Originalmente, en el Perú es feriado el 29 de junio porque se celebra a dos de los pilares fundadores de la iglesia Católica: El primer papa, San Pedro, aquel que negó conocer a Jesús antes de que cantara el gallo, y a quien, no obstante, se nombra la piedra sobre la que se construirá la iglesia. Y San Pablo, el creador del cristianismo, quien desde la mística hasta las epístolas, evangelizó apasionadamente a los romanos con un dios que era amor. Pero como somos un estado laico (muy católico y cristiano) se mantiene el feriado aunque en una versión ligeramente secularizada, que surge de la profesión de San Pedro cuando aún se llamaba Cefas, un pescador de oficio en el mar de Galilea: el 29 de junio se celebra el Día del Pescador Peruano.
La pesca no es poca cosa en el Perú. Tiene una versión industrial, muy famosa y reconocida mundialmente, la de harina de pescado y tiene una versión artesanal que abarca a todo el país y que alimenta directamente a toda la población nacional: la pesca marítima a lo largo de toda nuestra costa, la acuicultura en la sierra, y la pesca en los ríos de la Amazonía peruana, donde podemos considerar al pescado la fuente diaria de alimentación.
En este día de fiesta, en la costa, es costumbre llevar la imagen de San Pedro, patrón de los pescadores a pasear por el mar, cumpliendo con sus rituales. Tradicionalmente, como la pesca se trata de una labor que es cosa sólo de hombres, lo mismo ocurre durante estos recorridos. En los botes con el santo, sólo hay pescadores. Sin embargo, desde hace ya una década, van en aumento los estudios que incluyen a las mujeres en la pesquería por dos razones: porque la pesca, para que haya llegado a aportar más del 2% del PBI, no sólo implica pescar, sino también procesar y comercializar, y en ese espacio, la mujer pasa a ser el género protagónico; y porque hay mujeres pescadoras: el 14% de pescadores son mujeres en el ámbito artesanal, y en el ámbito de la acuicultura, el 40% de trabajadores también lo son. Finalmente, en las familias donde es fuente directa de alimentación, si el padre está ausente, ¿quién debe salir a pescar?
Día entonces de Pescadoras y Pescadores peruanos, nuestro país tiene algunos problemas muy concretos que debe afrontar respecto de la pesca. Debe permitir y fomentar la participación de las mujeres en las asociaciones de pescadores, mediante políticas de Estado, como ha hecho Chile, para que exista una representación que sume su perspectiva respecto del rubro y sus necesidades. Debe resolver el empobrecimiento de la pesca artesanal marítima que a pesar de que nos provee todos los pescados y mariscos que consumimos, debido al aumento de las embarcaciones a motor y los tamaños de sus bodegas (en 1950 había cerca de 3,600 embarcaciones, hoy aproximadamente 20,000), ha resultado imposible dividir los cardúmenes para que todos ganen y aumente el empleo, forzando paradójicamente a los pescadores a tener su propia embarcación. Como señala Michelle Carrere (Mongabay, 31 de agosto de 2020), el crecimiento de la flota artesanal no es más que un crecimiento empobrecedor, pero que profesionalmente sí se puede revertir. Y el Perú debe responder al derrame de REPSOL no sólo multando o denunciando, sino también generando jurisprudencia que proteja a pescadoras, pescadores, trabajadores vinculados y a sus familias de la contaminación de su medio ambiente. Es una deuda del Perú con los pescadores de Ventanilla, que hasta hoy tratan de sobrevivir sin salir a pescar.
Con amor a nuestras pescadoras y pescadores, que su San Pedro guíe las buenas decisiones de quienes tienen en sus manos mejorar sus vidas en nuestro país. Feliz día.
