Tomás Cortéz

A propósito de Brasil 70 – II

"Hay 4 jugadas que lo definen, y que están en el consciente de las personas que lo vieron vía satélite o lo vislumbraron por primera vez."

UNO

Papagaio era el 10 del San Pablo y contaba con 29 años. Ordenaba y hablaba los 90 minutos. Tenía una zurda prodigiosa y una personalidad de fierro. En el partido ante Checoslovaquia quedó patentada su importancia. Dio 2 enormes pases gol, con el guante que tenía su pierna izquierda. Antes del final, salió lesionado. Brasil lo extraño horrores en el mejor partido del campeonato: ante Inglaterra. Reapareció ante Perú. Los brasucas dispararon al arco 27 veces y los peruanos 22. Fue un deleite. Al iniciar, un fantástico balón, eyectado de la zurda, de Papagaio (desde la medialuna) al pecho de Pelé. El Rey eludió a su marcador y disparó al palo del arquero peruano. El balón salió desviado, a punto de salir, Pelé, de espaldas, lo alcanzó y le dio con el taco para atrás. Apareció Tostao, rodeado de rivales, elevó su remate. Y corría el minuto 4.

Ante Uruguay, le mandaron una marca especial. Entonces, luego del sorpresivo gol uruguayo, atinó a trocar posición con Clodoaldo. El quedó atrás y el 5 del Santos se adelantó y, en pared larga con Tostao, empató el juego. 

En la final, hizo su mejor partido. Anotó un golazo. Minutos después, dio el pase milimétrico a Pelé; quien, cedió de cabeza el balón a Jair -triangulando la jugada- para el tercero. 

Al finalizar el encuentro se echó a llorar. Más tarde, tuvo la hidalguía de ir al vestuario de los vencidos y consolarlos. Le entregó su camiseta a Fachetti.

DOS 

Era el 10 del Corinthians y tenía 24 años. Antes de Roberto Carlos, Branco, Junior y Nelinho existía la Patada Atómica. Lo sufrió Viktor (uno de los mejores arqueros de Europa) en el primer gol de Brasil. Si uno observa la jugada, la bola viene con una velocidad y violencia increíble; si el arquero la hubiera tocado, le habría doblado la mano. 

Ante Inglaterra, segundo partido, hizo un jugadón dribleando a 2 rivales y, al final, su tiro reventó el parante de Gordon Banks. 

Contra Perú, aprovechó un resbalón de su marcador, y su zurda hizo que la bola, construyera una elipsis y, golpeara las redes.

En la semifinal, ante Uruguay, faltando pocos minutos para el final. Tostao recoge un rechazo de la defensa uruguaya y le cede el balón a Pelé. Este avanza hasta el borde del área. Espera y, ante la desesperación celeste, toca con suficiencia el balón a Rivelino, quien venía corriendo de atrás, y sin detenerse remata de zurda. 

En la final, en cada tiro libre, Rivelino se resbalaba. Había llovido ese día. Aun así, en una ocasión, reventó el parante de Albertosi con su pierna mala. 

Al concluir el partido, la emoción lo embargó y se desmayó. 

TRES

Era el 10 del Botafogo y tenía 26 años. Ostenta un record: Anotó en todos los partidos. En el primer match hizo 2 golazos: el primero le hizo una “coberta” al arquero Viktor y en el siguiente, ante pase de Pelé; eludió a 3 rivales y cruzó el balón, venciendo al meta.

Ante Inglaterra fue su partido. Cooper, su marcador, nunca pudo con él. Hizo el centro imposible, ante el acoso de su marcador para el cabezazo legendario del Rey. Y en el gol, aprovechó que Cooper se resbaló y anotó. Pero no déjate de joder, Pelé engaño a todos. Recibió el magnífico pase de Tostao (de nuevo la dupla) y, con todos los ingleses encima, la hizo simple, se la cedió a Jair. 

La semifinal fue un partido durísimo. Jair volvió loco, con su velocidad, a Matosas. Anticipó una jugada de ataque de la Celeste.  Pasó el balón a Pelé, quien funge de aduana, le da suavemente a Tostao, a pesar de su marcador. Este, se la tira larga a Jair, quien corre, teniendo a Matosas a su lado. Hace un movimiento de dribling y dispara en diagonal venciendo a Mazurkiewicz. La transmisión inglesa del gol (está en You Tube) es apoteósica.

Brasil había vencido a sus fantasmas.

En la final, solo tuvo que poner el pecho para completar el paso triangular de Pelé y Gerson.

Se arrodilló y se santiguó para agradecer a Dios.

CUATRO

El 10 del Cruzeiro tenía 23 años. En el primer partido, antes del gol de Rivelino, hace una pared increíble con O Rei. Más tarde, completa la famosa doble pared con Gerson, ante los ojos incrédulos de todo el mundo. 

Contra Rumania, el segundo gol lo involucra con Pelé nuevamente. Le da un fantástico pase gol de taco (en el aire) a su socio para el tercer gol.

Su aporte en el triunfo ante los ingleses es evidente. Hizo un jugadón, con túnel incluido al gran Bobby Moore, y dio el pase a Pelé (El negro siempre estaba allí) que antecedió al gol. 

A Perú le hizo 2 goles (su mejor actuación).

Luego en el partido de la semifinal, volvió a demostrar su conexión perfecta con el Rey: paredes, toques, y el pase infinito para el mejor amague del 10.

CINCO

Hay 4 jugadas que lo definen, y que están en el consciente de las personas que lo vieron vía satélite o lo vislumbraron por primera vez. 

Acto Uno

A punto de finalizar el primer tiempo. Pelé coge el balón de la media cancha, ve ligeramente adelantado a Viktor, y lanza un bombazo. El meta checo regresó desesperado al arco. La bola salió ligeramente desviada. La multitud enloqueció.

Acto Dos

Jair supera a su marcador Cooper con velocidad y antes de llegar a la línea de cal, centra. Y sucede lo imposible: O Rei se eleva y queda suspendido en el aire, desafiando las leyes de la naturaleza. Cabecea, como dice el manual, la bola toca el césped y rebota. A punto de ingresar, Gordon Banks lo intuye se tira y con reflejos endiablados la saca. Inolvidable.

Acto Tres

A punto de acabar el juego de semifinales. Su socio ideal-Tostao tiene el balón enfrente de 3 defensas uruguayos. La tira larga a Pelé que viene corriendo. La bola va en diagonal y Pelé llega junto con Mazurkiewicz y amaga, sin tocar el balón, engañando al portero. Vuelve y remata de espaldas al arco. La pelota sale por centímetros. Mágico.

Como dijo el genial Santiago Segurola “De alguna manera, casi todas esas jugadas tenían un aire de novedad para los aficionados de entonces. La fascinación fue tan grande que se eliminó lo prosaico en favor de lo irreal. Las dos acciones de Pelé ante Víktor y Mazurkiewicz se asumen como goles. Que no lo fueran, importa menos que la impresión que causaron las jugadas”.

Acto Cuatro

Añadiría el último gol. Luego de un mosaico de jugadas, que empezó Tostao e involucró a Piazza, Clodoaldo, Pelé, Gerson, Clodoaldo (se dribló a 4 italianos), Rivelinho y terminó con Jairzinho, quien sabía dónde estaba Pele (al borde del área). Y el negro sin mirar -se conocían de memoria- se la tira larga a Carlos Alberto, quien concreta.

Toda una declaración de principios y avizorando lo que vendría: La Naranja Mecánica o el Futbol Total.

 

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