fapjunk.com teensexonline.com
Pedro Castillo archivos | Página 36 de 88 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Pedro Castillo

 

Lo que el presidente Castillo está perpetrando en el sector Salud es de horror. Demuestra una indolencia mayúscula y un desprecio por los cientos de miles de muertos por la pandemia.

Colocar en el cargo rector de la salud pública del país a un personaje como Hernán Condori, un creyente en pócimas y sin ninguna experiencia en gestión pública, tan solo para satisfacer las exigencias de Vladimir Cerrón, es una afrenta al país que el Congreso haría bien en remediar sin esperar al voto de confianza al gabinete en pleno.

 

 

Este ministro, entre otras pillerías, ha nombrado como asesor principal a otro personaje inverosímil, como el médico veterinario William Córdova, quien acumula una veintena de denuncias judiciales, entre ellas una por violación sexual, y está donde está por las mismas razones que le permitieron a él la “suerte” de ser nombrado titular del pliego: su cercanía al ex gobernador de Junín.

Como perla adicional, con total desparpajo, el ministro se luce en cuanto evento participa y en las visitas hospitalarias que efectúa, con el médico César Montoya Cárdenas, quien tiene en su haber una infinidad de sanciones disciplinarias por sus inconductas en el hospital Arzobispo Loayza, además de revelar una sinuosa carrera política, desde las filas de PPK hasta las de Antauro (por quien fue candidato al Congreso). Véase informe publicado en Sudaca https://bit.ly/3GTqU53

 

La salud pública, más aún en tiempos de pandemia, debería ser la prioridad número uno de los gobiernos del mundo. En el Perú, en particular, adquiere una coloratura sociopolítica porque sus carencias la convierten en una fábrica de descontento cívico, dada su ineficacia brutal y su inexistencia en buena parte del territorio nacional.

Entender una adecuada gobernabilidad en un país como el nuestro es impensable sin la edificación de una salud pública presente, eficiente, digna. Ello justamente se le achaca a los últimos gobiernos de derecha, que se preocuparon en demasía del bienestar macroeconómico y no fueron capaces de invertir lo necesario en este rubro, que la pandemia desnudó en su pavorosa orfandad.

Un gobierno de izquierda, como el de Castillo, se pensaba que le daría especial atención al tema, convirtiéndolo en el eje de su programa de gobierno. Por lo que se ve, es una farsa más, de las tantas que el régimen perpetra a diario. Le importa un comino la salud pública y, por ende, el bienestar de los pobres. Es una fullería dolorosa porque afecta a millones de peruanos, pero para Castillo es más importante el botín presupuestal que ha decidido entregar a las fauces de su socio político, Vladimir Cerrón.

 

 

Tags:

Hernán Condori, Minsa, Pedro Castillo

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 328.

Escúchalo en SoundCloud:

Escúchalo en Spotify:

En YouTube:

 

Tags:

Congreso, Mari Carmen Alva, Pedro Castillo

 

Lo que está haciendo el premier Aníbal Torres confrontando con el Congreso es un viejo truco político de los gobiernos que quieren remontar sus tasas de popularidad. Lo hizo Vizcarra con gran éxito y mucho antes que él Alberto Fujimori, pero eso no lo convierte en axioma político ineludible.

Para que surta efecto, depende de que la ciudadanía perciba, primero, que en el Ejecutivo se hacen cosas y se despliegan políticas públicas, es decir, se gobierna. Así lo percibía con Fujimori y con Vizcarra (aunque con este último haya sido un espejismo lamentable), y no es ese el caso del gobierno de Castillo.

Por el contrario, el desplome en las encuestas refleja la profunda animadversión que han reafirmado quienes no votaron por él, corroborando en los hechos que no se equivocaron un ápice al no darle su respaldo electoral, a quienes se suman los millones de decepcionados que sí le dieron su voto, pero a quienes resulta cada vez más intolerable el pueril despliegue político de un gobierno mediocre y con atisbos de corrupción.

No va a ser con golpes efectistas que el Ejecutivo va a remontar en las encuestas. No le servirá zarandear al Parlamento (además, maliciosamente, sobredimensionando un supuesto afán sedicioso), como tampoco sacar a las Fuerzas Armadas a patrullar las calles, como no le sirvió antes dar muestras de xenofobia al intentar deportar venezolanos en un show del que fue partícipe el injustamente elogiado por su salida indecorosa del Ejecutivo, Avelino Guillén.

Son ardides ya manidos, que exigen un manejo psicosocial fino, coordinado, y con el respaldo de cierta consistencia gubernativa para que produzcan los resultados deseados.

La naturaleza deleznable del régimen castillista hará que esos “trucos”, lejos de engañar a la platea, la enardezcan aún más. Castillo y su particular premier, Aníbal Torres, están jugando con armas que no saben manejar con la mínima solvencia y solo producirán un daño mayor del que ya cargan a cuestas.

Por supuesto, haría bien el Congreso en no atemorizarse por la matonería política del premier Torres y actuar con firmeza frente al sainete. Primero, respondiendo políticamente a las falsas imputaciones. Segundo, persistiendo en las coordinaciones para tratar de encontrar la mejor fórmula de acortar el mandato de un régimen insostenible. Tercero, estableciendo mecanismos de contención de los despropósitos del Ejecutivo, ejerciendo el mayor control político posible. Eso no es golpismo, es defensa de la democracia y sus instituciones.

 

 

Tags:

anibal torres, Pedro Castillo

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 327.

 

Escúchalo en Soundcloud:

 

Escúchalo en Sporify:

Escúchalo en Youtube:

 

 

Tags:

anibal torres, Pedro Castillo, Perú Libre

 

Hoy en «Si el río suena»: Premier Torres pedirá la confianza El premier Torres solicitó fecha para presentarse ante el Congreso a pedir el voto de confianza ¿Qué dicen las bancadas? Conversamos al respecto con el vocero de Acción Popular, Elvis Vergara.

Además, a un mes del derrame de petróleo en La Pampilla la directora ejecutiva de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Isabel Calle, nos ayuda a hacer un balance de la situación.

Míralo en YouTube:

 

Escúchalo en SoundCloud:

Escúchalo en Spotify:

Puedes revisar nuestros informes aquí

https://sudaca.pe/categorias/informes/

Tags:

Aníbal Torre, Pedro Castillo, Petroperú

 

Como era previsible, Pedro Castillo sigue cayendo en sus niveles de aprobación. Según la última encuesta de Ipsos, sufre un severo desplome entre enero y febrero: pasa de 33% de aprobación a 25%, y su desaprobación crece de 60 a 69%.

Otro dato relevante es que, por primera vez, en el sector rural y el sector E pasa a tener una desaprobación mayor que aprobación. En enero, en el sector rural, Castillo tenía 52% de aprobación versus 36% de desaprobación; ahora en febrero, su aprobación es de 47% y su desaprobación es de 49%. Lo mismo ocurre cuando nos referimos al sector E, donde tenía, en enero, 48% de aprobación versus 42% de desaprobación; ahora tiene solo 41% de aprobación respecto de un significativo 54% de desaprobación.

Respecto de la vacancia, entre quienes está definitivamente de acuerdo, o lo pensarían y podrían estar de acuerdo, en diciembre sumaban 46% de la población. Hoy llegan a 53%. Un 56% también estima que el presidente debería renunciar frente a un 42% que cree que debería gobernar hasta el 2026.

La encuesta ha sido hecha entre el 10 y el 11 de febrero, con lo cual mide el cambio del gabinete Valer y su reemplazo por el de Aníbal Torres. Al parecer, el descalabro político del primero, que le hizo durar apenas días, ha tenido tal impacto en la opinión pública que el flamante gabinete Torres, peor aún con los estropicios del ministro de Salud, del Interior, de Transporte, de Energía y Minas, etc., no ha logrado revertir la tendencia, sino, por el contrario, ahondarla.

Ya jugó casi todas sus opciones de baraja, Castillo. Claramente, no está entre sus planes abrir la cancha hacia sectores de centro, lo cual a estas alturas ya, inclusive, resulta irrelevante solicitar o exigir: bastaría que nombre un gabinete de personas decentes, con solvencia técnica y valores meritocráticos. No parece estar, sin embargo, bajo su radar la conformación de un gabinete de ese perfil. No da la correa para tanto.

 

La profunda mediocridad tecnocrática de los cuadros del cerronismo, de los cuales Castillo depende, en tanto no sea capaz de mirar al centro, lo está llevando al colapso político, como corroboran las encuestas.

Si Castillo sigue cayendo a pasos acelerados en las mismas, llegará a madurar la presión opositora por sacarlo del poder. Y sus probabilidades de éxito serán cada vez mayores. Un presidente con 10% de aprobación -niveles a los que Castillo prontamente llegará- hará muy rentable políticamente que las fuerzas que hoy lo respaldan (Juntos por el Perú, Nuevo Perú, Somos Perú y eventualmente Perú Democrático), empiecen a mirar otros horizontes, disidentes del oficialismo. Lo mismo respecto de grupos activistas o frentes sociales, cada vez más inconformes con la parálisis gubernativa.

No pinta bien el futuro del régimen. Ya ejecutivamente hablando, no hay posibilidad de albergar alguna esperanza. La mediocridad va a ser el signo permanente de este gobierno. Lo que podría añadirse a esa medianía estructural es un desastre político y social, que despertaría tales vientos que se podrían llevar de encuentro a Castillo de Palacio de Gobierno.

 

 

Tags:

Pedro Castillo

 

Los cuatro gabinetes, en poco menos de siete meses de gobierno, evidencian los serios problemas que enfrenta el presidente Pedro Castillo. Son problemas que afectan al diseño e implementación de políticas públicas en beneficio, principalmente, del “pueblo” que su gestión tiene como público objetivo. Asimismo, lo difícil que le resulta convocar y convencer a ciudadanos para que asuman el cargo de Ministros. Esto último ha sido una constante. En buena cuenta, ¿de dónde podría reclutar “ministeriables”?

Como se recuerda, Castillo se hizo conocido a nivel nacional gracias a que condujo la huelga magisterial durante el 2017 sin mayores resultados. Motivo por el cual, Vladimir Cerrón lo invitó a que fuera el candidato presidencial del izquierdista Perú Libre. A raíz de su candidatura, se conoció que había estado afiliado a Perú Posible y como tal postuló a una alcaldía distrital. Es decir, una limitada experiencia política. Asimismo, que no contaba con experiencia en gestión pública.

Una vez en el gobierno, tal inexperiencia política le pasa factura. En un partido más o menos institucionalizado, un afiliado desarrolla sus capacidades para disentir y consensuar. Es más compite al interior del mismo para ocupar puestos de dirección. Lo cual le permite no solo negociar y llegar a consensos en el seno de su organización política sino también con otras fuerzas políticas adversarias. Sin tal socialización política, le ha resultado muy complejo conformar gabinetes más o menos estables.

En un sistema presidencialista como el nuestro, el presidente es el que tiene potestad para nombrar al Primer Ministro y a los Ministros que lo acompañaran. Asimismo, invitar a otros partidos políticos para que formen parte de su gobierno y a personas sin afiliación política. Esto último, quizás, porque no ha llegado a un acuerdo por la distribución de ministerios con el partido que lo condujo al gobierno o las fuerzas políticas que forman parte de él. En ese sentido, si se trata de ganar apoyo o reafirmar el que le brinda uno o más partidos políticos ha de designar ministros entre los afiliados de tales comunidades políticas. En todo caso, el tránsito de un gabinete a otro, le permitiría reordenar las filas de las fuerzas políticas que conducen el gobierno y mejorar las competencias gubernamentales. Sin embargo, esto último no ha sido posible. El presidente Castillo no forjó alianzas más allá de las izquierdas y ha estado bajo la amenaza  congresal de “vacarlo”.

Castillo reclutó a sus Ministros entre afiliados de Perú Libre, Juntos por el Perú, Nuevo Perú y Frente Amplio, todos partidos de izquierda. Asimismo, ha incorporado a sus gabinetes a personas sin filiación política conocida o aparentemente vinculadas a partidos políticos con representación parlamentaria. ¿Cuál ha sido el común denominador de todos ellos? La poca o nula experiencia tanto política como en gestión pública salvo honrosas excepciones como la de los Ministros que provenían de las filas de las izquierdas no perulibristas. Ministros que fueron denostados incesantemente por los principales dirigentes de Perú Libre como “caviares”.  Merece un análisis aparte las razones por las cuales no se incorporaron más políticos y tecnócratas de las izquierdas a un gobierno proclamado de izquierda.

Esta situación conlleva a que sin orientaciones generales sobre lo que quiere hacer el gobierno, señaladas por el presidente Castillo, y sin Ministros competentes en sus ramos, la ciudadanía tenga la impresión de que el gobierno marcha como un barco a la deriva, sin un norte claro.

 

 

Tags:

Pedro Castillo

 

El debate sobre las izquierdas está lleno de malentendidos o de explicaciones sesgadas, supongo que naturales en sus adversarios. Sin embargo, cualquier dato de la realidad debe ser bien entendido para evitar desvaríos y politiquería.

Los primeros que debieran entender esto son las propias izquierdas, que desde hace décadas de décadas enterraron el mítico bolchevismo unas, y – al revés – ese es el único discurso posible de las otras.

La relación entre la socialdemocracia y el cerronismo, a cuyos integrantes el dirigente de Perú Libre llama caviares, de la misma manera que lo hace la ultraderecha, es totalmente contranatura. Comencemos por allí.

 

La socialdemocracia (los “caviares”)

Los cuadros de Nuevo Perú son en su gran mayoría profesionales y técnicos, muchos de ellos con carrera académica, publicaciones, etc. Han renunciado al marxismo hace tiempo, para asumir – como toda la socialdemocracia en el mundo – principios liberales que, al contrario de los que se denominan liberales, ellos asumen a pie juntillas: de la prioridad por las grandes preocupaciones colectivistas, han pasado a priorizar las luchas por reivindicaciones más bien individualistas, como son las que levanta el movimiento feminista, el movimiento LGTB, incluso las batallas por los derechos humanos que abarcan todo lo demás y es una de sus grandes banderas.

No es que hayan dejado de lado las reivindicaciones colectivistas, sino que deducen que su solución exige procesos graduales, que no pueden darse de golpe. Llegar al Estado, implica sentar las bases para que se den esos procesos reivindicativos sin prisa, pero sin pausa – como suelen decir – y tienen consciencia de que es necesario hacerlo habiendo ganado la confianza de la población. Es decir, en democracia.

A nivel del aparato del Estado, pueden plantear modificaciones para fortalecer su accionar. No son estatistas, pero sospechan – a mi entender con razón – ante la posibilidad de entregar el país a codiciosos poderes privados que, sin control, seguirán haciendo lo que les da la gana y, por ejemplo, nunca invertirán donde requiere la población: digamos, fuera de Lima.

En los últimos tiempos, la socialdemocracia ha adquirido una cierta afinidad con las reivindicaciones ecologistas – véase el caso de Gabriel Boric, en Chile, que hará de la lucha ambientalista una de sus prioridades.

 

La izquierda básica

Las otras izquierdas, como el cerronismo, son absolutamente diferentes. Cuando era gobernador de Junín, Cerrón trajo desde Arequipa a su región al ya fallecido José Lora Cam, hombre dogmáticamente maoísta, que inspiró unos manuales para el sistema educativo de Junín, los que fueron motivo de controversia y finalmente cancelados. A ese nivel Cerrón y su entorno pueden entender algo. Lora Cam era un profesor de filosofía, marxista puro y duro, pero un teórico. Sobre esto, algo comentamos anteriormente en Sudaca: https://sudaca.pe/noticia/opinion/las-paradojas-del-candidato-castillo/

Cuando Perú Libre presentó un ideario como plan de gobierno, no era tan solo porque no aspiraban a ganar, sino porque en su movimiento no son capaces de producir un programa y mucho menos un plan de gobierno. Y la pura ideología, cuando no pisa tierra, cuando no le queda más remedio que chocar con la realidad y sus demandas desarmado, cede. Cede a todo, en nombre de un reclamado pragmatismo que no es otra cosa que la incapacidad de cuestionar realmente, con políticas concretas, a su tan odiado sistema capitalista.

La distancia entre las izquierdas básicas provistas de ideologías elementales con los sofisticados socialdemócratas es abismal. Cerrón hubiera llamado caviar a Allende, y seguro sospecha que, hoy en Chile, Gabriel Boric y sus colaboradores también lo son.

Pero ni siquiera su admirado Evo Morales es como ellos. Morales, un tipo listo, era consciente de sus propias limitaciones. Por eso tuvo durante todos sus mandatos a un personaje, al que Cerrón llamaría caviar, como vicepresidente: Álvaro García Linera. García Linera es un distinguido académico e intelectual que promovió una política económica estrictamente ortodoxa en Bolivia, aunque con un sesgo distribucionista que ningún gobierno de derechas había dado jamás en su país: inversión en educación, en salud, en vivienda, en generación de empleo vía, sobre todo, apoyo a pymes. Nacionalizaciones igualmente, pero esas son medidas opinables, ni de izquierdas ni de derechas. Y también profundización del extractivismo, hasta la persecución de ecologistas y grupos indígenas, sobre todo amazónicos. El actual presidente boliviano, Arce, no hace otra cosa.

Al terminar el ciclo Evo Morales, a García Linera le preguntaron sobre el socialismo, que cuándo llegaría. Y este respondió que eso debía venir de la gente, de las movilizaciones ciudadanas, no del gobierno. A mi entender, respondió que nunca.

El verdadero conflicto en Bolivia – vale la pena traer esto a colación, porque nos concierne – es entre los que llaman q’aras, es decir personas de apariencia “blanca” e identificada con el sector que tradicionalmente ha gobernado Bolivia, y los t’aras, o indígenas y mestizos. que asumieron el mando con Morales. Lo que se expresa en las organizaciones políticas.

En suma, el marxismo cerronista y de otros grupos como Perú Libre es declarativo, dogmático, a veces capaz de priorizar alguna inversión social, pero sin orden. Y fundamentalmente centrado en la idealización del partido portador de alguna verdad, y que es el que define todo. Como en el caso de Perú Libre, el dueño del partido es Cerrón, la verdad solo viene de Cerrón.

Pero también, dato importante, se sienten portadores de un resentimiento provinciano, serrano específicamente.

La imagen de Cerrón llevando algo parecido a una maskaipacha, dirigiéndose a su militancia en un evento luego de la segunda vuelta, y repitiendo la frase “el partido” docenas de veces, es la síntesis mejor de todo lo que plantean el personaje y su organización. Pero las parrafadas en quechua de Bellido, y su afán de desconcertar con eso, nos hablan de la agenda de resentimiento, no tan oculta y comprensible, que también portan. Aunque, como vemos, deformada por la alienación de hacer lo mismo que los que han gobernado hasta ahora.

 

El fracasado apoyo a Castillo

Cuando la socialdemocracia se la jugó por Castillo, fue primero por antifujimorismo, y luego para sostener a un gobierno a todas luces frágil. Puede criticarse la decisión tomada, pero creo que se puede entender las motivaciones que no eran únicamente por asumir espacios de poder. Sin dudas, esto último juega su rol, pero la posibilidad de implementar políticas que se considera necesarias, de atender urgencias que del otro lado no hubieran visto nunca, es también una motivación importante.

Las limitaciones técnicas de Castillo eran obvias desde antes de la elección en segunda vuelta, y pudo parecer una buena idea apuntalar el proyecto con los cuadros que la socialdemocracia sí tiene. Y a eso fueron.

Asumir la carga de un proyecto ajeno, implicó entender desde el inicio que eran invitados, y que no todo iba a ser como esperaban. La cosa fue peor de lo que pensaron, aguantaron dos meses – luego con el refuerzo de Mirtha Vásquez llegaron a seis meses – hasta que no hubo más remedio que entender que no se podía más. Que Castillo no era “de izquierdas”, sino nada. Y que Cerrón es un saboteador persistente que tiene un único objetivo claro que es hacer que “el partido” predomine, es decir: infiltrar el aparato del Estado.

La izquierda socialdemócrata ha perdido mucho con la experiencia de colaboración, no dejarán de encararles el haber aceptado tragar tanto sapo conservador y socialmente reaccionario dentro del gobierno, a cambio de algunos logros – importantes: es su aporte el que dio estabilidad a la gestión hasta ahora. Pero solo podrán salir del enredo si entienden que su principal virtud, que es disponer de buenos cuadros técnicos, no es suficiente si no va acompañado de un eficiente y sacrificado trabajo de bases, pueblo por pueblo.

 

Cerrón suelto en plaza

No es la primera vez que en el Perú un grupo político infiltra el Estado de gente sin las capacidades necesarias para ser un funcionario. ¿Quién no recuerda al Apra llenando todo el aparato estatal de militantes y seguidores durante el primer y el segundo gobierno de García? ¿Esos nombramientos de docentes que hizo la señora Cabanillas, totalmente despreocupada de la calidad de la enseñanza?

Nadie nos cuenta historias. Yo recuerdo – sentado mientras esperaba para entrevistar a no recuerdo quién – haber visto filas de personas delante de la oficina de congresista de Alva Castro, cada una con su currículum, amablemente tratados como compañeros.

En menor medida, a eso mismo recurrieron Acción Popular, el humalismo, etc. A falta de ideales o utopías, el clientelismo es la única manera de saciar a la militancia que no apoya por otra cosa.

Y los problemas de corrupción en Junín con Cerrón, o los que se le atribuyen ahora a Castillo, tampoco son novedad: ¿o no tenemos una fila de presidentes de la república y de ex altos funcionarios encausados unos y otros presos?

La corrupción es una costumbre. Pregunté a joven amigo que mágicamente tenía brevete, sobre cómo lo hizo, Y la respuesta fue pagando. Cuando lo increpé, me respondió como siempre se responde: “Es que todos lo hacen.”

En este país nuestro, en pandemia, en el momento de atención por covid, había tarifas para ubicarse mejor en la cola de espera para la atención. Y los vigilantes en la morgue y en los hospitales cobraban a los familiares para traerles una foto del cuerpo de su ser querido fallecido, ya en una bolsa negra, a fin de que pudieran confirmar su deceso.

Y médicos vendedores de sebo de culebra, como el ministro de salud Condori, los hay con ojos verdes y en clínicas y consultorios muy caros de los barrios más exclusivos (y excluyentes).

¿Existe alguna gran fortuna que no haya transitado por senderos sinuosos en nuestro país? ¿Qué no haya recurrido al más vil mercantilismo, para forjarse? Pasemos revista, eso es todo lo que hay.

Ocurre que ahora, desde las provincias y con protagonistas que solo hacían lo mismo en los gobiernos regionales, han llegado otros, distintos, a la capital para hacer lo mismo que los criollos y blancos y sus aliados en el gobierno central. Otorgarse licitaciones sacando ventaja, llenar de amigos el aparato del Estado, no importa su calificación, y disponerse a ser ricos como lo hicieron los de siempre. De eso se trata.

Es un tema de color de la piel y de nivel socioeconómico, son ladrones de apariencia distinta, pero tan ladrones unos como otros.

La indignación de los opositores a Castillo es porque son esos otros, a los que no se les da la mano, aunque sea presidente de la república, los que han venido a usufructuar como ellos antes y siempre, del patrimonio de todos. La pelea es por quién se queda con el jamón.

¿Ideología? Apenas un barniz en cada lado. En realidad, como en el caso boliviano (aunque allá se resolvió mejor la diferencia, pues Morales tenía recursos humanos técnicos para hacerlo) en el Perú es también un conflicto inter étnico y de reivindicación descentralista, pero aquí no es para aportar mejor a todos los peruanos, sino para beneficiarse lucrando.

Pero ocurre que estos provincianos que han venido con Cerrón tienen menos capacidades hasta para robar, son los hijos del sistema educativo colapsado por Abimael Guzmán, Alan García y Alberto Fujimori. Y las in fraganti son frecuentes.

 

La hora de las provincias

Hay mucho potencial intelectual y técnico que ha surgido de universidades no capitalinas con mucho esfuerzo, pero no se recurre a ellos. Y cuando pudo ocurrir con Castillo, se apodera de esa oportunidad el ejército lumpenizado de las mayorías que no leen ni se informan, y se han comprado al cien por ciento el ideal de enriquecimiento individualista y egoísta. que les han inculcado para romper su tradicional tesitura comunitaria.

Ahora bien, si como dice Pedro Francke, el presidente Castillo tiene capacidades de comprensión limitadas, no podemos generalizar aquello a todos los profesores rurales, y menos como si fuera intrínseco. Cuando escucho maestro rural, de inmediato me viene a la mente la memoria del gran maestro José Antonio Encinas, o del maestro rural José María Arguedas. Y más cercanamente, el profesor Juan Cadillo, hombre de indudables méritos, primer ministro de educación del régimen de Castillo, que ejerció como docente en Huaraz, ciudad muy cercana al área rural.

Y me vienen a la memoria, los casos que he podido testimoniar de cientos de maestros rurales de zonas tan lejanas de la capital nacional o de la misma capital de su región, mal formados académicamente, pero haciendo enormes sacrificios y recurriendo a toda su inventiva por atender a los niños a su cargo. Hay una deuda con ellos.

 

¡Qué se vayan todos!

Sin dudas, la amenaza que representan tanto la derecha totalmente radicalizada como el cerronismo, nos cierran la posibilidad de continuidad, o de recambio por aquellos opositores a la mano.

La población quiere que se vayan todos, soy partícipe de la idea. Pero bajo las reglas electorales vigentes, el riesgo es que el resultado electoral sea parecido a lo que tenemos que padecer ahora.

Solo queda la presión de la calle, con una agenda clara: renuncia general, convocatoria a elecciones generales, pero con cambios sustanciales en el proceso como que se reactiven las primarias partidarias tal como las propuso – siguiendo el modelo argentino – la comisión Tuesta; romper el candado que impide la candidatura de invitados pues eso nos deja expuestos a las militancias que hoy tienen los grupos políticos y donde hay poco para escoger; y abrir la posibilidad de candidatos independientes como se patentó en el sistema mexicano. Basta un proyecto de ley y su aprobación para garantizar algo de aire fresco en los próximos comicios que deben convocarse, sí o sí.

Ojalá que pronto, ante la tozudez de ambas partes en conflicto, la democracia viva que reside en ese pueblo tan maltratado por unos y otros, imponga su criterio en su espacio natural, y diga ¡Basta ya! con la energía que hace falta.

 

 

Tags:

Pedro Castillo
x