La alpaca es una de las fibras naturales más abrigadoras, y por tanto valoradas, de nuestro país. Esta ha llegado a diversas ciudades alrededor del mundo, donde el clima frío obliga a las personas a abrigarse lo más posible. Pese a la norma del abrigo, Ursula Reátegui decidió apostar por llevar prendas de Baby Alpaca a Panamá, uno de los países más calurosos de la región.
“En Panamá a la gente le encanta vestirse súper bien. No es que salgan con un polito, un buzo y cualquier zapatilla. Además, en todos lados hay aire acondicionado: en el cine, en las oficinas. Son buenos factores que me hicieron pensar ‘¿por qué no?”, cuenta la emprendedora peruana.
Su cambio de residencia se dio hace un año, cuando se mudó con su esposo de origen panameño a dicho país centroamericano. “Actualmente estoy trabajando aquí y pienso que siempre es bueno tener algo adicional. Con mi esposo empezamos a pensar en qué podríamos invertir, dar esa milla extra para tener algo más. Con el tiempo, entre idas y venidas a Perú, nos decidimos por prendas de Baby Alpaca”, cuenta Reátegui.
Los productos de Paca Fibers son 100% de origen peruano y son cuidadosamente elegidos tanto por Úrsula en sus viajes a Perú, como su familia. “Tengo a mi familia en Perú y en Panamá. Ellos nos ayudan con los proveedores y la elección de piezas. Todos buscan la forma de ayudar a que Paca Fibers salga adelante y se haga más conocida”, explica la emprendedora.
Empezar a emprender
Para Úrsula, el mundo del emprendimiento y las ventas fue completamente nuevo. Sin embargo, tras haber pasado por su primera feria, ya cuenta con un poco más de experiencia. “Tal cual en Perú, aquí también hay una aplicación similar a Yape, llamada Yappi. La diferencia es que tienen un espacio para directorio comercial y uno como emprendedor se inscribe para pertenecer. Entonces participamos en esta feria y esa experiencia de vender frente al público me costó mucho. Al inicio trataba de jalar gente, pero veía a los demás emprendedores e iba aprendiendo”, recuerda Reátegui.
La emprendedora recuerda que, además de las pashminas, chales, ponchos y mantas, sobre su puesto en la feria había un par de llamitas que llamaron la atención del público. “Todo el mundo que pasaba decía ‘Mira, la llama que llama’. Entonces la gente se me acercó: niños, adultos, adolescentes de todas las edades, todo tipo de personas me preguntaban por la llamita, porque la querían. Ahí también encontré una oportunidad adicional en el negocio, así que probablemente sea mi siguiente lanzamiento”, anuncia.
Además, como los productos de alpaca son relativamente novedosos para el público panameño, Reátegui decidió sacar una línea de pashminas de seda. “Son más delgaditas para las personas que no quieren algo tan pesado o que les abrigue demasiado. Son bonitas porque son distintos modelos, no solamente es el clásico color entero. Todas estas son cosas que van sumando el valor a la prenda”, explica.
Para Reátegui, la parte más compleja de iniciarse en el mundo del emprendimiento fue asumir el cambio de país. “Uno piensa ‘listo, voy a emprender’, pero es diferente hacerlo en tu país, a emprender en otro lugar. Tienes que encontrar la oportunidad, ver qué funciona, qué no. También está el tema del clima. Te encuentras con un público distinto al que conoces”, explica.
El balance del emprendedor
Por otro lado, Úrsula Reátegui pertenece a ese grupo de los emprendedores que a tiempo parcial buscan sacar adelante su negocio, mientras continúan trabajando en un puesto fijo que les de la estabilidad necesaria. “Es complicado porque claro, yo tengo mi trabajo y no lo descuido por nada. Tengo que estar pendiente todo el día, pero hay que encontrar cierto balance. Por ejemplo, hay días en que uno dice ‘ya terminé mi hora de trabajo y me voy a dormir o voy a salir’. Uno tiene que ver la forma de encontrar el espacio, de poder trabajar, poder seguir creando contenido para jalar a las personas que quieran conocer la marca, que quieran aprender de ella”, cuenta Reátegui.
Por ahora, la peruana en Panamá busca posicionar a su marca, Paca Fibers, y acercar a cada vez más personas a sus productos. Ya ha recibido la invitación de dos ferias para participar y continuar con sus ventas, y contempla la posibilidad de abrir su stock de productos a otro tipo de fibras. Mientras tanto, está enfocada en promover la alpaca y su valor en el Perú.
“Me gustaría crecer al punto en que Paca Fibers sea una tienda reconocida, que pueda hacer envíos internacionales. A todo el mundo le encantaría todo este tipo de cosas con su negocio y uno vuela en creatividad. Me gustaría llegar a Estados Unidos, a Europa, o Sudamérica en general. Me gustaría llegar a eso y tener la satisfacción de haberlo logrado. Emprender da miedo, pero uno tiene que arriesgarse porque si no lo haces, te quedas estancado y nunca hiciste nada. Hay que hacer las cosas”, finaliza.
Dato:
Para conocer más sobre los productos de Paca Fibers, pueden visitar su cuenta de Instagram.