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Consenso conservador
Por:
Debate
6.05.2022
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Cuando el presidente Castillo era un niño, sus profesores le enseñaron lo que pudieron para que formara parte de la primera generación en su familia que supiera leer y escribir. También le enseñaron a memorizar y sin duda lo castigaron si lo encontraron plagiando o soplando durante alguna prueba que tuviera que rendir. Concluida la secundaria, el presidente Castillo entró a uno de los institutos pedagógicos reabiertos para seguir la carrera de educación. Existen estudios muy buenos sobre la mala formación que recibían en aquel entonces los jóvenes que se convertirían en los nuevos profesores del país. Después obtuvo su bachillerato en una sede de la Universidad César Vallejo, que en aquel entonces era una institución libremente improvisada, y luego, obligado por la reforma magisterial que comenzó el año 2007 para conseguir docentes realmente bien formados, siguió una maestría que requiere una tesis para la titulación.
Hacer una tesis no es una tarea sencilla. Hasta ahora no queda claro por qué se pide para obtener el título de todas las carreras universitarias, cuando se trata de una investigación sustentada académicamente y en la mayoría de ellas esa labor no forma parte del perfil profesional. Sin embargo, una maestría en psicología educativa, ¿cómo no la va a solicitar? Pero revisando la formación del presidente, ¿una persona con esa formación podría aprender a hacerla en el breve plazo de una maestría?
Sea cual sea la forma en la que el presidente Castillo y su esposa consiguieron la tesis (les fue obsequiada, la mandaron a hacer o la plagiaron ellos mismos), era imprescindible para mantenerse en la carrera magisterial. El tema está en que no sólo han sido ellos. Sino que gracias a universidades como César Vallejo a las que no les importó si sus egresados sabían o no investigar, miles de docentes que se han encargado de la educación de cerca de la mitad del país se mantienen hasta hoy en su carrera magisterial gracias al plage más grande que hubiesen podido utilizar, sin el peligroso reto de tenerlo que esconder.
“De cierta forma hay algunas situaciones internas en las que podemos discrepar. Como cualquier tipo de bancada a la larga se puede llegar a fraccionar. Pero, por el momento, nos mantenemos firmes y vamos a continuar con el respaldo de nuestro compañero Pedro [Castillo]”, dice Quiroz.
En la tienda del lápiz son conscientes de que el proyecto de ley para que una Asamblea Constituyente redacte una nueva Constitución va a fracasar en el Congreso. Pero esperan que la negativa de la oposición a elaborar una nueva Carta Magna encienda la pradera en las regiones y se inicien las protestas. Ese -dice una fuente de Perú Libre cercana a Cerrón- sería el famoso “plan B” del que habló el secretario general del partido en una entrevista en Canal N.
Ojo, esta última versión no excusa al presidente Castillo, al contrario: en el caso descrito en la hipótesis del rabo de paja, al menos el presidente habría tenido la inteligencia para saber que lo que hizo estaba mal. En la versión triste de la hipótesis de la ignorancia, por el contrario, estamos hablando de una persona tan mediocre y limitada que ni siquiera alcanza a entender qué es plagiar; de un profesor que no comprende la naturaleza del trabajo intelectual, o incluso lo desprecia.
Es posible que la explicación requiera una combinación de todo lo anterior, en el sentido de que tal vez el presidente sabía que había “algo rarito” con su tesis, y por eso prefirió quedarse callado. Si ese fuera el caso, igual sospecho que el factor más importante sería el último mencionado. En su infinito sancochado intelectual, es posible que Castillo haya pensado que eso de no copiarse son pelotudeces de académicos que viven en sus torres de marfil, alejados del pueblo.
* Manuel Barrantes es profesor de filosofía en California State University Sacramento. Su área de especialización es la filosofía de la ciencia, y sus áreas de competencia incluyen la ética de la tecnología y la filosofía de las matemáticas.
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Es hora, de paso, que la oposición de centro o derecha cuaje opciones consolidadas, que permitan augurar un triunfo holgado, que derrote cualquier pulsión disruptiva o radical -que seguramente reasomará en el horizonte electoral- y ello pasa por no dispersar una vez más el voto centroderechista en siete u ocho opciones, de modo tal de afirmar una segunda vuelta entre dos opciones moderadas que correspondan al sentir mayoritario de los peruanos, y evitar el albur emotivo de una segunda vuelta polarizada ideológicamente.
De peores situaciones ha logrado salir el Perú. La tragedia que supone el gobierno de Castillo puede superarse si la clase política de oposición muestra madurez y desprendimiento. No podemos perder el país en manos de un inepto como Pedro Castillo, rehén de un dogmático radicalizado como Vladimir Cerrón, muestrario de un marxismo de gacetilla, atrapado en antiguallas ideológicas que van a llevar el país a la ruina.
-La del estribo: soberbia la actuación de Bruno Odar en la obra Timón, una magnífica adaptación libre de Celeste Viale de la obra Timón en Atenas de William Shakespeare. Bajo la dirección de Mateo Chiarella, va en homenaje al entrañable Jorge “Coco” Chiarella que nos dejara recientemente. Se pone en el Centro Cultural de la PUCP y la venta es a través de Joinnus. Va hasta el 5 de junio.