Los ministros, desorientados, solo hablaron. Que la segunda reforma agraria ya saldría pronto, que el país con un par de ajustes podría autoabastecer la alimentación nacional, que tenían un proyecto que conseguiría que no tuviésemos que importar petróleo. Como si se tratara de promesas electorales, los ministros hablaron sin sentido ni sustento y sólo ofrecieron la peligrosa reducción de precios. Jamás mencionaron a las personas que murieron durante el paro hasta ese momento: al adolescente que perdió la vida por esconderse en el río de la policía, a la comunera atropellada, al transportista accidentado, al paciente de diálisis que no llegó al hospital. Tampoco de las políticas ante la crisis económica y alimentaria. No presentaron proyectos de ley.
Querer esconderse, ocultar nuestra pobreza, ignorarnos y callarnos pidiéndonos que nos encerremos solo ha conseguido que la realidad, la violencia y sus promotores tomen las calles del país. Jugar a ser presidente ha sido demasiado irracional. Ya llegó el momento de tomarse en serio el trabajo que ha recibido o reconocer que es necesario dar un paso al costado, disculparse y facilitar un nuevo proceso electoral. No se esconda más.
5 de abril de 2022