[EN UN LUGAR DE LA MANCHA] María Emilia Cornejo fue una de las primeras poetas peruanas en hablar sin tapujos de sexualidad, erotismo y en plantear asuntos de género, todo en un mismo espacio discursivo: su obra poética, que gracias a una fina edición de Fondo de Cultura Económica tenemos hoy, al parecer, en versión definitiva: Todo lo guardo en mis ojos. Poesía reunida (1967-1972).
Anteriormente, Paracaídas había ofrecido Soy la muchacha mala de la historia (2019), selección de poemas y un iluminador perfil biográfico a cargo de Pedro Casusol, que permitió no solo el reencuentro con una obra significativa, sino además con una vida marcada por la tragedia del suicidio.
Evelyn Sotomayor, prologuista de la nueva edición de esta poesía recuerda que el año 1973 “fue clave para el posicionamiento de María Emilia Cornejo en el campo literario” por dos razones fundamentales: la publicación de algunos poema suyos (hoy indudables clásicos) como “Soy la muchacha mala de la historia”, “Como tú lo estableciste” y “Tímida y avergonzada” en la revista Eros –que no pasó inadvertida–; tampoco su inclusión en el segundo volumen de la Antología de la poesía peruana que acometiera Alberto Escobar ese mismo año.
En la poesía de Cornejo se exhibe un dominio del registro coloquial que le sirve para expresar, con imágenes intensas, un horizonte en el que se dan cita tanto preocupaciones sociales como aspectos propios de la sensualidad y la experiencia erótica. Hay una curva que se inicia con poemas cuyas voces se sitúan en la crispación social, como ocurre en el poema “Soy / Micaela Catari” (“llevo en la sangre/ el dolor de mi pueblo/y/ refleja mi rostro/ mil rostros de angustia”) y tiene un punto culminante en poemas que constituyen una requisitoria contra el orden patriarcal en poemas insoslayables como “Soy la muchacha mala de la historia”. Un acierto editorial por donde se lo mire.
María Emilia Cornejo. Todo lo guardo en mis ojos. Poesía reunida (1967-1972). Lima: Fondo de Cultura Económica, 2023.
Cuando se habla de enfermedad y literatura uno piensa en varias cosas, entre ellas un ensayo de Susan Sontag, donde se narra la mitología literaria alcanzada por la tuberculosis y el cáncer o las nuevas enfermedades que han engrosado las posibilidades de una escritura que no esquiva la esperanza, pero tampoco el dolor.
Margarita Saona, una escritora peruana que desempeña actividad académica y de investigación literaria en Chicago, Estados Unidos, ha escrito varios textos sobre un padecimiento cardíaco que la aqueja desde hace algunos años. Un poemario como Corazón de hojalata (2018) o una memoria titulada Corazón en trance, inédita aún, dan cuenta parcial de este padecimiento.
A estos se suma ahora De monstruos y cyborgs, un conjunto de breves fragmentos narrativos y a veces ensayísticos, que van recorriendo diversas estancias de su experiencia como paciente cardíaca, a la vez que agudas reflexiones sobre las intervenciones médicas en el cuerpo, su anexión a máquinas que lo mantienen con vida, o el ramplón binarismo con el que a veces pretenden explicarse las relaciones de género.
Monstruo, etimológicamente hablando, significa “prodigio” como nos lo recuerda Saona y ese prodigio es sin duda la sobrevivencia y, además, la capacidad de escribir sobre su doloroso proceso. La idea de Cyborg alude a las “máquinas” insertas en su cuerpo, que hacen posible que el corazón de la autora siga haciendo camino.
No es fácil confrontarse. Se requiere de valentía y coraje. Saberse enfermo, preso de un mal, vivir al borde del abismo, puede encontrar relativo alivio en la escritura confesional y conmovedora de Saona en este brevísimo volumen. Leerlo será la mejor manera de hacer nuestro ese singularísimo horizonte en el que el límite entre el dolor y el arte se hace difuso.
Margarita Saona. De monstruos y cyborgs. Lima: Intermezzo Tropical, 2023.
