Pie Derecho

La vizcarrización del gobierno de Boluarte

“Entre la fujimorización política del régimen y su vizcarrización económica, el resultado final es fatal. No remonta la altísima desaprobación del gobierno y la inversión privada no fluye”

Una de las características principales del fallido régimen de Vizcarra era su inacción en la promoción de la inversión privada y en la generación de reformas que propendiesen a ello. Todo era “haremos tal”, “veremos cual”, “estudiaremos”, etc., con una parálisis en términos reales pasmosa.

En el gobierno actual se empiezan a notar signos del mismo fenómeno. Quizás bajo la creencia de que mientras menos olas se haga mayor probabilidad de supervivencia -objetivo máximo del gobierno-, los funcionarios responsables de tomar decisiones importantes o de emprender reformas, no hacen nada, no mueven un milímetro las cosas y se mantienen en su zona de confort, asegurando su permanencia y dándole a la gobernante la tranquilidad de que no se agitan las aguas y puede seguir manteniéndose en Palacio sin sobresaltos.

Muchos inversionistas privados, que en estos momentos se acercan al Estado para hacer efectivos proyectos importantes de inversión, renovar algunos o emprender nuevos, se encuentran con una pared de hielo o una deriva a las calendas griegas por parte de los funcionarios respectivos. Nadie mueve un mueble en el sector administrativo estatal, por temor a romper el statu quo de inmovilismo con el que creen están haciendo lo correcto para el propósito político de la Presidencia: durar hasta el 2026 sin que nada perturbe ese itinerario.

Entre la fujimorización política del régimen y su vizcarrización económica, el resultado final es fatal. No remonta la altísima desaprobación del gobierno (las últimas encuestas reflejan una fijación a tasas terriblemente bajas), y la inversión privada no fluye, a pesar de la aparente estabilidad política lograda, alcanzado así cuotas de crecimiento paupérrimas.

Alguien tiene que convencer a Dina Boluarte (y no parece que vaya a ser el premier Otárola), de que será infernal el camino que le tocará recorrer si hasta el 2026 insiste en esa fórmula de gobierno. Su precarización irá en aumento y el malestar ciudadano irá creciendo, llevándola a una situación límite de estabilidad, efecto contrario al que el inmovilismo -como parece creer- le permitirá obtener.

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Alberto Otárola, Dina Boluarte, fujimorización, Vizcarra, vizcarrización

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