Alan-Salinas

El libreto de Pedro Castillo

"Un marxismo claramente de manual y un populismo que deriva de ella. Y una práctica también relacionada a esta forma de entender la política. “Sindicalismo básico” lo denominó uno de sus aliados por ese entonces. "

En una columna por este medio de inicios del gobierno de Pedro Castillo, había propuesto que su desempeño político giraría en torno a la ideología. Un marxismo claramente de manual y un populismo que deriva de ella. Y una práctica también relacionada a esta forma de entender la política. “Sindicalismo básico” lo denominó uno de sus aliados por ese entonces.

Efectivamente, si uno se detiene a pensar en la táctica política que utiliza el gobierno para su estrategia de sobrevivencia es tratar de agudizar las contradicciones de la coyuntura política para distraer al país de los graves delitos que presuntamente se le imputan al entorno del presidente. Ejemplos sobran para ese propósito: la asamblea constituyente, la liberación de Antauro Humala. Y así.

Lo que podemos apreciar es que, frente al amauterismo de la oposición para ponerse de acuerdo en torno a una agenda de trabajo, el performance político de un marxismo de manual de Pedro Castillo le está resultando. Dando réditos en las encuestas. Generando sentido común en las regiones (que le dieron respaldo en las elecciones) para dividir al país.

Al haberse desgastado su figura de profesor de escuela fiscal ha recurrido a otra como la de rondero campesino. En un trabajo de investigación que realicé -hace algunos años- para la maestría pude apreciar que los vínculos entre los ronderos y los profesores de escuela están íntimamente vinculados. En un contexto de colapso partidario, esta situación posibilita para que las minorías activas (léase personas organizadas políticamente -por ejemplo- en torno al gremio magisterial y rural) puedan usar tiempo y recursos para hacer trabajo político (el famoso “radio bemba” o clientelismo) en las zonas donde tienen influencia: las periferias de Lima, el norte, centro, oriente y sur del Perú. Son una de las minorías políticas con más afiliados que tiene el país.

Si la oposición había pensado que Pedro Castillo era fácil de sacar de palacio de gobierno, pues estaban equivocados. Hablar y hacer política solo para los convencidos (desde Paseo de los Héroes Navales y Willax) no es la única manera de trabajar por la democracia en el país. ¿Cómo articular con la mayoría silenciosa? Allí está su enorme reto. De seguir así la situación política en la que se encuentran los opositores a él, veremos que el marxismo de manual seguirá teniendo relevancia en la producción de sentidos contra lo establecido. Tengamos en cuenta que el presidente actualmente sobrevive políticamente (muy aparte de los niños) con identidad: la de rondero.

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Antauro Humala

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