Junio, mes de la cultura afroperuana

La presencia de la cultura afroperuana es de suma importancia para nuestra identidad como peruanos. Los aportes son numerosísimos y de mucho valor, tanto en nuestro arte, la cultura, el deporte, como también por la presencia de activistas, escritores y políticos que enriquecen nuestra sociedad.

[LA TANA ZURDA] La presencia de la cultura afroperuana es de suma importancia para nuestra identidad como peruanos. Los aportes son numerosísimos y de mucho valor, tanto en nuestro arte, la cultura, el deporte, como también por la presencia de activistas, escritores y políticos que enriquecen nuestra sociedad.

El 2006 se decretó la Ley #28761, con que el Congreso de la República designó el 4 de junio, fecha de nacimiento del máximo poeta afroperuano, Nicomedes Santa Cruz, como día de reconocimiento y celebración a los aportes y contribuciones de la comunidad afroperuana. Se trata de dar más visibilidad a esta vigorosa cultura, ya que, desafortunadamente, el Perú ha sido y sigue siendo un país muy racista con ideas retrógradas que prolongan nuestra condición colonial, bastante extrema en algunos casos. En la época en que vivimos es importante ser más inclusivos y reconocer el valor de todas las culturas para enriquecernos por medio de esa diversidad desde la diferencia. Ese es el objetivo que todos los peruanos debemos tratar de alcanzar.

En el siglo XIX ya Ricardo Palma lo afirmó: “En el Perú, el que no tiene de Inga tiene de Mandinga”, es decir, todos somos mestizos, desde criollos con sangre andina y africana hasta pobladores indígenas que tienen alguna mezcla de otras sangres. Son rarísimos los que pueden llamarse «indios puros». Mucho más los «blancos puros», que en el Perú son una fábula.

La importancia de la cultura negra en nuestro país es enorme; por eso debemos reconocerla como parte de una celebración de nuestra multiculturalidad, ya que sus aportes se ven en diversas áreas, como la más popular, la gastronomía en las viandas costeñas, que en su máxima expresión utilizó los órganos de animales que los europeos no comían, creando los famosos anticuchos y parrilladas usando las menudencias, que era lo que se les daba a los esclavos para que cocinaran, pues los amos les tenían asco. Pero también hay expresiones de creatividad notables en la música, las danzas, las formas de hablar y muchas expresiones literarias de gran originalidad (Antonio Gálvez Ronceros, Gregorio Martínez, Mónica Carrillo, etc.).

De la culinaria afroperuana nacen nuestros anticuchos de corazón (que mi esposo Filomeno Ballumbrosio preparaba deliciosamente), la chaifainita, los chunchulíes, la pancita, etc. Luego, en los deportes, los mejores futbolistas tienen sangre negra, al menos estadísticamente, sino fíjense en los cuadros de los equipos profesionales (recuérdese al gran Perico León, a Víctor Zegarra, a Teófilo Cubillas). Asimismo, en el arte, la pintura, la música (Susana Baca), el baile (Victoria Santa Cruz), los afroperuanos destacan y nos llenan de orgullo incluso fuera de nuestras fronteras.

Y más contemporáneamente, la presencia de activistas y políticos, cada vez más representados, aunque queda aún mucho por hacer. Desde los clichés racistas, hasta los chistes y también las actitudes que todavía vemos en el Perú actual, hay que hacer una concientización y crear una toma de conciencia para que el racismo y el clasismo desaparezcan como lacras sociales de nuestra nación.

Así como los Ballumbrosio (la familia de mi Meno) cultivaron el arte negro en el pueblo de El Carmen, Chincha, junto con el patriarca don Amador y la matriarca Adelina, muchas familias han compartido sus creencias religiosas y costumbres culturales para enriquecer el acervo artístico peruano. Hagamos un compartir en cuanto a prioridades y necesidades y no un competir en las acciones futuras. Reconozcámonos como una nación pluricultural que se enriquece, precisamente, por sus grandes diferencias culturales internas.

¡Vamo’ pa´Chincha, familia!

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afroperuana, anticuchos, Ballumbrosio, Chincha, Don Amador, Perico León, Racismo, Susana Baca, Teófilo Cubillas

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