Mauricio Saravia - Sudaca.Pe

Objetivo vacancia

Tres líderes de opinión han planteado sin ningún pudor en los últimos tres días la evaluación positiva que hacen a una probable vacancia del presidente Castillo. Cada uno en su columna o mediante entrevista. Juan Carlos Tafur, Rosa María Palacios y Alberto Vergara consideran que en sólo un par de días ya se vio lo suficiente de Castillo y por lo tanto procede la vacancia. Sin más.

¿El origen de esta sentencia? Se señala que es la nominación del gabinete Bellido, o más claramente, de Guido Bellido como premier. Su ambigüedad frente a algo tan sensible como Sendero Luminoso lo convierten en la justificación de una potencial vacancia. Aunque en realidad los principales argumentos que se plantean por los tres -y por varios más- influencers es que se trataría dela constatación del poder de Cerrón sobre el presidente Castillo. Esa comprobación colocaría a Castillo en una posición muy débil como presidente, optando por una estrategia de incendio que nos llevará rápidamente a hacerse del control del Congreso y por lo tanto se hace necesario vacarlo ya.

¿Es así? Pues desde este espacio tenemos muchos reparos con la ligereza con la que se plantea esta solución y trataremos de explicarlos. No para situarnos en la maniquea posición de oficialismo – oposición, sino porque creemos que este tipo de recursos solo traen más inestabilidad para el país. Que ya la traemos complicada.

Disclaimer: el autor no está feliz con el gabinete. Creo que es muy malo, salvo 5 excepciones: Francke, Durand, Cadillo, Torres y Carrasco; el resto no parecen tener las credenciales de competencia necesarias. Por el contrario, se tienen ministros en claro conflicto de interés en el MTC y el MINAM y con cuestionamientos muy importantes en Trabajo. Peor gabinete, difícil. Pero a la vez considero que hay caminos políticos que se tienen que activar y no pasar a la vacancia de esta manera.

“Cerrón busca acelerar su disolución agudizando las contradicciones. Ilusamente cree que en unas nuevas elecciones tendría mayoría absoluta en el Parlamento y ese absurdo lo comparte Castillo” señala enérgica Palacios en su columna semanal en La República. No es un argumento desconocido, es en realidad compartido por varios que en muy poco tiempo ya conocieron, ya entendieron todo y comprenden cuál es el curso inexorable de las cosas. Tal vez por eso Willax incorpora cada vez más el análisis político de connotados videntes nacionales. Total, es lo mismo.

Sin embargo, todo proceso siempre ofrece más variantes y alternativas y el análisis se queda plano si recurrimos en exclusiva al “créeme, así es”. ¿Que Cerrón trata de influir en el presidente del Perú? ¿Que busca llevar las riendas él? Pues la respuesta, a la luz de los hechos, parece ser obvia: sí. Pero no estaríamos discutiendo esto en casi ningún otro lugar del mundo, donde el presidente del partido oficialista quiere tener un peso propio e influencia en las decisiones de gobierno.

El problema, se especula, es que Cerrón no quiere quedarse en la política formal, quiere trazar un plan de acaparamiento del poder y lo empezó a ejecutar el 28 de julio, por lo que hay que vacarlo la primera semana de agosto. Vacancia porque ya sé qué pasará. Mejor cortar por lo sano. Un poco difícil de creer.

“A mí por lo menos me pareció que hay algunas pistas mentales que te llevan hacia un tipo de gobierno no democrático” considera Vergara en la buena entrevista que le hace Enrique Patriau en La República. Pistas mentales que se desarrollaron en dos días de gobierno y que nos auguran un futuro autoritario o -al menos- nada democrático.

Parece ser que lo que estamos haciendo en el fondo es no darnos cuenta de quién es el presidente, qué representa y hacia dónde va a legislar. Si se sale del marco legal, habrá que actuar en consecuencia. Pero si ejecuta acciones que le están permitidas, ¿por qué creer que tenemos el poder de borrarlo, hacer como que no existió y empezar de nuevo todo? Difícil respuesta, pero eso está claro en el planteamiento de Tafur en Sudaca Perú. “Si el Presidente, en abierto desacato del mandato popular y de la realidad política, cree que puede hacer y deshacer desde su cargo, pues tendrá que recibir el golpe político que se merece”. ¿Cuál es el desacato? ¿Quién puede interpretar el mandato popular? ¿qué se merece por ejercer la presidencia aunque no nos parezca? Difíciles respuestas como dijimos.

La vacancia presidencial no es un mecanismo cualquiera. Es, o debe ser, una activación de emergencia, cuando realmente no hay otro camino. No se puede tomar como parte de un chantaje político desde el Congreso hacia el Ejecutivo, generando una permanente navaja sobre el cuello del presidente. No tenemos memoria parece para recordar lo que eso le hace al país. Azuzar la vacancia es azuzar un golpe de Estado, solo que esta vez se considera que es válido. No creemos que lo sea. Consideramos que está, en la práctica, censurando la potestad de gobernar de un presidente, porque no nos gusta cómo lo hace. ¿Se ha hecho algo ilegal que amerite una vacancia? No. ¿Hay irregularidades y sorpresas desagradables en los nombramientos que pueden llevar a cuestionar la idoneidad de determinados ministros? Por montones. Pero eso no lleva a deshacernos del presidente.

Porque eso parece ser lo que realmente activa todo este mensaje. La necesidad de buscar el recurso para sacar del principal cargo del país a Castillo parece que se ha activado y no solo desde la derecha más recalcitrante. Sino más bien desde la centro derecha. O desde el análisis más superficial. No queremos dejar que Castillo ofrezca un estilo de gobierno y ya lo queremos vacar.

Estas ideas nos van a llevar a un nivel de conflicto inmanejable. Frente a eso, ahí sí, solo se lograrán activar las respuestas más autoritarias y violentas. Pero parece que eso no es tan importante como que Castillo no siga en el cargo.

Insistimos, creemos que el gabinete es muy malo y han puesto a cargo de distintos ministerios a gente con fundadas sospechas de falta de idoneidad. Como si fuera además el primer gobierno que lo hace. Pero de allí a la vacancia hay un trecho bien grande, tan grande como la palabra democracia. Cuidado con eso.

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Pedro Castillo, Vacancia, Vladimir Cerrón

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