Pedro Castillo

El debate político se está reduciendo a terruqueo y susto por el lado keikista, y proclamas y consignas sin mayor contenido por el lado castillista. Un debate pobre, propio de extremos que no ven más allá de sus miedos o de sus demandas urgentes. El problema para unos y otros es que Keiko baja de sus promedios de 31% a 21%, y Castillo se estanca en 41%. El distanciamiento en intención de voto se da porque Fujimori baja, no porque Castillo suba. Y la distancia se incrementa – a costa de la candidata de Fuerza Popular – porque aumentan los blancos y en duda. 

En tal situación, Castillo – al parecer dormido en sus laureles – se mantiene atrincherado en sus posiciones duras, hasta ahora al menos. Mientras que el fujimorismo y sus aliados agudizan su estrategia de llamar “al lobo, al lobo”, de mil maneras, desbarrancando cada vez más su credibilidad. Pero también de manera peligrosa, porque como en el cuento, si de verdad aparece el lobo no les van a creer. Y podría aparecer, invocado por los mismos que ahora insisten exageradamente en que allí está. 

El aporte de alguien como López Aliaga a la campaña de Fujimori, y el de algunos militares duros, en este contexto, solo puede favorecer a los extremos. A ambos extremos, tanto al de la derecha dura y sus aliados del fundamentalismo religioso, ávidos por un enfrentamiento a veces racista, como al de la izquierda también fundamentalista, que esta vez tiene el rostro agazapado de Perú Libre. 

Dilemas del profesor Castillo

No debemos olvidar un detalle que no se suele mencionar. Pedro Castillo no es militante de Perú Libre, fue invitado a presidir la plancha presidencial para reemplazar a Vladimir Cerrón, condenado por la justicia y por ello prohibido de postular a cargo público. Y fue invitado sin otra pretensión que ayudar a Perú Libre a superar la valla electoral. El éxito electoral de Castillo no solo fue una sorpresa para la mayoría de los peruanos, también para aquellos que militan en Perú Libre que no estaba listo para este evento. Que es lo que explica que presentaran como plan de gobierno un documento del año pasado sin mayor relevancia con la idea de gobernar. 

Pedro Castillo, como ya es de público conocimiento, ha sido militante de Perú Posible durante doce años, hasta la extinción del registro de ese grupo político. Intentó, como ya conocemos, ser empresario, sin éxito, pero ese era su objetivo. Y también quiso ser alcalde, con el mismo grupo político. Proviene de una región de campesinos con tierras sobre todo ganaderas, no pobres por lo general pero tampoco ricos ni muy prósperos. La tradición de las rondas campesinas es propia de esas zonas y allí no prosperó el terrorismo porque no se lo permitieron esas mismas rondas. Castillo es también docente, como sabemos, dedicado a esa labor, su involucramiento con las rondas fue colaborativo y no integrado como sí fue el de su padre y otros familiares. Su tradición es, pues, rondera, campesina, sin dudas.

Como docente es sindicalista, muy activo en las luchas de su gremio, lo que lo llevó a ser la cabeza visible de una gran movilización de docentes que no solo se levantó contra el gobierno central, sino también contra la dirigencia del SUTEP (Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú), el sempiterno y poderoso gremio magisterial que dirige Patria Roja. Esa dirigencia del SUTEP era señalada por la movilización de docentes, que así se independizaban del sindicato mayor, de mal administrar la cooperativa del gremio, la Derrama Magisterial, y de colusión con los gobiernos. 

Se ha creado un mito acerca de este movimiento de maestros liderado por Castillo, que es también masivo, y que devino en la creación del FENATE (Federación Nacional de Trabajadores de la Educación). Suponer que el FENATE es “terrorista” equivale a decir que la gran mayoría de maestros son terroristas, lo que es un abuso. Así como Castillo militaba en Perú Posible, los maestros como cualquier conjunto de ciudadanos tienen tantas sensibilidades como las hay en el país. La unidad en un gremio, o en una lucha, solo los identifica con ese gremio y esa lucha. 

En un medio escrito que se considera el más antiguo e importante, un articulista usaba indistinta y tendenciosamente FENATE y CONARE (Comité Nacional de Reorientación de la Educación) como si fueran sinónimos. CONARE es un grupo muy minoritario que agita en lo que hoy es FENATE y tiene vínculos bastante claros con MOVADEF. Pero es, pues, un grupo minoritario que logra destacar en asambleas porque está bien organizado y sincroniza sus acciones y consignas como no puede hacerlo la más democrática, plural y dispersa FENATE, en la que se alojan. 

Durante la huelga de docentes que hizo conocido a Pedro Castillo, en 2019, algunas figuras cercanas a CONARE efectivamente rodearon a Castillo. No eran los únicos, pero estaban visiblemente presentes, lo que generó las acusaciones contra Castillo. Éste, sin embargo, se valía de todos los que le eran útiles en el momento, incluyendo la ya célebre alianza con el fujimorismo para enfrentar al ejecutivo.

Personalmente, tratando de cubrir la huelga magisterial de 2019, me cupo conversar con muchísimos maestros incómodos y disgustados por el intento de CONARE de acaparar espacios en la movilización. Y no era extraño que, cuando se identificaba a algún activista de ese grupo, se le hiciera de inmediato vacío y se le señalara casi como apestado.

Como anécdota, puede relatarse que Pedro Castillo tuvo un acercamiento con el Frente Amplio, aspiraba a ser candidato al congreso por el partido que preside Marco Arana. Pero, a pesar del apoyo a Castillo de muchos en ese partido, Marco Arana y sus allegados más cercanos se opusieron, y lo hicieron precisamente porque creyeron en las acusaciones forjadas por el pésimo servicio de inteligencia o la mala fe del entonces ministro Basombrío. Mala decisión de Arana que, por lo que vemos ahora, hubiera asegurado un congresista más a su agrupación política.

¿Qué liga a Castillo con Perú Libre? Nada. Solo la oportunidad de la candidatura. Ocurre simplemente que el pragmatismo maoísta de Perú Libre le permite, para avanzar en su larga marcha, presentar como candidato a alguien como Ricardo Belmont, o también a Pedro Castillo.

Perú Libre 

¿Qué es Perú Libre? Es un pequeño partido político de base regional, con presencia en Junín y departamentos vecinos, sobre todo. El núcleo original de PL era una agrupación local denominada Movimiento Político Regional Perú Libre, que había sido fundado por militantes remanentes de un viejo grupo escindido hacia la izquierda de Patria Roja, que se llamaba Puka Llajta (Pueblo Rojo o Patria Roja, en quechua).  

Puka Llajta, que había nacido en Puno y se extendió algo más, había intentado disputarle el espacio a Sendero Luminoso durante los 80. Perdieron la apuesta, pues Sendero Luminoso asesinó a sus principales cuadros. 

Es al concluir el conflicto, que algunos ex militantes, ya arrepentidos de su incursión anterior, crean en Junín el Movimiento Político Regional Perú Libre. Unidos aún por la ideología maoísta, es a este movimiento regional que se integran los padres de Vladimir Cerrón, Jaime Cerrón Palomino y su esposa Berta Rojas. Con el tiempo, la ascendencia de los esposos Cerrón Rojas y de sus allegados, les permitió tomar el timón del movimiento, e incluso hacer renunciar a los viejos fundadores. 

Al doctor Jaime Cerrón Palomino, que era catedrático y Vice-Rector Académico de la Universidad Nacional del Centro, muy respetado en Junín, se le señalaba también como ideólogo de Sendero Luminoso dentro de la Universidad del Centro. Fue asesinado de manera no esclarecida en 1990. Todo conduce a suponer que el crimen fue obra del Comando Rodrigo Franco, aquel brazo armado paramilitar generado durante el gobierno aprista.  

El movimiento regional, posteriormente, se uniría al Partido Libertario, este con registro nacional, fundado por Vladimir Cerrón, para fundar el partido Perú Libre, que es el que está detrás de la improvisada candidatura de Pedro Castillo, y que es fundamentalmente, un feudo familiar. Hay mucha movilización entre su militancia sobre todo de Junín y alguna otra región del centro, pero al timón siempre los mismos. Y así, sostuvo las candidaturas de Vladimir Cerrón al gobierno regional de Junín, de manera victoriosa, en dos ocasiones.  

Su discurso es totalmente marxista leninista maoísta, como se estilaba en los años 70 entre algunos grupos marxistas. Parecen aletargados en el tiempo, en una visión de la realidad que brota de los manuales y que resulta complicado entender cómo encaja con la vida en la que transcurren. Definitivamente, no son terroristas, pero sí complacientes con aquellos a los que declaran como compañeros equivocados. 

Esto significa que comparten la ideología, pero no la táctica que consideran no adecuada, al menos para la larga coyuntura. José Carlos Mariátegui es solo un adorno para esta versión del marxismo. Basta con escuchar a José Lora Cam, fallecido hace poco, ideólogo arequipeño del maoísmo más radical, que estuvo buen tiempo en Junín asesorando a funcionarios y militantes de Perú Libre durante la gestión de Cerrón, y del que hay abundantes vídeos en YouTube, para identificar este sesgo. 

Fue, precisamente, durante la estancia de Lora Cam en Junín, que surgió el impase entre Cerrón y el Ministerio de Educación, pues aquel intentaba implementar un diseño curricular prácticamente alternativo al del MINEDU, contraviniendo las normas que establecen que los gobiernos regionales aportan con componentes regionales al diseño curricular nacional pero no lo pueden contradecir, ni menos suplantar. De hecho, se imprimieron algunos manuales con lenguaje marxista que debieron ser retirados de circulación ante el escándalo suscitado.

Mencionemos aquí, al paso, las muchas acusaciones, alguna con sentencia firme, que recaen sobre Vladimir Cerrón, sus relaciones con Chinalco, la enorme empresa minera china y los compromisos que eso conlleva, para redondear en la idea de cierto maoísmo versión, precisamente, China a lo Deng Xiaoping, capaz de enfeudar al país, como hizo Rafael Correa en Ecuador, a ese imperialismo chino que no parece molestar tanto a algunos izquierdistas, como les molesta el norteamericano.  

Debilidad y superpoderes de Castillo

Está clarísimo que la altísima intención de voto del candidato Castillo, al igual que vimos que ocurre con la pluralidad de los profesores de la FENATE, no significa que de pronto tantos millones de peruanos se volvieron marxistas leninistas maoístas. Es decir, son los votos del docente, del campesino, del dirigente sindical Pedro Castillo, y para nada del minúsculo partido Perú Libre y sus sueños de opio maoístas. 

Me aventuré a declararlo y han coincidido varios: la votación de Castillo se parece a la de Fujimori en 1990 y su “un peruano como tú” del hombre con terno sencillo, parecido al bodeguero del barrio y su aura de japonés trabajador; y también a la de Toledo, el lustrabotas, campesino de origen también, con un rostro que era por sí solo un programa como se encargaba de explicitar él mismo; o el nacionalismo de Humala, lleno de banderas, patriotería y recuerdo del velasquismo que, guste a quien guste o no, sea cierto o falso, persiste en la memoria popular como un periodo venturoso. 

Ese voto identitario, sin embargo, no se ha depositado esta vez en un ingeniero taimado y ladino que podía calcular lo que iba a hacer y con quién; ni en un economista con experiencia de mundo que podía convocar a variados colaboradores y sabía lo que quería; ni en un ex militar capaz de renunciar a sus banderas para tomar otras con asegurado apoyo técnico; sino en un modesto maestro de una lejana provincia cajamarquina que no parece, hasta ahora, tener claro hacia dónde va. 

El problema con Castillo no es que sea comunista, chavista o el apelativo que se le quiera dar, el problema es que no parece tener consciencia de la enorme responsabilidad y capacidad técnica necesaria, que implica hacerse cargo del aparato de Estado de un país. Si su proyecto es socialista, comunista, o socialdemócrata, el que fuere, no se está dotando de los instrumentos para avanzar en tal o cual sentido y con la compañía indispensable que necesita. Y por eso pareciera, hasta ahora al menos, una comparsa triunfante e incontrolable, hacia algún abismo. 

Sostenida, eso sí, por una fuerza que ni repatriando todo el dinero que su padre se llevó, podría comprar Keiko Fujimori: al contrario del 5% que hace campaña anticomunista a ojos cerrados, y que considera a los maestros como de una profesión con escasa consideración – o, como decía Constantino Carvallo de los maestros de colegio particular, una prolongación del servicio doméstico –, en todos los pueblos del Perú, en cada comunidad de nuestro país, el docente es un personaje respetable, al que se escucha con atención. 

Y en esta etapa de la campaña, el viejo SUTEP ha hecho migas con la FENTAPE, y Patria Roja con el profesor Castillo. Y hoy, en cada rincón del país, en cada localidad, cientos de miles de activos militantes por la candidatura del hombre del sombrero, del campesino sin programa, a los que todos escuchan, se movilizan por él. Esos docentes que se movilizaron en 2019 por sus demandas, y los que no lo hicieron, hoy toman su revancha. Y, junto a millones más que sienten que – dígase lo que se diga – no van a perder nada, están mostrando su fuerza. 

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Pedro Castillo, Perú Libre

Uno entiende que entre los votantes de Verónika Mendoza termine por primar una identidad de izquierda y al final voten por Pedro Castillo. Lo vemos claramente, por ejemplo, en el caso de Patria Roja, archienemiga magisterial del sector castillista, pero que, sin embargo, ha expresado su respaldo al candidato de Perú Libre.

Pero que no se esmeren en desplegar piruetas argumentativas y defensas rocambolescas de su voto, porque claramente están optando por una opción autoritaria. Se están tragando un sapo con plena conciencia. Si sobre Keiko Fujimori existe el temor -bastante acotado, porque no tiene control del Congreso- de que cope las principales instituciones, de Castillo, de acuerdo a sus propias declaraciones, ya hay certezas.

Quiere desactivar el Tribunal Constitucional, el Congreso, la Defensoría del Pueblo, la Sunedu, tirarse abajo la reforma magisterial, desmontar el enfoque de género de las aulas escolares, tumbarse la autonomía del BCR, etc., etc. Y todo dicho por él y sus allegados directos, no inventado por sus enemigos o la prensa.

Solo a Hernando de Soto lo puede engañar declarando que no es comunista a la salida de una reunión sostenida entre ambos. Castillo representa una opción de extrema izquierda, marxista leninista, según su propio ideario, que como tal, tiene como propósito copar todos los espacios de poder existentes en la sociedad.

Cuando eso ocurra -porque ocurriría si Castillo llega al poder-que los verolovers no se hagan luego los desentendidos. En la ecuación democracia-autoritarismo, no hay superioridad moral o política de ninguno de los candidatos.

La conducta del fujimorismo en los 90, y la beligerancia y tozudez antidemocrática de la bancada keikista el último lustro dan pie a las sospechas que desde el centro y la derecha existen sobre la candidata de Fuerza Popular. Pero ese riesgo se acota enormemente porque no tiene la mayoría aplastante que tenía en el Congreso en el 2016 y hay, además, un explícito propósito de enmienda (aunque se entienda a quienes no le creen ni siquiera eso). Pero en todo caso, vale reiterar, sobre Castillo hay certezas, y sobre Keiko dudas.

La democracia formal, aquella que nos da cobijo, a pesar de la terrible crisis política del último lustro, corre el riesgo de saltar por los aires si prima la opción ideológica y política que representa Castillo. Bajo argucias legales se dará maña para convocar a una Asamblea Constituyente y luego hará lo propio con el modelo económico. Es un proyecto el suyo, no es una aventura de última hora. Estamos avisados.

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Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 118: El precio del dólar no para de subir, ¿influirá ello en la campaña? Castillo hace agua por escasez de equipo técnico y Keiko no se queda atrás. Y el cese colectivo de Telefónica.

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Dólar, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Las últimas encuestas parecen indicar que la suerte está echada, que Pedro Castillo le ganará la elección a Keiko Fujimori. Pero nada está 100% definido. En el 2006 Alan García logró revertir su alto antivoto y ganarle a Ollanta Humala con una estrategia parecida a la que está utilizando ahora Keiko Fujimori. Acá un análisis de las potenciales trampas de las campañas de ambos candidatos.

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Lima – Perú

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Elecciones 2021, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Aunque es claro que los dueños de los principales medios apoyan el modelo económico mafioso y depredador que hoy tenemos, es ciego e ingenuo creer que ésta es la única razón por la que apoyan a Keiko Fujimori. La otra gran preocupación que los aflige, y que ocultan muy bien con periodismo histriónico y de lugares comunes, es que Pedro Castillo está hablando de desconcentración y democratización de los medios masivos, lo que significa medidas para acabar con el feudo mediático que usufructúan. Es decir, decisiones de gobierno para terminar con el uso patrimonialista, inconstitucional y culturalmente nocivo que se hace – y se ha hecho por décadas – del espectro radioeléctrico nacional, contando con la complicidad (activa o pasiva) de todos los gobiernos de turno, y cuyo resultado es una concentración mediática de contenidos mediocres y políticamente manipuladores. Los dueños de medios no quieren, de ninguna manera, que se discuta el regresivo sistema de entrega de licencias para radio y televisión que tenemos, sobre todo en sus numerales relativos a las renovaciones automáticas, porque éste es el origen de su ya centenario feudo mediático, y el mecanismo que explica la ampliación y consolidación del oligopolio ilegal que hoy tenemos.

El feudo mediático peruano empieza en 1922, cuando la radio llega a nuestro país y requiere de un espacio del espectro radioelectrónico. Desde entonces – lo que incluye el arribo de la televisión en 1957 – las asignaciones de frecuencias se han otorgado bajo una lógica argollera y patrimonialista: nunca ha habido reales concursos públicos – casi todo ha sido “a iniciativa de empresas” – y el beneficio otorgado jamás ha tenido fecha de caducidad, como si se tratase de un territorio medieval que la corona entrega a algunos señores y sus descendientes. Esta historia de inconstitucionales repartijas (un bien público no puede usarse de modo exclusivo), allanadas por tecnicismos legales y normas emitidas “entre gallos y medianoche”, y auspiciadas con discretas barreras a la competencia inoportuna, genera una inevitable situación de oligopolio empresarial cada vez más dominante, cuyo rostro vigente (los empresarios pasan, el feudo queda)  es la concentración mediática subdesarrollante que en la actualidad tenemos. La última de estas felonías legalizadas la hicieron – al alimón – un saliente y proactivo Alan García, y un entrante y pasivo Ollanta Humala, cuando entregaron nuevas licencias de funcionamiento, para el uso de una o más estaciones de televisión digital, a los miembros del actual oligopolio televisivo. El trámite se hizo a través de variados y discutibles mecanismos, aprovechando un contexto mundial de cambio tecnológico que nos obligaba a un nuevo reparto del espectro radioeléctrico, y nos daba una oportunidad hacer cambios progresistas de modo inmediato. Está a la vista el atropello: varios de los grandes canales ya utilizan su par digital, gracias los naturales beneficios que les trae ser parte del feudo mediático peruano.

Como consecuencia de este medieval sistema de reparto, hoy tenemos que las principales nueve empresas televisivas controlan el 50% de todas las licencias asignadas en el territorio, mientras las nueve firmas radiales más importantes manejan el 14% (no necesitan más a estas alturas). En la práctica, esto implica que sólo ocho empresas  (cuatro de radio y cuatro de televisión), dentro de un universo de más de 7000, concentren a más del 80% de la audiencia y la publicidad. Estas firmas son:  Grupo ATV (ATV – Global – La Tele), Plural TV – América Televisión, Frecuencia Latina y Panamericana Televisión, así como RPP (Radioprogramas y Capital),  Corporación Radial del Perú (CRP), Panamericana y Corporación Universal (única marca provinciana). Salvo la última, todas las empresas enumeradas operan en Lima, pero dado su nivel de penetración, definen la mayor parte de los contenidos que circulan a nivel nacional, y sobre todo la información política, pues producen los principales noticieros y los escasos programas de entrevistas de nuestra señal abierta. Así, son una influencia aplastante y hegemónica a nivel de opinión pública, pues obviamente informan desde sus preferencias e intereses políticos, y promueven valores y reflexiones funcionales al actual modelo económico y mediático.

Esta realidad feudal, inconstitucional, centralista y antidemocrática se agrava con un segundo privilegio legal: los medios están totalmente protegidos contra todo tipo de regulación de contenidos, más allá de algunos límites indispensables y de lo establecido en el código penal, que responde al honor y la buena reputación, pero no tiene ninguna vinculación con la calidad de los mensajes y narrativas mediáticas. Al final, a partir de las potestades feudales y hegemónicas que poseen, las empresas mediáticas han  generado una radio-televisión de productos degradantes y alienantes, y de espacios tiránicos en cuanto a postura política (hoy estamos viendo su keikismo bruto y achorado), además de elementales en cuanto a argumentos y registro de conocimientos. 

Pero como se puede deducir de lo escrito arriba, esta situación es perfectamente reversible, porque el espacio radioeléctrico – que permite la acción radial y televisiva – es propiedad de los peruanos y lo administra el Estado, con total capacidad técnica para regularlo y asegurar un reparto de acceso y poder mediáticos muchos más democrático y beneficioso para nuestro desarrollo. Un sistema que acabe con la sutil expropiación de un bien público y la negación de derechos políticos y culturales con que nos violentan. 

Y dicho lo anterior, ahora sí corresponde hablar de libertad de expresión, opinión y prensa, lo que vitorean dramáticamente cuando se les menciona la posibilidad razonable de regular sus contenidos y programaciones. Como todos los derechos y atribuciones, esta libertad colisiona con otras y con indiscutibles deberes, con los que convive en un equilibrio en el que ninguna de las partes tiene superioridad o inferioridad definitiva y, por lo tanto, ninguna puede imponerse totalmente ni ser obviada. La libertad que empresarios mediáticos y periodistas defienden como estandarte gremial, no es de ningún modo más importante que el derecho a la vida o a la seguridad pública, ni que la imperiosa necesidad de recibir contenidos educativos y culturales de calidad – por todos los medios posibles – para salir intentar de nuestro subdesarrollo. 

Además, hoy es clarísimo que el oligopolio mediático vigente ni siquiera es capaz de respetar las libertades que promueve, pues torpedea uno de sus insumos insoslayables, que es el pluralismo político (que asegura la plena conciencia ciudadana y el buen uso de la soberanía personal). No tenemos eso ni mucho menos: son vergonzosamente echadas las entrevistas de radio y televisión que sus periodistas hacen a Keiko Fujimori, así como terruqueantes, despectivas y prepotentes las que hacen a Pedro Castillo. Y la opinión política que emiten o convocan es siempre homogénea en cuanto a su derechismo económico. Algunos, los mejores, intentan manifestarse desde su convicción de neutralidad periodística, pero claramente se alinean al final. Es obvio que casi todos comparten los valores y preferencias que promueven y eso también es libertad periodística, pero deja de serlo cuando es parte de un atentado sistémico contra el derecho ciudadano.

Es cierto que la televisión y la radio de señal abierta son negocios declinantes en cuanto a ingresos (habría que hacer públicas sus cuentas en un nuevo modelo mediático), pues la explosión de  nuevas alternativas y soportes de consumo audiovisual (celulares, internet, Netflix, etc.) los han dejado fuera de toda competitividad lo que ha traído al piso sus tarifas publicitarias, pero cómo se descrito arriba, siguen siendo muy poderosos en términos políticos (¡vaya que Montesinos lo sabía!) y muy estratégicos como instrumentos de desarrollo nacional. 

Así que tiene toda la razón Pedro Castillo en querer descentralizar, desconcentrar y democratizar las licencias de radio y televisión, incentivando y entregando permisos para, por ejemplo, canales regionales o universitarios, culturales o de capacitación. Para ello, tiene que lograr que el congreso cambie un punto de la actual Ley de Radio y Televisión, que es el relativo a la renovación automática de licencias, lo que le permitirá construir, de a pocos, un nuevo mapa de distribución mediática en el territorio nacional. En el escenario maximalista, tendría que hacer del tema una discusión constitucional y llevarlo a la asamblea constituyente que está promoviendo. En ese caso, es seguro que la justicia y el derecho ciudadano se honrarían más rápidamente.

Y en relación a la regulación de contenidos, también Pedro Castillo está en lo correcto, porque es obvio que se necesita un equilibrio mucho más saludable entre los muchos y muy importantes derechos ciudadanos en juego, y la muy importante libertad de expresión, prensa y opinión. Es claro que el criterio de beneficios empresariales debe estar subordinado aquí, sin que esto quite su  gran importancia y obligatoria presencia en la ecuación final del nuevo modelo. Esta voluntad también pasa por cambiar la normativa vigente en el congreso, pero en un escenario más incierto porque regular nunca es sencillo, y precisamente por eso existen especialistas en la materia. Quién es el juez que interpretará la ley y decidirá la pertinencia de lo programado, es una pregunta absolutista y de ánimo cancelatorio que los voceros mediáticos esgrimen como argumento final. La respuesta la han dado muchos otros países del mundo desarrollado y algunos vecinos regionales: se crea un consejo autónomo y enmarcado en una sólida institucionalidad, cuyo cuerpo decisorio esté conformado por todas las partes ideológicas, territoriales, gremiales, políticas, y sobre todo ciudadanas, de manera que ningún criterio arbitrario tenga preminencia en dicha regulación, salvo el bienestar que la mayoría de peruanos considera mejor. Obviamente, todo esto debe estar enmarcado en una lógica en la que radio y televisión de señal abierta son, en gran parte, un bien público, además de un medular instrumento de nuestro desarrollo. Riesgos de subjetividad habrá siempre, pero en las democracias estos conflictos se zanjan con mayorías representantes, y no con propuestas ilógicas de auto-regulación.

Como se observa, ésta es otra de las razones por las que Pedro Castillo es por muchas cabezas superior a su chamuscada rival: entiende la necesidad y la urgencia de poner la televisión y la radio al servicio de los peruanos y su desarrollo, lo que pasa por quebrar el oligopolio feudal que nos han impuesto para beneficio de unos pocos aprovechados. Felizmente, las encuestas indican que, al menos esta vez, no se salvan de devolver lo que no es suyo.

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Pedro Castillo

Cierre de brechas sociales, crecimiento económico y un castillo de naipes que se derrumba al primer soplido técnico. No te pierdas la videocolumna de Alexandra Ames La Caja Negra.

 

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Economía, Elecciones 2021, Pedro Castillo

Hay un dato revelador en la última encuesta del IEP: un 58% de la población señala que se debería mantener el modelo, pero con cambios, mientras que un minoritario 33% dice que se debería cambiar totalmente. En la propia izquierda, hay un 52% que señala lo propio, que se debe mantener el modelo, pero con cambios, y en la derecha el 63%.

No estaría cayendo en saco roto el mensaje de Keiko Fujimori de defensa del modelo y su narrativa anticomunista. Claramente apunta a reforzar su núcleo duro, de derecha, centro y hasta una porción de la izquierda. Y es más fácil para Keiko decir que va a defender el modelo y le va a hacer algunos cambios que a que Castillo lo haga.

Castillo está atrapado en su lógica radical. Difícilmente va a poder salir de ella. Su propia bancada está partida en tres: los prosenderistas, los cerronistas y unos cuantos castillistas. Si se modera no solo perdería a su facción radical -que fácilmente puede dejar de votar por él y pasarse al bolsón de blancos y viciados- sino que puede resultar inverosímil y proyectar la imagen de la impostura.

No es casual que Castillo rehúya las entrevistas en set, ante periodistas calificados y acuciosos y solo decida declarar a reporteros, sin posibilidad del intercambio de preguntas y respuestas necesario y sin el tiempo debido (él mismo se encarga de cortar las entrevistas).

Nada está definido en esta elección aún. Las actitudes, más que la ideología, va a jugar un papel preponderante y ya estamos viendo que, según la propia encuesta del IEP, hay mayor facilidad de que el discurso de Keiko (si le agrega alguna dosis de anti establishment) pegue antes que el de un rígido Castillo (no tiene muchas variables de juego).

No es momento de que los castillistas celebren alborozados el triunfo ni de que los keikistas se conduelan deprimidos por los resultados de las primeras encuestas. La campaña recién comienza y no estamos ante bloques ideológicos afianzados y duros que sean imposibles de convencer de su migración.

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Keiko Fujimori, Modelo económico, Pedro Castillo

Freddy Mamani Laura tiene 46 años y ha sido el máximo dirigente de los maestros rurales de Bolivia hasta el 2019, año en el que postuló al Congreso y fue elegido diputado por el partido oficialista de izquierda Movimiento Al Socialismo (MAS), que preside Evo Morales. En diálogo telefónico con Sudaca, cuenta que conoce al profesor Pedro Castillo Terrones desde el año 2015. En el 2018 también participó junto al hoy puntero en las encuestas en un evento organizado en La Paz por el representante del Movadef en ese país, el peruano Álex Chamán.

 

Cuando era maestro rural y enseñaba en los colegios del altiplano de La Paz, visitó nuestro país en seis ocasiones. En Puno y en Lima, ha participado en protestas y conversatorios con los maestros peruanos explicando el “proceso revolucionario” que se ha vivido en su país desde la llegada al poder de Evo Morales (2006-2019) y cuya línea continúa hoy con el presidente masista Luis Arce. La Asamblea Constituyente para la Nueva Constitución del 2006, la nueva Ley de Educación, la nacionalización de los hidrocarburos, la “recuperación” de las empresas estratégicas son algunas de las políticas que resalta. Mamani señala que estos son temas en los que Morales puede “aconsejar” a Castillo en esta segunda vuelta electoral.

 

En una reciente entrevista, difundida en la radio Kawsachun Coca de Bolivia, el expresidente Evo Morales señaló que una semana antes de las elecciones tuvo una comunicación telefónica con el profesor Pedro Castillo. El exmandatario señala que ese contacto telefónico se produjo a través suyo. ¿Usted viene a ser, en la actualidad, una especie de enlace en las comunicaciones entre Castillo y Evo?

Bueno, nosotros estamos en permanente comunicación entre nuestro hermano líder Evo Morales y se puede comprender en ese sentido. Nosotros no solo tenemos contacto con el hermano Pedro Castillo, sino con varios dirigentes de Latinoamérica, de todos los maestros. Todos coincidimos en que somos de izquierda y revolucionarios. Por eso tuve que comentarle a nuestro hermano líder Evo Morales que en Perú se había gestado la participación [en las elecciones presidenciales] de un maestro y que, realmente, es un fenómeno en su país. Conociendo toda su historia, nuestro hermano Evo Morales, inmediatamente, tuvo que lanzar [su saludo en redes sociales] y tomar contacto para poder felicitarlo.

Permítame insistir entonces: ¿usted viene a ser como un enlace, en la actualidad, entre el profesor Pedro Castillo y el expresidente Evo Morales?

Por supuesto que sí, por supuesto, ¿no?, porque los maestros tenemos un contacto a nivel de Latinoamérica, inclusive a nivel mundial con los maestros de otros continentes. Estamos en contacto permanente.

¿Estas comunicaciones empezaron después del ‘I Encuentro de Maestros Latinoamericanos de La Paz’ realizado en mayo de 2018 [este evento fue inaugurado por el expresidente Evo Morales]?

Sí, en La Paz, ha sido el primer encuentro que tienen. Por eso hay una imagen en la que está el hermano Evo Morales y el hermano Pedro Castillo. Ahora, el hermano Evo Morales no tenía conocimiento de que se iba a lanzar [Pedro Castillo] como presidente. Pero, cuando le indiqué lo que estaba pasando, a partir de eso, tomó mucho interés y se tomó contacto. 



El pasado domingo 18, el expresidente boliviano en su programa «Evo es pueblo, líder de los humildes», en la radio Kausachum Coca, aseguró que el profesor Freddy Mamani es el «enlace» con el profesor Pedro Castillo. En entrevista con Sudaca, el actual Presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia también lo confirmó (ver minuto 14).

 

¿Usted tiene comunicación fluida con el profesor Castillo?

Nosotros tenemos una comunicación permanente, cuando podemos. Por Whatsapp es el único medio por el que podemos comunicarnos. Bueno, y no solamente con Pedro Castillo, sino con varios líderes del equipo que tiene él, con varios dirigentes. Somos un gran equipo de maestros que se ha armado.

Hay un grupo de WhatsApp entonces.

Sí, tenemos un grupo de WhatsApp, tenemos un grupo de maestros intercontinentales. Pero, con el hermano Pedro Castillo, por el momento, está muy difícil comunicarnos porque tenemos conocimiento que se está movilizado por todo su territorio y sabemos que no hay una buena señal [de internet y telefonía] en algunos lugares; pero sí [hay comunicación] mediante otros líderes que tenemos en el magisterio [de Perú]. 

En esa misma entrevista en Kawsachun Coca, el expresidente Evo Morales se dirige a Pedro Castillo y le pregunta: “¿en qué le podemos apoyar?”. ¿Cuál sería la ayuda o el apoyo que le podría dar el MAS al profesor Castillo en esta segunda vuelta y si ya se está dando?

Básicamente, nuestro apoyo y el apoyo de nuestro hermano Evo Morales va a ser en temas más programáticos. Eso es lo que sí va a tener y va a hacer nuestro hermano Evo desde la experiencia que tuvo como Presidente del Estado (2006-2019).  

¿Se podría decir que el apoyo va a ser a través de una asesoría?

No como asesor, sino como alguien que pueda transmitir experiencia. Todos los expresidentes siempre pasan a ese espacio de ser los que transmiten la experiencia, los que aconsejen; no los que asesoran.

¿A través suyo, usted sería el enlace?

Sí, por supuesto que sí. Nosotros estamos en permanente contacto [con el profesor Castillo] a través de varios dirigentes de Bolivia. No solamente yo. 

 

¿Cuáles serían esos consejos de Evo Morales al profesor Castillo?, ¿podría ser sobre la ley de educación de Bolivia, la realización de la Asamblea Constituyente, la nacionalización de los hidrocarburos [son las principales reformas que ha realizado el exmandatario boliviano desde que ha sido Jefe de Estado]?

Bueno, nosotros hemos implementado varias políticas, no solamente sociales sino económicas. Y hemos visto que se generó como una necesidad en Perú. Son algunas propuestas que hemos estado escuchando [de Castillo] que han coincidido bastante con nosotros. Seguramente, habrá algunos otros consejos que deban tener cuidado con algunas determinaciones que puedan pasar; es decir, algunas propuestas no van a poder ser posibles y no se tienen que lanzar. Nosotros nos caracterizamos por ser muy serios: si algunas propuestas no van a poder ser cumplidas, es mejor no hacerlo. Entonces, eso básicamente va a ir trabajando nuestro hermano Evo. 

¿También le aconsejará sobre su experiencia de ganar una elección?

Por supuesto que sí: cómo organizarse con los movimientos sociales, cómo trabajar toda esa experiencia siempre es importante y nuestro hermano Evo ha estado coadyuvando permanentemente [a Luis Arce cuando fue candidato presidencial por el MAS, en el 2019] desde Argentina, cuando estuvo exiliado. Desde allá, siempre hacíamos los contactos para que pueda rápidamente organizarnos.

¿Para usted, estos consejos no deberían tomarse como una intromisión en Perú?

Absolutamente. Nosotros no actuamos como el “imperio” [se refiere a Estados Unidos]. El “imperio”, más bien, impone políticas totalmente determinadas en un modelo de gobierno del capitalismo y en su base fundamental de la privatización de todas las empresas, de todos los recursos naturales. Nosotros no nos entrometemos como los organismos internacionales, como la OEA que ha sido parte intelectual y material del golpe de Estado en Bolivia [en el 2019, cuando Evo Morales tuvo que renunciar a la Presidencia]. Nosotros no hacemos eso. Lo que hacemos, más bien, es mandar consejos, propuestas que puedan servir a los países vecinos de toda Latinoamérica para consolidar sus grandes transformaciones.

Descarta, entonces, que podría haber un apoyo económico a Castillo.

Absolutamente. Cuánto nos gustaría de verdad, ¿no? Inclusive, como maestros de la clase social, del proletariado que somos, nos gustaría apoyar económicamente. Sabemos cuánto se gasta en una campaña política, pero no lo podemos hacer porque estamos impedidos. En Bolivia estamos levantándonos del desastre económico que nos ha dejado el gobierno golpista [de Jeanine Añez]. 

Paralelamente a ese encuentro de mayo del 2018 al que hacíamos referencia al inicio, que fue organizado por el Ministerio de Educación de Bolivia, hubo otro evento: un foro organizado por el profesor Álex Chamán, representante del Movadef en Bolivia y exconvicto acusado de pertenecer a Sendero Luminoso. ¿Qué nos puede decir al respecto?

[El profesor Álex Chamán] es un líder desde espacios más académicos. Tiene mucha relación con las dos universidades más grandes de Bolivia. Estamos hablando de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y la Universidad Pública de El Alto (UPEA) [Chamán es profesor en esos dos centros universitarios].  Tengo conocimiento que también tiene mucho contacto con algunas instituciones del exterior. Ha sido parte también de esos encuentros que se han ido generando para poder reflexionar con gente joven de las universidades.

¿Cuál es su opinión de que el profesor Chamán sea representante del Movadef en Bolivia, una organización que reivindica a Abimael Guzmán y a Sendero Luminoso?

No conozco muy bien. No conozco mucho el accionar mismo del profesor Chamán. He estado trabajando más en la formación de líderes que en la formación académica… No tengo ningún conocimiento sobre el caso.

 



En mayo del año pasado, el profesor y presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, Freddy Mamani, tuvo un encuentro virtual -a través de Zoom- con el representante del Movadef en el vecino país, el profesor peruano Álex Chamán. Se trató de un conversatorio sobre educación y política.

 

¿Respeta la posición política del profesor Álex Chamán?

Por supuesto que sí. Seguramente la debe tener, como la tienen todos, como usted mismo la tiene. Entonces, respetamos. Nosotros, vivimos en un país democrático. Alguna vez, hemos coincidido en algunas actividades, pero después no hemos tenido un contacto muy seguido con él.

 

(*) Fotocomposición: Leyla López

Imágenes: Andina, difusión y EFE

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Evo Morales, Pedro Castillo, Perú Libre
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