ricardo palma

190 años de Palma

El 7 de Febrero de 1883 nació Ricardo Palma. Han pasado 190 años y seguimos discutiendo su lugar en la literatura nacional.

“Príncipe del ingenio” lo llamó un deslumbrado Rubén Darío cuando con apenas 23 años se encontró con Ricardo Palma en Lima. No era para menos. Las Tradiciones peruanas habían encumbrado a Palma y para mediados del siglo XIX podríamos decir que su fama, sin exagerar, se había ya extendido por todo el ámbito hispano.

Una de las razones que podrían explicar esta notoriedad fue seguramente la invención de un género narrativo, la tradición, de enorme impacto en sus días y que fue uno de los empaques favoritos de los escritores costumbristas. La tradición tenía un carácter esencialmente híbrido: integraba en su discurso materiales históricos, anécdotas, leyendas románticas y relatos orales.

Nunca, me parece, aspiró la tradición a ser fuente histórica, sino un diálogo entre imaginación y experiencia, entre insumos de procedencia indudablemente histórica y los matices de un estilo que privilegió, casi como una regla de oro, el humor, la agudeza, la gracia del castellano americano que Palma conocía con erudición benedictina. 

La vida colonial, los inicios turbulentos de la república, personajes de alcurnia (virreyes y libertadores) y magníficos personajes del mundo popular (como el ollero héroe de “Con días y ollas venceremos”), truqueros, pícaros, damas discretas y otras no tanto, en fin, cientos de seres que respiran y laten en ese tesoro que forman las Tradiciones…

Sin embargo, no es la literatura el único lugar desde el cual se puede hablar de Palma. Está también su encomiable labor como neólogo y como defensor de la legitimidad del castellano americano, cuya valía reclamó, sin mayor éxito, ante la Real Academia Española. Pero ahí quedaron sus cientos de papeletas lexicográficas, anotadas con esmero y rigor, editadas ya en libro para que quien quiera ver, vea. 

El crítico estadounidense Roy Tanner señala que a fines del siglo XX algo más de dos terceras partes de los neologismos propuestos por Palma a la Academia ya habían sido incorporados al Diccionario de la Lengua Española y casi un noventa por ciento habían hallado cobijo en el Pequeño Larrousse Ilustrado. Nunca es tarde para dar las gracias por enriquecer una lengua.

Por otra parte, el poeta Marco Martos, presidente de la Academia Peruana de la Lengua, nos recuerda que Palma tenía las virtudes de un lingüista intuitivo y con una destacable capacidad de anticipación, pues, “se adelantó en muchas décadas a algo que es común, el derecho de cada  hablante  a  hablar  la  lengua  que  aprende  desde  niño,  de  la  manera  que  la  ha  heredado.  Es  moneda  común  entre  los  lingüistas,  reconocer  que  en  las  lenguas  regionales,  de  las  provincias, los países o los continentes, viven simultáneamente la lengua general standard y las lenguas particulares”.

No menos importancia reviste el papel que jugó Palma en la reconstrucción de la Biblioteca Nacional del Perú luego de la invasión de las huestes chilenas durante la Guerra del Pacífico. Que lo llamaran “bibliotecario mendigo” es parte del anecdotario escolar, mas relevante es imaginar al hombre en esa situación, levantando una biblioteca desde sus cenizas. Un condimento cívico y heroico que ningún perfil del tradicionista debe pasar por alto. 

El 7 de Febrero de 1833 nació Ricardo Palma. Han pasado 190 años y seguimos discutiendo su lugar en la literatura nacional. Palma vive en su lenguaje, en su inigualable sentido del humor: Es preciso no estar en sus cabales para que un hombre aspire ser poeta; Pero, en fin es sencilla la receta. Forme usted líneas de medida iguales, y luego en fila las coloca juntas poniendo consonantes en las puntas. ¿Y en el medio? ¿En el medio? ¡Ese es el cuento! Hay que poner talento”. 

Que los cumpla feliz, don Ricardo.

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