Pie Derecho

Para los cultores de la “mano dura”

“En Ecuador, Guillermo Lasso declaró 17 estados de excepción que permiten el empleo de las FFAA. La tasa de homicidios creció de 7.7 el 2020 (el año previo a la llegada de Lasso al poder) a 14.02 el 2021, a 25.9 el 2022 y llegaría a 40 a fines del 2023”

El 2015, El Salvador se convirtió en el país con la mayor tasa de homicidios del mundo (106.3 homicidios por cada cien mil habitantes por año) y esa tasa se redujo hasta 7.8 el 2022. Pero la misma comienza a descender el 2016, ya el 2018 se había reducido a 53.1 y la tendencia declinante continuó hasta mediados del 2019. Bukele recién llega al poder en junio de ese año.

En cuanto a la tasa de homicidios, el 2022 hubo cuando menos cuatro países con mejores resultados: Surinam, Paraguay, Nicaragua y Chile, y probablemente Argentina, pero no fue medida. En cuanto a la victimización, El Salvador no tiene la tasa más baja, es más, ha subido durante el gobierno de Bukele, de 8.9% a 11.3% el 2022.

Los cultores de la pena de muerte la ensalzan como la panacea de la lucha contra la delincuencia, en la lógica de aplicar castigos más severos. No es verdad que funcione. En Canadá, el 2023, 27 años después de haberse abolido, la tasa de homicidios se había reducido en 44%. El 2004, en los Estados Unidos, la tasa de homicidios en los estados con pena de muerte era de 5.71 por cada cien mil habitantes, mientras que en los estados que no la tenían o la habían abolido, era de 4.02. El Salvador, por cierto, no la aplica. En 1945 solo ocho países habían abolido la pena de muerte. En el 2014 eran 140. Durante ese periodo, la tasa global de homicidios se redujo.

En El Salvador se aplicó una política de mano dura entre el 2003 y el 2004, a cargo del presidente Elías Antonio Saca. Como no fue suficiente, entre el 2004 y el 2009 aplicó una política de “super mano dura”. Se aplicaron sanciones más severas y se sacó a las fuerzas armadas a las calles. El 2015, El Salvador terminó con la mayor tasa de homicidios del mundo.

México también vio reducir su tasa de homicidios desde 1940, pero volvió a crecer cuando decidió emplear a las fuerzas armadas. El 2006, el presidente Felipe Calderón decidió emplearlas contra el narcotráfico. Entre el 2007 y el 2018 los homicidios crecieron de 8 a 30 por cada cien mil habitantes.

Lo mismo ocurrió en Ecuador. Guillermo Lasso declaró 17 estados de excepción que permiten el empleo de las FFAA. La tasa de homicidios creció de 7.7 el 2020 (el año previo a la llegada de Lasso al poder) a 14.02 el 2021, a 25.9 el 2022 y llegaría a 40 a fines del 2023.

Estas cifras y textos son todos tomados del reciente libro Contra la amenaza fantasma, de Farid Kahhat. Sería bueno que los candidatos de la “mano dura”, quienes proliferarán en la campaña venidera, lo lean con detenimiento.

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