así. Tiene su procedimiento. En una nueva Constitución tienen que estar los intereses de todos, también de los grandes empresarios. De los pueblos en su conjunto. 

¿Qué pasa si Castillo hace un gobierno como el de Ollanta Humala, con la Confiep o con los “caviares”, que no son del pueblo?

Es un riesgo permanente, latente. Puede ser que el compañero Castillo caiga en esa red. Pero Pedro es como nosotros: un productor, un campesino, que ha salido como nosotros sudando la camiseta. Obviamente somos conscientes de que los poderes fácticos de la derecha nunca van a dejar de luchar por sus intereses. Lamento que haya este tipo de derecha en nuestro país, pero es nuestra realidad. Lo que sí: nosotros no vamos a torcer nuestro brazo en luchar por el cambio. Por eso hemos votado. Esos cambios tienen que darse. Si Pedro no lo hace, quedará en la historia. 

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Pedro Castillo, Rondas campesinas
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