Hoy, mientras dictaba un entretenido y (afortunadamente) concurrido taller, en el que exponía las bondades de la transformación digital en nuestra nueva realidad, recibí diversas intervenciones del público con consultas sobre lo que para algunos de ellos eran los rompemuelles que encuentra el emprendedor para poder avanzar.
Y me di con la sorpresa de verme a mi mismo defendiendo esos supuestos rompemuelles, pues a mi me sonaban a excusas y/o justificaciones. De esas que nos decimos a nosotros mismos para avalar algo al menos no demasiado ético o que nos consuela cuando omitimos una formalidad.
Por ejemplo, me hablaban del abuso de las grandes empresas cuando programan el pago a 60 días por una compra o un servicio. Me comentaron que la tasa que cobra una empresa de factoring era dinero fácil pues no había riesgo alguno para ellos. Incluso me dijeron que no deberíamos usar billeteras móviles pues eso hace ganar plata a los bancos.
Son esos los argumentos que nos van a mantener siempre con la cabeza agachada y dando vueltas en círculo.
Las condiciones comerciales de un negocio NO son un rompemuelles.
Las condiciones de financiamiento de una entidad NO son un rompemuelles.
Disponer de tecnología para poder transaccionar sin usar efectivo NO es un rompemuelles.
Y así, miles de excusas más que solo son eso, excusas. Excusas para no formalizarnos, para no tributar, para no aceptar el resultado de mi emprendimiento, pues me fue mal por no planificar bien, justificaciones para ocultar pésimas decisiones que afectaron seriamente la continuidad de mi negocio.
Es verdad que hay cosas que se deben mejorar en la relación entre cliente y proveedor cuando el cliente tiene una posición de dominio, pero eso se logra propiciando una sociedad emprendedora unida sobre bases positivas. Un entorno formal, un emprendedor que tributa y que usa los servicios de factoring, billetera móvil, venta a crédito y demás que el mercado ofrece y permite, no son rompemuelles sino por el contrario, son aceleradores y viabilizadores de crecimiento. Es verdad que hay mucho que mejorar, pero esa mejora no puede venir de un 80% de informalidad ni de un Estado opresor y corrupto.
El cambio debe nacer de una sociedad unida y solidaria, pero formal. El partido se gana desde dentro de la cancha, así que no usemos excusas como falsos rompemuelles y juguemos todos el partido que nadie lo va a hacer por nosotros, y mucho menos el Estado.
Hoy cuando pases un rompemuelles, piensa en tu rol en la sociedad para hacerlo desaparecer.
