A mediados de los años setenta, en la que aparecieron las rondas campesinas, tuvieron -en sus inicios- una función de defensa frente al abigeato para defender sus tierras y sus intereses. Nació en Cuyumalca, Cajamarca en 1976. En adelante, no solo tuvieron esa única función, a ello se agregaron la capacidad de impartir justicia dentro del marco de la Constitución, dado que la capacidad estatal era casi mínima en las zonas rurales.
Posteriormente, las rondas campesinas fueron expandiéndose hacia otras regiones del país. Durante el gobierno de Alan García tuvieron un marco legal que les otorgó capacidad de defensa frente a la arremetida de la demencia terrorista. Jugaron un rol protagónico en defensa de la vida y de los intereses del Perú.
Siempre hubo tintes políticos alrededor de las rondas campesinas. Había sus variantes de izquierda y apristas, pero al caer el muro de Berlín a finales de los años ochenta, los grupos de izquierda (en sus distintas vertientes) logran avanzar en ese sector generando capacidad de movilización -por los años noventa- alrededor de las protestas contra la minería formal. Contra la minería informal e ilegal (el cual ha generado severo daño a la naturaleza), hasta ahora, no se ha escuchado nada al respecto de parte de las rondas campesinas.
A través del tiempo, según entrevistas que pude hacer para mi tesis de maestría, lograron adquirir capital alrededor de la ganadería y la producción de café y cacao, entre otros productos, así como de su participación dentro del sector minero informal. Dicha situación económica ha generado -durante muchas décadas- una forma de entender la vida social y política alrededor del levantamiento de ciertas banderas que generen sentido común contra el establishment político y económico y de su vínculo con el magisterio, dado que varios de los ronderos forman parte de este sindicato.
Expresión de ello fue que -en dos ocasiones- Gregorio Santos (profesor y rondero) gane la presidencia regional en Cajamarca. Y ni qué decir, en un tiempo convulso como el que vivimos el 2021, las rondas campesinas, de la mano con el magisterio (como minorías activas con capacidad de movilización dentro del sector rural y provinciano) permitieron a Pedro Castillo asumir la presidencia.
Es esta facción, alrededor de Pedro Castillo y lo que representa, lo que le has permitido tener incentivos para coactar a un periodista, atentando contra la libertad de expresión. No caigamos en la ficción de que todas las rondas campesinas tienen el mismo color político.
Las rondas necesitan un relato que antes los partidos políticos les otorgaba. No solo en el aspecto urbano es importante la batalla política y cultural contra los enemigos de la democracia, también es necesario presencia y sentido común en el sector rural.