[NOS INSPIRAN] La vida está llena de paradojas. Cuando Anita era pequeña pudo hacer una carrera destacada como nadadora, pero por diversas razones se vio obligada a hacer una pausa a sus 15 años. Un día, teniendo edad para pertenecer a la categoría master, el médico le recomendó que hiciera algún deporte. Pretexto ideal para volver a nadar, para olvidar el estrés provocado por los problemas del día a día y reencontrarse con su elemento, el agua, sin importar que se tratara de una piscina o de aguas abiertas. ¿Resultado? Numerosas medallas y premios dentro y fuera del Perú. En 2008 frisaba ya los cincuenta años y eso no fue óbice para que rompiera récords nacionales en su categoría. El 2011 fue a los Panamericanos de Brasil y retornó a suelo peruano con seis medallas, ni una menos.
Desde ese entonces no ha dejado de entrenar. Ella ama la natación y no la quiere dejar porque siente que le llena la vida. Es un deporte que le ha hecho conocer gente maravillosa y también le ha permitido dibujar sonrisas en nadadas pro navidad para niños de Villa María, asentamientos de Chorrillos y otro lugares donde la necesidad grita.
Anita es considerada, a sus 71 años, una nadadora de alta competencia. Ha participado y sigue participando en campeonatos nacionales, internacionales, mundiales, sudamericanos y panamericanos. Si te creías viejo pues Anita es la mejor muestra de que la edad es un número, que uno nunca debe dejar de soñar, ni de perseguir sus sueños.
Ella ha hecho nada más y nada menos que la ruta Olaya en 3 oportunidades, el 2015, 2016 y 2017. La primera la hizo ¡a sus 65 años! Son 22 km de recorrido nadando, es la travesía más larga que se hace en el Perú organizado por Perú Swimmers. Se parte de Chorrillos y se va nadando cruzando Barranco, Miraflores, San Isidro, San Miguel, hasta llegar a La Punta. Esta ruta es increíble, son mínimo 6 horas, puedes hacerla hasta en 9 horas o 10 dependiendo si estás con aletas o sin aletas, con wetsuit o a pelo.
Anita se siente muy feliz de poder ayudar a los demás y este maravilloso deporte se lo ha permitido, también participó en el Swim for Wishes que es una organización internacional que ayuda a niños con problemas oncológicos. Es decir, Anita ha vuelto a nacer, lo está haciendo muy bien y nos deja una gran lección: cuando hacemos lo que nos apasiona no importa la edad ni la etapa de vida que estés viviendo, solo las ganas que le pones y ella va por más. ¡Se los aseguro!
Pero ¿qué es lo que queremos que sepas después de leer esto? Principalmente que si has pensado que tú no lo puedes hacer, te equivocas, y que el día que agarres tu mochila y bajes al mar te darás cuenta que todos empezamos tocando la arena, dando un paso, hasta que sin notarlo descubrimos todo un mundo. Y te lo cuento yo que en plena pandemia bajé en bicicleta, luego en micro, luego conseguí un trabajo nuevo y cada mañana se volvió indispensable el chapuzón helado.
Dejo aquí algunas preguntas respondidas por esta guerrera de las aguas:
1. ¿Qué opinas de hacer deporte?
Es importante aceptar que hacer deporte ya es parte del estilo de vida que debemos tener, no solamente para nuestra salud sino como un ejemplo de vida para aquellas personas que no valoran esta actividad como parte de su vida.
2. ¿Qué dificultades has tenido en la natación?
Una de las dificultades que he tenido es saber equilibrar mi tiempo entre la familia y mi participación como atleta. Es por ello que decidí compartir mi disciplina con mi familia, como parte del equipo que me acompaña y que me da la fuerza por mejorar cada día más y lograr mis metas.
3. ¿Tienes algún sueño deportivamente?
Tengo muchos sueños… quiero dejar un legado para la juventud… de que la vida es bella, cuando la valoras …con el ejemplo de fortaleza… de luchar… compartir y ser tenaz en todo lo que hagas… no hay espacio para lamentos, hay sí para aprendizaje y caminos que nos llevarán a nuestros sueños…
4. Cuéntanos una anécdota
Una de mis anécdotas fue que tuve que cambiarme en el baño del avión que me conducía a Trujillo, al Nacional. Ya que mi avión se retrasó y llegué cuando ya estaban en la partida. Tuve que entrar a Mansiche con mi maleta y mi ropa de baño envuelta en mi toalla y sin zapatillas… realmente un estrés total.