Querida Manuela,
Continuando con nuestros mensajes desde el 07 de diciembre de 2022, la polarización y la falta de comunicación entre los protestantes y el gobierno parece no llegar a un posible diálogo. Solo se escuchan gritos y amenazas. Es complicado poder dialogar en un ambiente donde no hay puntos en común ni intereses. El grueso de la población se encuentra en el medio de dos discursos de terco enfrentamiento.
La presidenta y su equipo proponen mano firme, pero esa firmeza en un país con instituciones tan débiles lleva a interpretar toda acción de fuerza como abuso. La Policía Nacional del Perú, institución a la que tengo mucho respeto y admiración, no ha podido desarrollarse por los constantes cambios, poca inversión en el capital humano, tecnológico e infraestructura. La policía se quedó en el tiempo, pero la pasión de sus jóvenes miembros no. Ellos son quienes terminan estando en primera línea. Tuve la oportunidad de participar en la primera reforma de la Policía, hace un poco más de 20 años, y desde esos días no hemos avanzado. Vamos dando vueltas sobre lo mismo y en situaciones como estas, donde hay vandalismo e inseguridad se muestran nuestras deficiencias como Estado.
La seguridad nacional no se basa solo en la protección de los activos críticos que son aquellos recursos, infraestructuras y sistemas esenciales e imprescindibles para mantener y desarrollar las capacidades nacionales. Sin aeropuertos, centrales de energía, carreteras, no sobrevivimos como nación ya que su afectación, perturbación o destrucción no permite soluciones alternativas inmediatas. El Ministerio de Economía y Finanzas ha informado que en lo que va del año 2023 el Perú va perdiendo más de S/ 300 millones. Asimismo, indicó que Puno, región con 43% de pobreza, es la zona más afectada por las manifestaciones.
Tú conoces el valor de vida. El valor de la vida humana no tiene precio. ¿Cómo te imaginas el 2023, Manuela? Tenemos aviones, carros, tecnología, satélites, armas de guerra que solo se imaginaban o eran fantasía en tu época. La información y la comunicación es lo más valioso en el siglo XXI, por ello, me pregunto ¿por qué no se puede resguardar la seguridad nacional sin usar armas? ¿Por qué el ciudadano y la vida de cada peruana no es el centro de toda política de seguridad? Cabe precisar, que estos problemas internos no los va a solucionar ni apaciguar la Policía. La Policía Nacional del Perú termina siendo la carne de cañón de un Estado sin recursos ni propuestas locales ni nacionales. La Policía peruana es la institución pública que llega a todo el Perú, es la que está más próxima al ciudadano por sus 1485 comisarías según el censo elaborado en 2017 por el Instituto Nacional de Estadística. Esto equivale a que el 99,3% del total cuentan con energía eléctrica mediante red pública, incrementándose en 7,3% (101 comisarías más), en comparación con los últimos 6 años.
Tú conociste la estrategia del Libertador Simón Bolívar de reunificar y cohesionar las fuerzas patriotas mientras desarticulaba el orden del ejército realista, lo que lo llevó a que en su corta vida de 47 años haya luchado en 447 batallas siendo derrotado solo 6 veces. El Perú actual tiene un sistema de representación a diferentes niveles que empiezan desde los barrios. Tenemos las juntas vecinales, organizaciones sociales, alcaldes distritales, alcaldes provinciales, gobernadores regionales y los tres poderes del Estado cada uno con sus programas y oficinas de apoyo social a nivel nacional. Hay que empezar desde abajo con la democracia participativa del barrio centrando al ciudadano como eje de toda decisión local partiendo así las necesidades y demandas regionales. El gobierno central es un aparato burocrático muy grande que no logra llegar por varias razones a alcanzar el desarrollo local; por ello, en lugar de enfrentarse a los ciudadanos y al sistema representativo, sería conveniente territorializar las demandas y para satisfacerlas se necesita del apoyo de los ciudadanos, la ley y las autoridades locales. En este momento, seguimos como hace dos semanas, sin representación por parte de los manifestantes que nos dice que no están organizados, es un punto a favor para poder organizarlos y entablar el diálogo desde las instituciones representativas existentes. La única estrategia no es mandar la fuerza policial y menos la militar, si no, escuchar las demandas, que en algunos casos no las hay, es más fácil romper el argumento y en el caso de que sí las haya usar los espacios colaborativos existentes por la sociedad civil organizada para generar cambios reales. Se debe ir a los espacios con propuestas y con planes de cambio, no solo escuchar sino tener un Estado proactivo que resuelve. Muchos de estos espacios de concertación o mesas de diálogo o temáticas terminan siendo espacios de catarsis o siendo las “mesas que más aplauden” como una vez lo dijo un alto funcionario . He ahí el reto de hacer que sean mesas con propuestas y resultados.
Soy testigo, a diferencia de muchos ciudadanos que solo piden renuncias, cierres y destituciones, que tanto cambio, en especial en los últimos 5 años, ha generado un quiebre en la institucionalidad del Ejecutivo. Interpelaciones, censuras y cambios constantes no han permitido una real inversión en las necesidades ciudadanas y el desarrollo local. Han beneficiado a las economías informales e ilegales para que se expandan.
Hoy la presidenta tiene la oportunidad de romper el discurso de confrontaciones para abrir un diálogo desde una visión territorial con las autoridades representativas desde los barrios o comunidades. Todos somos conscientes de las diferencias en el Perú, negar que existen diferencias y necesidades históricas en las regiones y en Lima Metropolitana es no querer ver la realidad. La pandemia nos mostró que nuestro crecimiento económico solo trajo mayores ingresos a algunos, pero no institucionalidad ni servicios reales a la población. Ahora, toca hacer un análisis hacia adentro.
Manuela, confío en que la presidenta logre tener una estrategia de conquista a sus propios ciudadanos y votantes. Ella conoce la realidad de los más necesitados porque es del sur, fue Ministra del Sector más sensible del Estado- que maneja y conoce a las organizaciones sociales de base- es bilingüe -domina el quechua- y comparte la ideología de los manifestantes. Ella debe poner al ciudadano y ciudadana al centro de toda acción activando todos los canales de diálogo para que sea una democracia desde la base.