Giancarla Di Laura

Domingo de Ramos: entre el tiempo y la acción

"Domingo de Ramos revitaliza su discurso a través de un lenguaje intenso y creativo para mostrarnos las tensiones propias de la voz poética en un mundo en decadencia, dentro del que, sin embargo, se apunta a un mañana mejor."

El reconocido poeta de Kloaka Domingo de Ramos nos sorprende con su última entrega, Los sicarios del tiempo (Lima: Revuelta editores, 2021), un conjunto de poemas que expresan la efímera existencia, la banalidad de la vida y el paso del tiempo. Dividido en tres secciones, el libro apunta a una continua ruptura con las estructuras rígidas y el lenguaje estrictamente referencial, a una flexibilidad de pensamiento donde se pueda aceptar otras visiones y encontrar realidades alternativas al presente frustrante.

Los sicarios del tiempo está encabezado por dos epígrafes. El primero corresponde al poeta surrealista francés Paul Éluard: “Desventurados la muerte la tierra y la horrible fealdad/ de nuestros enemigos/ Tienen la tonalidad monótona de nuestra noche/ Con razón o sin ella los venceremos”. Ahí se resume que la victoria sobre los enemigos del ser humano es afirmativa y no importan las condiciones que se enfrenten. El segundo epígrafe corresponde a Walter Benjamin, el famoso filósofo alemán perseguido por los nazis: “Solo el lenguaje puede garantizar un mañana a la medida del ser humano”. Una vez más se reitera la importancia del lenguaje en cuanto al destino de la humanidad, su camino hacia una sociedad más plena, basada en lo que Jürgen Habermas llamaría la razón comunicativa. Domingo de Ramos revitaliza su discurso a través de un lenguaje intenso y creativo para mostrarnos las tensiones propias de la voz poética en un mundo en decadencia, dentro del que, sin embargo, se apunta a un mañana mejor.

La primera parte, titulada “Rupturas internas”, está configurada por ocho poemas que se sumergen en una introspección y una reflexión de la voz poética sobre sí misma. Uno de los poemas, “Sé de muchos sueños”, está construido por una aliteración que nos permite escuchar atentamente las aseveraciones del poeta en cuanto a su experiencia a través del tiempo. “No irradio calor sino poesía en un mundo olvidado/ como un lejano invierno/ que rodea tus fronteras” (30), dice el texto. Por medio de estas imágenes notamos una voz que se define diferente en un espacio donde no encuentra a nadie que sea como él.

La segunda sección lleva como título “El rock de las ilusiones” y está compuesta de dos poemas largos. En ellos se encuentran estados que continúan la reflexión interna de la sección anterior, pero que enfatizan los aspectos creativos que le ofrece el universo. En el poema “El rock de los ilusos” encontramos ese viaje que emprende la voz poética para cambiar y transgredir su entorno. El poeta renuncia a lo que ha estado acostumbrado: “Dejo atrás las ilusiones/, dejo el viento temeroso/ (…) / dejo el corazón resucitado consumido y dudando/ dejo mi mirada en el espantado cielo” (44) para embarcarse en una búsqueda personal. Asimismo, vemos que se aceptan distintos roles y condiciones como medidas novedosas del sujeto poético para poder trascender: “Como un iniciado novicio de las dunas/ como un servus radiante y expansivo/ como un beato a tus pies” (49).

En la tercera parte y bajo el título de «CODA» se encuentran dos poemas más. Con un tono cuestionador y revelador, la voz poética encara la fragilidad de la vida y la esencia de nosotros mismos. En el poema “¿Acaso se dice lo que se pierde?”, el poeta cuestiona e interioriza sus preocupaciones, ya que no encuentra con quién identificarse ni relacionarse: “¿Acaso se dice lo que se pierde?/ ¿Acaso la nostalgia es una hemiplejia en el tatuado corazón?/ Tú que estás en delicado orden seminal/ Tú que te rodeas de fálicas macetas/ Tú que me dices que me dices que diga mi voluntad/ y mi voluntad es algo más enfermizo” (58).

En Los sicarios del tiempo, la voz poética interroga y cuestiona el mundo para finalmente encontrar una auténtica expresión de demostrar su desacuerdo con la vileza y la violencia del tiempo.

Domingo de Ramos es integrante desde los ochenta del polémico Movimiento Kloaka. Por más de cuarenta años ha continuado con una vasta producción que definitivamente lo hace destacar como una de las figuras poéticas peruanas más importantes de nuestro tiempo. Entre su libros tenemos: Arquitectura del espanto (1988), Pastor de perros (1993), Luna cerrada (1995), Ósmosis (1996, Premio Copé de Plata de Poesía), Las cenizas de Altamira (1994), Erótika de klase (2004), Dorada Apocalipsis (2008), Cartas desde la azotea (2011), Lima Pop (2012), Banda nocturna (2012), Insufrido fuego. Poesía reunida, 1988-2011 (2014) y Los salvajes del sur (2018).  

Poeta de fama nacional e internacional, Domingo de Ramos confirma con su último libro, además de un gran talento verbal, un compromiso vital con su entorno y una lucha constante contra la vileza de la especie humana.

Salve al poeta.

Tags:

Domingo de Ramos, Kloaka

Mas artículos del autor:

"Abril, cuna y lecho de tantos escritores"
"El caso Dreyfus: ni novela ni poesía"
"Lima jubilosa desde la colonia"
x