Pedro Castillo

Entre el 10 y 13 de mayo del 2018, el profesor Pedro Castillo Terrones, entonces presidente del Comité Nacional de Lucha de las Bases Regionales, elegido por las bases del Conare-Sute, estuvo en la ciudad de La Paz, Bolivia, participando del I Encuentro Internacional de Maestros de Latinoamérica. Fue un evento organizado por el Ministerio de Educación de ese país e inaugurado por el entonces presidente Evo Morales. Sin embargo, en aquella ocasión, el candidato presidencial tenía una agenda de actividades más recargada.

Después de asistir al encuentro de maestros, Castillo participó en un segundo evento que se realizó en el auditorio de la Universidad Nacional Mayor de San Andrés (UMSA). Se trató del “foro debate” internacional denominado “Crisis de la educación pública latinoamericana en el marco del capitalismo neoliberal”.  El organizador de dicho evento fue el peruano Alex Chamán Portugal, docente de dicha casa universitaria y quien, desde el 2012, según su propio testimonio, ha sido representante en ese país del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef). Desde el 2009, esta agrupación ha tenido como consigna la libertad del terrorista Abimael Guzmán, a quien tratan de “preso político”, y pretende incursionar en la vida política del país. Según la Policía, el Movadef es creación del propio Guzmán.

Castillo fue expositor en los dos días que duró el evento organizado por el profesor Chamán. El primer día estuvo acompañado en la mesa por el secretario general del Sute–Lima, Edgar Tello (actual congresista electo por Perú Libre), y el dirigente del Sute–Puno, César Tito Rojas. Ambos dirigentes son mencionados en un informe que elaboró el exministro del Interior, Carlos Basombrío, basado en documentación de la Dircote, y que fue presentado en agosto de 2017 al Congreso. Allí se establecen sus presuntos vínculos con el Movadef.

 

La participación de Castillo, Tello y Tito en el foro organizado por Álex Chamán ha sido registrada en videos y fotografías que han sido difundidas en la página web del Sute–Lima.

Pedro Castillo
En el auditorio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz, en mayo de 2018, se realizó el foro debate. La imagen de la portada del Diario 16, del 5 de noviembre de 2012, presenta una entrevista con los líderes del Movadef-Bolivia. Arriba a la derecha y en círculo, aparece el profesor Pedro Castillo junto al activista del Movadef-Bolivia, Joffre Rumi Benancio. En la foto de abajo, el candidato presidencial está junto al representante del Movadef-Bolivia, Álex Chamán.

 

La información que no aparece en la web es que el profesor Álex Chamán es miembro de la filial de Movadef en Bolivia. En una entrevista brindada a ‘diario 16’, en La Paz, en noviembre de 2012, Chamán le dijo al autor de este informe que dicha sede del movimiento se había creado el 8 de mayo de ese año.  En esa fecha, según su testimonio, tenía 24 activistas políticos reclutados en su organización (diez jóvenes universitarios bolivianos y 14 refugiados políticos peruanos). “El Movadef-Bolivia es una tribuna para realizar propaganda de las actividades que realiza el Movadef-Perú así como reclamar contra los abusos de los derechos de los presos políticos y de la persecución de los exreos políticos”, señaló aquella vez.

 

Este es el video del primer día del foro debate internacional denominado “Crisis de la Educación Pública Latinoamericana en el marco del capitalismo neoliberal”. La intervención del profesor Castillo comienza en el minuto 12. En el segundo día del evento, en el video de abajo, la ponencia del candidato de Perú Libre arranca a las 2 horas con 3 minutos. Saque usted sus propias conclusiones.

 

 

Consultado hace unos días sobre si continúa ocupando el cargo de representante, evitó responder debido “a la coyuntura electoral”.  No obstante, sus recientes vínculos con Alfredo Crespo (abogado de Abimael Guzmán) lo mantendrían ligado al movimiento, como confirma un reciente evento al que haremos mención líneas más adelante.

 

Chamán estuvo detenido en Lima, en el penal Miguel Castro Castro, entre los años 1992 y 1995, acusado de pertenecer a Sendero Luminoso.  En abril de 1995 obtuvo su  libertad y viajó a Bolivia. En el 2002, se graduó como sociólogo en la UMSA y actualmente tiene 15 años como docente en esa casa de estudios.

 

El moderador del encuentro organizado por Chamán fue el ciudadano peruano y exmiembro de la Guardia Civil, Joffre Rumi Benancio. Chamán y Rumi se conocieron en 1993, en el penal Castro Castro, cuando ambos estaban recluidos.  Rumi, en una entrevista concedida el 2012 a ‘diario 16’, aseguró que era activista político del Movadef-Bolivia. El expolicía estuvo preso en Castro Castro entre 1993 y 2005 por el delito de terrorismo. Ese 2005 salió en libertad e inmediatamente huyó a Bolivia. Allí obtuvo su refugio político. En febrero de 2009 fue detenido por ser sospechoso de robar $500.000 de un banco de El Alto, ciudad vecina de La Paz, pero fue liberado por falta de pruebas. Tras estudiar Psicología en la UMSA, se convirtió en docente de la Universidad Pública de El Alto (UPEA).

 

En comunicación telefónica con Sudaca, el profesor Chamán dio detalles del evento en el que participó Pedro Castillo y cuatro dirigentes del Conare-Sute: “En el evento que yo organicé en la UMSA, aproveché y me ‘robé’ a los expositores [que habían sido invitados al encuentro internacional organizado por el Ministerio de Educación de Bolivia] para que vengan a hablar de la situación educativa a nivel internacional. Robado es un decir. En el marco de la democracia universitaria, se organizó un evento y se invitó a mexicanos, costarricenses, argentinos, chilenos, bolivianos y, entre ellos, lógicamente, estuvieron los dirigentes de Perú”, explicó.

 

El primer día del evento, Chamán presentó al profesor Castillo con estas pomposas palabras: “Quiero agradecer enormemente la presencia de compañeros, maestros latinoamericanos. Y, por ahora, fíjense, tenemos al compañero Pedro Castillo Terrones, el máximo dirigente de las bases regionales del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación Peruana (Sutep), que el año pasado [se refiere al año 2017] desenvolvió en una vigorosa y exitosa lucha contra los gobiernos mafiosos y neoliberales del Perú, en defensa de la educación fiscal, pública, gratuita, democrática y científica”.

 

Luego, el profesor Pedro Castillo -que iba vestido con una casaca de cuero negra y una camisa blanca- agradeció a los organizadores y dio unas breves palabras a los cerca de cien alumnos universitarios presentes en el auditorio. Adelantó que al día siguiente iba a profundizar un poco más su exposición. “Jóvenes, mañana vamos a tener este espacio, vamos a hacer nuestra participación y agradecerle a los organizadores de este evento y a ustedes por este espacio, con la finalidad de que tenemos que estructurar estos lazos de unidad. No solo de unidad en la mesa, sino también unidad en la calle, en la lucha, en la contienda y en la patria por la defensa de la escuela y los derechos del pueblo”.

 

Segundo encuentro

Los dirigentes del Sute-Tacna, Mery Coila, y del Conare-Sute, Efraín Ramos, participaron junto al profesor Castillo en el segundo día del foro-debate organizado por el profesor Álex Chamán.

Al inicio de su discurso, Pedro Castillo aprovechó que en el auditorio se encontraban profesores de Chile, Argentina, Bolivia, Costa Rica y México e hizo un llamado para que los estudiantes y los maestros puedan realizar “acciones conjuntas”. “Compañeros estudiantes y compañeros maestros, compañeros de la mesa, compañeros organizadores, saludar clasísticamente [sic] en nombre del país de Perú. Muchas gracias por este espacio. Nosotros, como maestros, también sentimos en carne propia esta gran necesidad de la unidad no solamente en materia educativa, sino en materia de América Latina, porque para la educación en desarrollo, a los derechos del pueblo, no existen fronteras sino tenemos que emprender acciones conjuntas, acciones de lucha, porque esto es lo que venimos haciendo justamente en el Perú [en referencia a las acciones de protesta que el Conare-Sute había llevado adelante en el 2017]”.

Al terminar las exposiciones, se dio inicio a la entrega de certificados a los participantes. En conversación con Sudaca, Chamán evitó contestar si los dirigentes del Sute firmaron algún acta de compromiso o una agenda de trabajo con los participantes del evento. Lo que sí hubo fue bastante confraternidad entre los dirigentes del Sutep con Chamán y Rumi. Hasta se tomaron fotos abrazados con el profesor Castillo.

Chamán dice que en la segunda vuelta del próximo 6 de junio votaría en blanco y que hace varios años que no participa de las elecciones. Lo cierto es que sí mantiene comunicación con algunos dirigentes de Perú Libre. Por ejemplo, el pasado sábado 17 de abril, organizó un conversatorio sobre la coyuntura electoral en el que participó el dirigente regional de Perú Libre, Jorge Spelucín. Un día antes de las elecciones, el sábado 10 de abril, también realizó otro conversatorio en el que Spelucín estuvo presente.

 

 

 

Reunión Pedro Castillo
Un poco más de información de las imágenes publicadas al inicio. El activista del Movadef-Bolivia, Joffre Rumi, el profesor Pedro Castillo y el secretario del Sute-Lima, Edgar Tello (actual congresista electo por Perú Libre), aparecen junto a otros expositores (Foto: Sute-Lima). El candidato presidencial luce sonriente, en la imagen de abajo, acompañado del representante del Movadef-Bolivia y de los dirigentes del Sute, Edgar Tello y César Tito (Foto: Sute-Lima).

 

 

¿Sigue defendiendo el Pensamiento Gonzalo?, ¿sigue pensando que Abimael Guzmán es un luchador social?, le preguntamos al profesor Chamán, pero responde con evasivas: “No hay necesidad que te responda aquello porque te estoy señalando que asumo posturas democráticas, progresistas y me afilio a todo lo que significa progreso histórico. Todos aquellos que luchan por una sociedad más justa, más digna y más humana, merecen ser respaldados; y si hay luchadores sociales en Argentina, Perú, Chile y Colombia que defienden el medio ambiente, que dicen ‘no a la explotación’, ‘no a la contaminación´, también soy partidario’”.

Desde el inicio de la pandemia, Chamán es un constante activista en redes sociales y realiza semanalmente conversatorios, vía Facebook Live, sobre temas de coyuntura de Perú y Latinoamérica. En octubre del año pasado, organizó uno con el secretario general del Movadef, Alfredo Crespo, quien se encuentra investigado en el marco de la operación ‘Olimpo’.

Sudaca envió un cuestionario al profesor Pedro Castillo sobre su participación en este evento, pero hasta el cierre de esta edición no nos respondió.

 

(*) Fotocomposición: Leyla López

Imágenes: Andina y Fotoportada de Diario 16 de noviembre de 2012.

Fecha de publicación del informe: 18-04-2021

Tags:

Conare, Movadef, Pedro Castillo, Sutep

¿Puede tanto la piconería de haber sido derrotados, en la semifinal de la derecha que se jugó en la primera vuelta, por Keiko Fujimori, para que dos candidatos claramente derechistas y defensores del modelo se dediquen a contemporizar con el candidato de la extrema izquierda, Pedro Castillo?

Revela una tremenda irresponsabilidad y además ignorancia de sus propias limitaciones. Porque evidente ni el candidato de Renovación Popular ni el de Avanza País tienen capacidad de endose alguno respecto de sus votantes y ni siquiera capacidad de mando de sus respectivas bancadas congresales (como ya ha quedado demostrado con las aclaraciones de los vicealmirantes Montoya y Cueto, al desatino de López Aliaga).

El plan económico de Castillo, del que él mismo ha dicho no se va a retractar, ni va a firmar Hoja de Ruta alguna, ni se va a poner polo blanco, está en las antípodas de cualquiera que crea en una economía de mercado y que mal que bien entienda que ese modelo (remendado y todo), ha producido enormes beneficios al país y a los más pobres entre los pobres.

¿Qué cree López Aliaga, que puede ponerse de acuerdo en destruir el enfoque de género y a cambio de eso está dispuesto a desbaratar el modelo? ¿Qué cree Hernando de Soto, que se siente atraído por lo que para él debe ser un candidato exótico, que será contratado de asesor?

Lo que corresponde a la derecha y al centro que no ha votado por Keiko Fujimori es conminarla y presionarla, a cambio del voto futuro, a trazar compromisos claros en dos aspectos esenciales: corrupción y autoritarismo. Ya verá Keiko si lo hace firmando documentos públicos, comprometiendo y anunciando la presencia de personas libres de toda sospecha en su futuro gabinete ministerial, asegurando que respetará el equipo especial Lava Jato en todo lo que a ella la implica, etc. Hay muchas formas de hacerlo y corresponde exigirlo.

Pero lo que están haciendo López Aliaga y De Soto es punible, políticamente hablando. La propuesta económica de Castillo sería para el Perú peor que la pandemia, y su programa político contiene visos autoritarios que ya conocemos en la región. Por lo que se ve, uno se pregunta, con cierto fundamento, si no fue bueno que ninguno de los candidatos mencionados haya pasado a la segunda vuelta. Hubieran hecho un papelón monumental.

Tags:

Juan Carlos Tafur, Pedro Castillo

No avizoro una campaña moderada, con candidatos buscando el centro para ganar y, por ende, comprometiéndose a morigerar sus posturas radicales. Por el contrario, anticipo una guerra ideológica frontal.

Ya Castillo prefiguró su estrategia: es pobres contra ricos, es la exacerbación de la diferencia de clases lo que va a movilizar el líder de Perú Libre para asegurar su crecimiento en las encuestas. Porque, claro, si uno suma su propia votación, con la de Verónika Mendoza (cuyos seguidores rápidamente se han sumado a la nave de Castillo), digamos que la mitad de la votación de Lescano, la de Humala eventualmente y las de Vega, de UPP, y Arana, del Frente Amplio, Castillo no pasa del 31% y pierde la elección. Necesita un mensaje más potente que la sola enunciación de postulados de izquierda y para ello funciona buen la ecuación pobres-ricos que ha planteado. Tonto No es y haría mal la derecha en subestimarlo.

Por su parte, a Keiko Fujimori no le queda otra que subrayar las filiaciones subversivas de su contendor y lo apocalíptico que sería para el país la aplicación de sus propuestas económicas. Y ese mensaje no cala en un discurso protocolar, acomedido y educadito. Se va a ver obligada a confrontar y a desplegar campaña dura.

“Pero pierden el centro, el gran elector del Perú”, dicen algunos. Se equivocan. Es verdad que el centro fue quien le dio el triunfo a Toledo sobre García el 2001, a García sobre Ollanta el 2006, a Humala sobre Keiko el 2011 y a PPK sobre Keiko el 2016. Pero ese centro, esa “coalición paniaguista”, caviarada, o como se le quiera llamar, ha quedado reducida a cenizas.

Si uno suma a un grupo de votantes de Forsyth (aunque éste era más bien un candidato de derecha), con Guzmán y algo de Humala, no llegan ni al 4%. No van a decidir la votación, y ambos candidatos corren el riesgo de que por querer ganarse esa porción minúscula de la torta electoral terminen perdiendo su núcleo duro de seguidores.

Felizmente tenemos dos meses por delante. Porque ni Castillo ni Keiko han sido debidamente confrontados por los líderes políticos ni por la red mediática. Ahora sí lo van a estar y eso es muy bueno, porque va a permitir elegir respecto de dos posturas diametralmente opuestas, en una batalla que anticipamos sangrienta y radical.

Tags:

Alberto Fujimori, Elecciones 2021, Fujomorismo, Pedro Castillo

Jamás tres siglos de genocidio, vasallaje y desprecio sistemático van a desaparecer fácilmente de nuestra memoria colectiva, y menos con 200 años posteriores de república colonialista. No se toma real conciencia de la tragedia colectiva que significó la invasión española, porque la mayoría de nosotros seguimos mentalmente colonizados, y miramos las cosas desde los valores y desprecios que nos inocularon. Fue más o menos así: llegaron otros más fuertes y letales – monstruosamente despiadados casi siempre – a quitarnos todo lo que consideraban valioso y a esclavizarnos para obtenerlo, a violar a nuestras mujeres e hijas, a humillarnos, y a obligarnos a admitir que su cultura es superior y la nuestra es vergonzosa. Esto ha implicado una frustración y una depresión social históricas, que se han ido heredando de padres a hijos, aún cuando muchas veces no se tenga conciencia de ello.

No pudieron desaparecer a una cultura milenaria que tiene como parte de sus valores cosmovisionarios la sabiduría de recogerse y dispersarse frente al peligro sistémico, y la genialidad humana de esperar con paciencia – y mucha valentía – el inevitable retorno de un orden más conveniente. Sin duda, muchos antiguos peruanos terminaron cediendo por falta de fuerzas o por sobrevivencia, pero hay cerca de un 30% (el Perú rural de hoy) que sigue siendo muy pachamámico y pre-hispanista en espíritu. Lo que sí lograron fue sacar de nuestras mentes – y no los colonos sino sus émulos republicanos – la idea clara del abuso esclavista y del saqueo, y de sus terribles consecuencias en nuestra historia. Para la mayoría de peruanos, la invasión española es un evento propio de su tiempo, y no guarda relación con nuestro fracaso republicano. 

En términos psicoanalíticos – que tanto entusiasman a las élites limeñas – se trata de un inmensurable trauma colectivo, que como todos los de su naturaleza, es permanente e ineludible. Puede manejarse y servir de impulso, pero sólo cuando se le enfrenta como corresponde. Si la injusticia sigue reiterándose – así sea grado – el trauma no se irá ni mucho menos, y se manifestará tarde o temprano . Desde la filosofía pre-hispánica, estamos en un largo pachakuti, que es la crisis terminal de un tiempo, que llevará a una nueva síntesis de todo lo recibido e interiorizado hasta entonces. Nada se crea ni se destruye, todo se transforma.

Y en medio de esta larga transición histórica, el Perú rural se está manifestando con una tesitura política nunca vista en 200 años de convalecencia emocional y subordinación republicana. Tienen cada vez más liderazgos propios con volumen nacional, entre ellos Pedro Castillo. Se han revalorizado geopolíticamente producto de la crisis ambiental y la creciente escasez de recursos naturales, y sus cabezas más prolijas lo tienen muy claro. También los ha ayudado mucho – así como a todas las culturas no occidentales – las redes digitales: son más visibles, reciben más información del mundo y la infamia extrema en su contra ya no procede tan fácilmente, pues hay demasiados ojos vigilantes. Desde luego, los liderazgos del pachakuti peruano no son filigranas estratégicas de un fino planeamiento, sino fuerzas resistentes que enfrentan asimetrías radicales, y que pelean en esos términos. Pedro Castillo es un radical porque lo que tiene al frente lo lleva y obliga a ello, pero se ha sometido a las formas electorales democráticas, y no tiene el poder necesario para dejar de hacerlo. Es una persona de valiosa experiencia, y no parece ser el irracional absurdo que algunos pretenden: es rondero, líder campesino, docente de escuela rural y reconocido sindicalista. Y fue dirigente regional de Perú Posible hasta su extinción.

Su éxito, efectivamente, representa a los olvidados históricos, que no son ignorantes por esta preferencia ni merecen comprensión indulgente (como creen algunos de peruanidad poco razonada), sino gente marginada que desde su experiencia y sus largos antepasados se da cuenta de que “esas formas democráticas” no le garantizan nada, y menos en el contexto de “eso que llaman liberalismo”, donde hay unos pocos privilegiados y muchos excluidos. Es decir, es un público con demandas de izquierda, conciente o no del rótulo. Frente a ello, Pedro Castillo ha sido largamente el mejor candidato, si de triunfar con ideas sencillas pero trascendentes, reaccionar con astucia y conectarse con públicos se trata. No estoy seguro, por ejemplo, de que Verónica Mendoza se haya mostrado superior a él en contenidos. Quizá en algunos puntos relevantes, pero no en el fundamento del izquierdismo – que es la explicación económica de nuestro rezago material como país y de la exclusión de la mayoría peruanos -, ni tampoco en su conocimiento operativo del Perú profundo, que es lo que podría diferenciarla. Es desde ese tipo de insumos estructurales que el presidenciable teje sus mejores golpes de campaña, a veces con sólo la suficiente capacidad comunicacional.

La candidatura de Verónica Mendoza mejoró mucho desde el debate final por grupos, incluso en algunos aspectos lógico-verbales y emotivos que determinan si un político tiene madera para las grandes presentaciones, pero se quedó corta al lado de un líder que no sólo ha nacido en el Perú profundo, sino que convive y dialoga con él, como es Pedro Castillo. No fueron sus propuestas económicas el mayor problema: morigerarlas y explicarlas mejor sólo conquistó nuevos votos entre los indecisos de la clase media y alta de Lima. Tampoco su postura sobre Venezuela, como lo demuestra el mismo Castillo. Es su mosaico cultural – que incluye su relación con el mundo occidental – lo que no terminó de penetrar en el Perú regional y rural. Es posible que su defensa de las libertades sexuales y de género también hayan pesado algo en esta desconexión.

Un tema muy polémico han sido las declaraciones conservadoras que sobre el enfoque de género y el matrimonio igualitario ha emitido el evangelista Pedro Castillo. Pero no me queda claro si éstas son parte de una estrategia para ganarse el duro y mayoritario voto conservador – muy afín a su actual oponente – o si realmente piensa tan así. Lo digo porque en su plan de gobierno se legaliza el aborto y se denuncia frontalmente el machismo. De cualquier forma, Castillo ha comentado que todos estos dilemas serán tratados en la asamblea constituyente que planea convocar, y es meridianamente claro que su rival de turno es más regresiva en estos temas. Lo que le puede costar mucho – en votos – es su decisión de amnistiar a Antauro Humala, y su cercanía “sindical” al Movadef. Sin duda, aquí hay un radicalismo que excede al necesario, y un autoritarismo violentista que merece ser vigilado seriamente. Pero, nuevamente, al otro lado hay cómplices de criminales y mafiosos mucho más nocivos, que han sido pillados y esperan librar su condena con la llegada de su lideresa a palacio.

En relación a las propuestas económicas del plan de gobierno de Perú Libre, éstas no son otras que las de una izquierda latinoamericana pan-andina, cuyas referencias son Bolivia y Ecuador. Y más allá de lo dicho en las elecciones, toda la verdadera izquierda peruana debe apoyar este camino de inmediato, si toda ella sabe que el rezago del sur se origina, agrava y reproduce por decisiones que favorecen a la riqueza del norte. No caben medias tintas conceptuales aquí, la historia demuestra con claridad esta realidad conflictiva y abusiva, como también está evidenciando que nada terrible pasó en el Ecuador de Correa, y que Bolivia ha dado grandes pasos hacia su verdadero desarrollo. Así, este proyecto político implica un Estado distributivo, igualitarista, ambientalista, industrializador y nacionalista en relación a los recursos naturales estratégicos (donde nos dejan migas, se llevan millones y destrozan nuestra naturaleza). Y dadas nuestras ventajas ecosistémicas frente al mundo, propone un Estado que apuesta por el desarrollo de la agricultura rural, y por la seguridad alimentaria como instrumento de soberanía decisoria frente al ánimo impositivo de los poderes globales. Ya se conoce la voluntad de elevar, superlativamente, los presupuestos de educación y salud. Y no sorprende la apuesta integracionista latinoamericana. Es claro que este esquema puede tener asegunes, pero es innegable que es el camino lógico a explorar, dado que el capitalismo aplicado a nuestras latitudes ha fracasado largamente, y no tiene ya nada para ofrecernos. Lo inventaron otros para beneficio propio, como se ha explicado en columnas previas de este mismo espacio.

Sumado a lo anterior, el plan de gobierno de Perú Libre plantea introducir políticas de gobierno muy vanguardistas y vigentes: descentralización tributaria con responsabilidad económica a nivel regional,  plurinacionalismo constitucional, consulta popular vinculante para explotación de recursos naturales, elección democrática de magistrados, jueces y tribunos constitucionales, medidas de desconcentración económica y pluralidad ideológica en la oferta mediática, abolición del concordato con el Vaticano, desaparición del secuestro inconstitucional de las AFP, y otros. Muchas son medidas de compleja implementación, pero todas tienen un indiscutible espíritu democrático y progresista. La aseveración de que el Tribunal Constitucional es una entidad técnica y no política, y que los peruanos no sabríamos a quién elegir, es ignorante y manipuladora. Nada más político que dicha institución, cuyos miembros los designa nada menos que el congreso.

Pienso que este programa de transformación deposita mucha confianza en la capacidad técnica y ejecutiva del Estado peruano, que jamás será capaz de hacer tanto y tan bien en plazos políticamente realistas, pues es creación del subdesarrollo. Esto debería llevar a tener claras las prioridades factibles y las energías administrativas a invertir: todo Latinoamérica se ha querido capitalizar e industrializar alguna vez en los últimos 100 años, para ir a la velocidad del mundo avanzado y merecer su tipo de bienestar social. Todos lo han hecho desde el Estado, pues es claro que el mercado nos aleja de ese destino. Y nadie ha tenido éxito: nuestro territorio, los destrozos coloniales heredados y buena parte nuestra matriz cultural son disfuncionales al gran capitalismo occidental, que tiene su particular contexto y tuvo que explotar a otros – por siglos – para consolidarse. Por eso me gustaría que las soluciones económicas de Perú Libre sean más pachamamistas que neo-marxistas. No creo que nuestro principal asunto revolucionario sea la lucha de clases como piensa Vladimir Cerrón, ni tampoco de desarrollo capitalista industrial pendiente, sino el dilema histórico de si nos reconocemos o no con nuestras fuentes milenarias, y de si nos reconectamos o no con la naturaleza.

También celebraría que el programa no tuviera el sinsentido conservador de creer que los médicos y docentes profesionales son los protagonistas del cambio, cuando deben muchas explicaciones y nadie los ha designado para ello. Otra cosa es que el profesor Castillo y el galeno Cerrón los necesiten como brazo político, para lo cual no deberían usar el presupuesto público y las oficinas del Estado aprovechando demandas sociales. Y, sin duda, me gustaría que promuevan la igualdad de género, y la sexualidad plena y responsable entre nuestros niños y adolescentes. Pero nada de esto me impide saber que Pedro Castillo empuja el norte que corresponde en este Pachakuti, y que Keiko Fujimori no lo supera en ningún punto, ni tiene nada que ofrecerle al país.

Creo que Pedro Castillo tiene muchas posibilidades de ganarle a Keiko Fujimori la segunda vuelta presidencial, por margen de movimientos, por contenidos esenciales y por superioridad moral. Obviamente, y él lo sabe, va a tener que hacer concesiones vinculadas a la sucesión democrática quinquenal y al control inflacionario, a su opinión sobre el Movadef y Sendero Luminoso, y al indulto en favor de Antauro Humala. Cuánto entregue de todo este paquete va a depender mucho de lo que haga su oponente. 

Tags:

Carlos Trelles, Elecciones 2021, Pedro Castillo, Segunda vuelta

La divergencia radical entre la propuesta económica de Castillo con la de Keiko va a ser la que va a definir el desenlace electoral de esta segunda vuelta.

No va a ser el eje corrupción-anticorrupción, porque a los recuerdos de los 90 del fujimorismo se le antepondrán los de Vladimir Cerrón, mentor ideológico de Castillo, sentenciado por corrupción.

No va a ser el eje democracia-autoritarismo, porque ambos adolecen exactamente de lo mismo: una propuesta basada en el ninguneo a las formas democráticas. Si a Keiko se le achacará el autogolpe, a Castillo se le va a enrostrar sus cercanías subversivas.

No va a ser el eje liberal-progresista, porque ambos son conservadores. Inclusive, me atrevería a pensar que la propuesta de Castillo es mucho más conservadora en materia de derechos civiles, y si es verdad que Keiko ha migrado hacia el albertismo podría recuperar algunas líneas progresistas de ese entonces (en esta campaña se ha desprendido de su entorno ultraconservador).

Va a ser el modelo económico y el consecuente debate sobre el cambio de Constitución el que inclinará la balanza. Y allí hay varias acotaciones que hacer. No será tan sencilla la colisión. A Keiko la favorece que, con los filtros descartados, disminuirá el antifujimorismo, pero no le será suficiente.

Indudablemente, el modelo económico estrenado con las reformas de los 90 ha sido inmensamente positivo para el país. Tanto que a pesar de que se paralizó al final de los propios 90, que fue desplegado luego por gobiernos cargados de corrupción y muy mediocres, logró hacer que la economía crezca, disminuya la pobreza y se reduzcan las desigualdades.

En beneficio de Castillo juega el hecho que de que justamente las incompletudes del modelo, producto de los gobernantes ineptos señalados, ha generado un bolsón marginado de ese boom económico. Y a ello se suma el enorme bolsón de la población cuya economía ha sido destruida por la pandemia y obviamente ha votado de mal humor e irritada con lo que puede considerar el modelo.

No va a ser una elección fácil. Va a ser muy ajustada. Va a depender de la fina estrategia electoral de ambos. Por lo pronto, cometerían un grave error en la derecha si hacen sumatorias simples de eventuales adherencias (ya hemos visto al fantoche celeste coqueteando con Castillo, demostrando así su falta de empaque moral; felizmente nos libramos de tenerlo en la segunda vuelta). Va a ser una final de fotografía. Quien logre convencer a la gente de persistir o de tirarse abajo el modelo económico ganará.

Tags:

Juan Carlos Tafur, Modelo económico, Pedro Castillo

No hay sumatorias a priori que valgan. Uno, ingenuamente, podría pensar que Castillo, sumado a Mendoza, Arana y una parte de Lescano no pasaría del 30% y, por ende, perdería fácilmente la segunda vuelta. Seguramente se alinearan los demás actores políticos, derrotados em esta primera vuelta, pero muy pocos tienen la capacidad de endosar su propia votación en favor de alguno de los dos candidatos.

Al tener a Keiko Fujimori al frente Castillo tiene frentes que explotar. A Castillo lo perseguirá su radicalidad, su cercanía al Movadef, la vinculación de algunos de sus candidatos al Congreso con Sendero Luminoso; a Keiko Fujimori, el pasado de corrupción y autoritarismo de los 90 y la tenebrosa actuación política de los últimos cinco años que de algún modo ha sido la causante de la crisis política que hoy vivimos.

A Keiko le pasó lo mismo que al candidato de Perú Libre: mientras la derecha se concentraba en Mendoza, la izquierda lo hacía en López Aliaga. Pasaron a la segunda vuelta los dos candidatos menos vapuleados de la contienda, siendo, en la práctica, los que mayor antivoto tienen y mayores flancos débiles exhiben.

Más fácil, le hubiera ido a Castillo contra De Soto o López Aliaga. La figura del cholo provinciano, rural, maestro, pobre, versus el blanco pituco, señorial, limeño, es casi imbatible en términos de una campaña electoral en el Perú.

Con Keiko no va a poder hacer lo mismo, porque el fujimorismo tiene pueblo (más bien, los sectores AB han abandonado a Keiko, lo que de algún modo la favorece y la emparenta más con los orígenes sociales del fujimorismo auroral), tiene presencias subregionales fuertes y tiene organizaciones de base.

Faltan casi dos meses para la elección. Va a ser una contienda polarizada. Normalmente, las segundas vueltas constituyen un torneo por ver quién captura el centro, pero esta primera vuelta ha demostrado que el centro virtualmente ha desaparecido. Si uno suma a Forsyth, Guzmán y Humala no llegan ni al 8%. La gran batalla va a ser confrontacional y el teatro de operaciones va a ser la defensa o la crítica al modelo económico. Allí va a estar cifrado el resultado de esta elección.

Tags:

Juan Carlos Tafur, Keiko Fujimori, Pedro Castillo, Segunda vuelta

“Pedro Castillo: la fuerza nace del pueblo”, “El lápiz es cultura popular” y “No más pobres en un país de ricos”. Con estos lemas y arengas, el local de campaña de Perú Libre en Lima celebró el pase de Pedro Castillo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Cerca de treinta personas aplaudían y se abrazaban ante la ausencia de cámaras de televisión. La gran prensa limeña se olvidó que la popularidad de Pedro Castillo también había llegado al centro de la capital. Apenas conocieron los resultados a boca de urna, los reporteros tuvieron que recular y llegaron a la sede de la celebración.

El pasado jueves 8 de abril, sin embargo, a solo unas cuadras de su local, Castillo ya había realizado su cierre de campaña con una multitud de simpatizantes que terminó cerrando el tránsito vehicular hacia la Plaza Dos de Mayo. Castillo no terminó “tomando” Lima, pero sí arrasó en sus provincias y ganó en 16 de las 24 regiones del Perú. En las últimas 24 horas, las búsquedas de su nombre en Google se dispararon.

El maestro y dirigente gremial natural de Chota (Cajamarca) se estrenó en política el 2002. Ese año se lanzó como candidato a la alcaldía del distrito cajamarquino de Anguía por el partido que lideraba Alejandro Toledo, Perú Posible. Luego de perder las elecciones, permaneció sin mayor trascendencia en el partido de la chakana hasta el 2017. Ese mismo año ganó protagonismo al liderar la huelga magisterial durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, que puso en jaque al Ministerio de Educación y al propio año escolar.

Hace apenas unas semanas, las imágenes de Pedro Castillo llenando plazas al interior del país aparecían mientras él subía en las encuestas. En Apurímac y Huancavelica, dos plazas en las que protagonizó mítines masivos, el profesor habría pasado el 50% de las preferencias, según Ipsos. “La acogida que está teniendo es considerable. Hemos visto que en los lugares que estaba visitando aquí en la región y en los distintos distritos la recepción ha sido considerable”, dice Juan Romero, periodista del distrito de Paucará, en cuyas mesas de votación Castillo arrasó con más del 71%.

Hace una semana, Castillo llegó a un hipódromo del distrito donde, según Romero, habría acudido cerca de 3,000 personas. El periodista recuerda que Castillo propuso la reducción del sueldo de los funcionarios públicos, un menor costo de energía eléctrica y prometió defender al pueblo de los presuntos pasivos ambientales de las mineras que operan en la zona. Romero no había visto convocatoria similar con otros candidatos, como Yonhy Lescano y Geroge Forsyth. “Con ellos no hubo aglomeraciones, llegaron como de pasada”, dice.

En su natal Cajamarca, donde según Ipsos habría obtenido el 37% de las votaciones, su conquista fue más difícil. Pero ningún otro candidato le pudo hacer frente. “Acá Castillo ha tenido buena convocatoria. Antes de ayer (miércoles) ha congregado a entre 3,000 y 4,000 personas en la Plaza de Armas. Pero Cajamarca siempre ha estado dividida en dos: en promineros y antimineros”, comenta Walter Silva, periodista de la región.

Al parecer Castillo también ha dividido las preferencias entre las rondas campesinas, a quienes dice representar. Incluso hay líderes históricos que desmienten cualquier participación de este entre los ronderos. Aladino Fernández, presidente regional de las rondas campesinas, es uno de ellos. “Nunca lo he visto en esas rondas. He sido dirigente en las rondas campesinas y nunca le hemos visto en actividades. Recién lo conocemos de la huelga magisterial”, dice Fernández a Sudaca.

Por su parte, Mariano Mendoza, con 40 años de actividad en las rondas campesinas, dice que tampoco ha tenido mayor contacto con Castillo. “Las rondas hemos trabajado con el SUTEP, pero a Castillo nunca se le ha conocido. Él se presenta como profesor y rondero, pero nunca lo he conocido, ni siquiera en Chota”, precisa.

Lo que sí es innegable es su peso al interior de una facción escindida del sindicato magisterial: el Comité Nacional de Reorientación del Sutep, o Conare. En la ciudad de Cusco, según una fuente del magisterio, las cuatro facciones del Sutep que existen en la región terminaron más fracturadas con la irrupción de Castillo; y en Madre de Dios, región que venía luchando a favor de la institucionalidad del magisterio, la presencia del ahora candidato se tradujo en una serie de ataques a los dirigentes que finalmente hizo que el proyecto naufrague, de acuerdo a una fuente de esta región.

No es lo único. Un informe publicado en Hildebrandt en sus Trece reseña, con información documentada de la Dircote, los vínculos de Conare con el Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso. Pedro Yaranga, además, indicó a Perú21 que Conare fue dirigida inicialmente por Robert Huaynalaya, “abiertamente un admirador de la línea de Sendero Luminoso». Yaranga precisó que esta escisión del Sutep fue creciendo en la sierra centro, sur y Cajamarca como brazo político de la organización fundada por Abimael Guzmán.

Willy Ñaui, jefe de campaña de Perú Libre en Lima, defiende a rajatabla a su candidato y califica las informaciones como “refritos”. «Siempre está la acusación de calificar a un partido democrático para bajarnos, pero no tiene asidero», indica.

 

Polarización a la vista

Si hay algo que a Castillo no le falta son críticos. Lucio Castro, secretario general del SUTEP y opositor del ahora candidato desde las protestas magisteriales, dice que la votación ha revelado un clamor por cambios importantes, pero considera que quienes manejan el poder fáctico le han dado facilidades a Castillo para crecer. “La elección pasada lo hicieron con Gregorio Santos, ahora quieren hacerlo con Castillo”, indica.

Castro critica un supuesto doble discurso del ahora candidato a la presidencia que arrastra. “Ha dicho en entrevistas que es contrario a la ideología de género, plantea 10% del PBI con desconocimiento completo. Antes decía que más presupuesto significaba corrupción, pero ahora pide 10% de PBI. Es bastante débil en su sustentación”, afirma convencido Castro.

Lo cierto es que, al cierre de esta edición, Castillo ya se posicionó como el virtual ganador de la primera vuelta electoral con más del 16% de los votos a nivel nacional. Paolo Sosa, politólogo de la PUCP e investigador del Instituto de Estudios Peruanos, explica que su crecimiento es, en realidad, una constante en la que el candidato viene trabajando desde finales de 2020 combinada con un escenario político fragmentado.

“Creo que es en realidad una combinación de virtud y fortuna. Tiene que ver con la dinámica de la campaña, que es fragmentada y volátil: hay olas, descontento, indecisos que escogen a un candidato por un momento, saltan a otro, el que se beneficia es el que toma la última ola. Ese ha sido Castillo”, explica Sosa.

El politólogo indica que existe un nicho de elector antistablishment pro-estado que se ha encontrado huérfano y en el que, por ejemplo, Veronika Mendoza no logró aterrizar. Sosa resalta que hasta el 2016 el electorado tendía a un área política de centro, mientras que, en los últimos años, esta tendencia empezó a aglutinarse en los extremos. “La segunda vuelta va a azuzar la polarización. Quien gane la presidencia, llegará con legitimidad de paja, construida en el último tramo de la campaña, con un Congreso fragmentado no solo a nivel de bancadas, sino también de forma interna”, dice el politólogo.

 

*Con la colaboración de Julio Rospigliosi

Fotoportada: Leyla López (imágenes: La República y Geraldo Caso)

Fecha de publicación: 12/04/2021

Tags:

Elecciones 2021, Pedro Castillo
x