Juan Carlos Tafur

Por una Amazonía productiva, libre de chantajes ideológicos

“Hay que dar esa batalla. Hay fuerzas ocultas y descubiertas que, so pretexto del cuidado ambiental, solo responden a intereses pecuniarios extranjeros y tratan de impedir el desarrollo de una Amazonia productiva”

La infiltración ideológica de ciertas ONGs ambientalistas financiadas por empresas contaminantes del primer mundo, que necesitan bonos para seguir haciendo de las suyas en sus países de origen, está destruyendo las posibilidades de hacer del Perú un país con una Amazonía productiva, que genere riqueza y empleo en una zona pobre del país, abandonada a su suerte y presa de las mafias del narcotráfico, la minería ilegal y los madereros ilegales.

Cerca de 200 mil hectáreas al año son desforestadas en el Perú (el equivalente a 26 mil Estadios Nacionales) y en paralelo los cultivos ilegales siguen creciendo inconteniblemente, siendo en gran medida los responsables de la desforestación.

Hay una solución muy práctica: como bien señala el exministro de Agricultura Juan Manuel Benítes, se trata de darle títulos de propiedad a los agricultores migrantes de la sierra que en algún momento talaron bosques para producir productos de panllevar, que los talaron y degradaron los suelos, porque la agricultura común destruye los nutrientes del pobre terreno selvático. Al formalizarlos, se los asienta y se les permite mirar con otros ojos la posibilidad de hacer rentable su propiedad ya formal, y allí aparecen cultivos alternativos, como el café, el cacao y la muy rentable palma aceitera, que se ha vuelto un muro de contención contra la desforestación y el crecimiento del narcotráfico en las zonas donde prospera.

Hemos publicado un videoreportaje en Sudaca que lo demuestra contundentemente (https://sudaca.pe/noticia/informes/la-verdad-sobre-el-desbosque-en-la-amazonia/). La palma es un producto que genera asociaciones de productores, revierte la desforestación, genera cadenas de valor y combate la plaga de la siembra de coca ilegal destinada al narcotráfico.

Hay que dar normas que permitan que en terrenos ya desforestados (no en bosques existentes), se permita la agricultura moderna y sostenible, cuidadosa del medio ambiente, capaz de generar empleo y progreso en las localidades aledañas, como se demuestra en el informe.

Hay que dar esa batalla. Hay fuerzas ocultas y descubiertas que, so pretexto del cuidado ambiental, solo responden a intereses pecuniarios extranjeros y tratan de impedir el desarrollo de una Amazonía productiva, capaz, dada la enorme potencialidad de la región, de generar un polo de riqueza masivo, inclusivo y sostenible, con precauciones ambientales de primer orden.

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