Ejecutivos bancarios: de cuyes mágicos a ratas peludas

Ejecutivos bancarios: de cuyes mágicos a ratas peludas

“Al banco le pago alrededor de 120 mil soles mensuales, y no quería comprometer mi historial crediticio, le pedí a esa señorita que gestione la re programación de dichos pagos. Patricia me puso en una ‘mecedora’ por una semana, y luego de eso me contacto con su jefe Paul García, gerente de Soluciones de Pago, quien me escuchó, pero no dio ninguna respuesta a mi pedido”

[INFORMES] A fines de los años sesenta del increíble siglo veinte peruano, un general de ojos inyectados de odio y de voz aguardentosa decidió confiscar todas las tierras, todas las minas, todas las empresas de servicios y todo lo que tenía algún valor en el Perú de mis abuelos, creando un imperio de ineficiencia productiva y miles de puestos de trabajo que no servían para nada. Veinte años después, un joven muy alto y de rostro cargado de soberbia confiscó los ahorros en dólares, primero, y un año más tarde intentó apoderarse de toda la banca nacional y extranjera para ponerla en manos de sus seguidores, intentando crear una nueva clase dominante repleta de militantes de su partido. Así, a la mala, la generación de mis abuelos y la generación de mis padres aprendieron a detestar a la burocracia abusiva, repudiar sus actos y desconfiar de los políticos aventureros, ya sean estos velascos prepotentes o garcías iluminados. En respuesta a la mezcla de miedo, de aversión y de desconfianza por la burocracia, los peruanos volcaron durante varios años su confianza a la empresa privada: bastión de la defensa de los derechos de los ciudadanos contra el poder.

Años más tarde, unos hechos aislados comenzaron a resquebrajar el sólido apoyo de la gente a los empresarios privados, sobre todo cuando estos, abusando de posiciones dominantes que manejaba a su antojo el mercado, a pesar de las constantes campañas periodísticas contra ese oprobioso mercantilismo. Poco después, descubrimos que algunos ejecutivos encargados de dar soluciones de pago a los clientes con créditos hipotecarios comprometidos hacían uso y abuso de su posición para obligar a los clientes a vender sus activos a precios de incendio para permitir que sus parientes o sus amigos se adjudicaran los predios, permitiendo que ventanilleros o supervisores de medio pelo ‘adquirieran’ departamentos de lujo en San Isidro. Tal cual.

Y esa práctica se ha vuelto costumbre, como veremos a continuación:

“Tengo con el Banco de Crédito una deuda aproximada de 4 millones 700 mil soles, garantizada por dos propiedades que a precio de mercado están valorizadas en 8 millones de soles y mi tasa promedio es de 4.5 por ciento anual. Hace 45 días hablé con mi sectorista para que reprogramara esa deuda con un cronograma un poco más largo, basándome en un historial de más de 20 años de pago puntual de todas mis obligaciones, explicándole que los meses de julio, agosto y septiembre iban a ser muy complicados por una serie de motivos que expuse. Como al banco le pago alrededor de 120 mil soles mensuales, y no quería comprometer mi historial crediticio, le pedí a esa señorita que gestione la reprogramación de dichos pagos. Patricia me puso en una ‘mecedora’ por una semana, y luego de eso me contacto con su jefe Paul García, gerente de Soluciones de Pago, quien me escuchó, pero no dio ninguna respuesta a mi pedido después de 45 días aproximadamente, él junto al Comité de Riesgos, me han puesto en aprietos porque no dieron solución alguna a un tema que requiere menos de 15 días para arreglarlo. Como es lógico suponer, estoy atrasado en algunos de mis créditos y expuesto a que mi deuda en lugar de estar en proceso de reprogramación pase por propuesta del BCP a un proceso de refinanciación, con el consecuente aumento de la tasa de interés anual y reclasificación financiera. Estoy seguro que lo que quieren los Paul García del Banco de Crédito, el banco del Cuy Mágico, es que la deuda aumente. Entonces, yo pregunto: ¿cuánto ganan los Paul García del BCP, transformando una deuda manejable por el cliente en una inmanejable?, ¿a cuánto asciende el bono de éxito que los Paul García del BCP reciben por realizar esa maniobra a todas luces tramposa y mañosa?

Acá, solo cabe preguntar: ¿dónde está la regulación, dónde está la Superintendencia de Banca y Seguros, pero, sobre todo, dónde están los sistemas regulatorios del banco que no permiten detectar a los Paul García que deben abundar en la institución?”

Para que Paul García nos dé respuestas a esas y otras interrogantes, lo llamamos y le hicimos las preguntas pertinentes. García, quien debe alucinarse el hijo negado del dueño del banco me dijo: “Estoy ocupado y si quieres me llamas el lunes al final del día”.

Un malcriado de tomo y lomo, sin lugar a dudas.

Desde Sudaca seguiremos investigando más casos de abusos a los clientes a ver si es una política tramposa del banco.

Tags:

Banco, BCP, Refinanciamiento, Reprogramación

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