Lo que está sucediendo hoy en la política peruana es realmente escandaloso y me sorprende ver la falta de indignación de los peruanos. En un año hemos sido testigos de más titulares de corrupción involucrando al círculo del presidente Pedro Castillo, desde, de lo que recuerdo, la era Fujimori/Montesinos. Aun así, siento que nos estamos “acostumbrando” a esta situación. Ya es cosa del día a día que salgan más casos a la luz sobre la supuesta mafia presidida por Castillo. Nuestro presidente es investigado en seis casos por el Ministerio Público, cinco de los cuales son por hechos ilícitos supuestamente cometidos durante su gestión, y sigue haciendo de las suyas como Pedro en su casa.
En los últimos meses nos hemos enterado de la fuga de Juan Silva, en circunstancias cuestionables, de la desaparición de videos de las cámaras de Palacio de Gobierno, de la liberación de Antauro Humala, de la orden de prisión preventiva a Yenifer Paredes, y más. Sin embargo, una noticia como que la cantante Amy Gutiérrez se manchó en un programa en vivo porque le vino la regla (que luego se supo que era armado) fue más viral y comentado que los escándalos de corrupción que día a día salen a la luz. Esto es para hacer un mea culpa como sociedad. Como dicen, el pueblo tiene el gobierno que se merece.
Como sociedad estamos más enfocados en la polarización que en la unión para luchar por nuestra democracia, por nuestra institucionalidad, por nuestro país. El “odio” hacia quienes votaron por Castillo predomina, la frase “cojudignos” sigue presente en muchas conversaciones y argumentos. Los calificativos como caviar, rojo, terruco, siguen a la orden del día. ¿Desde cuándo hemos juzgado a alguien tan duramente por su voto? Prácticamente todos nuestros ex presidentes (que siguen con vida) están siendo investigados, o están en prisión preventiva o efectiva, y nunca he escuchado una crítica hacia quienes votaron por Toledo, por Alan, por Fujimori o por PPK, reconociendo que hay una gran diferencia en cuanto a gestión entre los mencionados y nuestro actual presidente. Como peruanos nunca hemos sabido elegir a nuestros gobernantes, y qué casualidad que los únicos dos presidentes de este siglo que no tienen o tuvieron investigaciones en su contra, son justamente los que no fueron elegidos por el pueblo.
Los mismos periodistas o quienes se hacen llamar “politólogos” siguen contaminando con su odio, con desinformación, usando calificativos para quienes no piensan como ellos. La objetividad se ha perdido por completo, y esto sigue alimentando la polarización que vivimos hoy en día. Lo vemos en las redes sociales, en los medios de información, y en el mismo Congreso. No nos olvidemos que este Congreso le ha dado la confianza a todos los gabinetes, que nos deja un saldo de al menos un 44% de ministros que actualmente están investigados por algún tipo de delito. Por sospechas de corrupción Vizcarra fue vacado, y hoy, cuando las pruebas sobran, la vacancia parece ser poco probable que ocurra, y una marcha que convoque a todos sin distinción de ideología política parece ser casi imposible. Y es que si en cada marcha que se convoca predominan los comentarios como “yo no marcho con caviares”, “better dead than red”, entre otros, no lograremos nada y los grandes ganadores serán nuestro actual presidente y la mafia que parece liderar.
Mientras estemos más polarizados que indignados seguiremos teniendo el gobierno que nos merecemos, se seguirá destruyendo nuestra democracia e institucionalidad, y seguiremos viendo cómo nuestro país es asaltado por nuestros políticos. “Divide y vencerás”, y qué bien le está funcionando a Castillo.
