Francia o Inglaterra, S XII. Se señala que en algunos monasterios de clausura los monjes, para evitar el aburrimiento, tenían un juego particular que se basaba en una pelota que tenían lanzar a un contrincante que se situaba al frente y que solamente tenía permitido un bote antes de responder al adversario. Se le denominaba jeu de paume o juego de palma, ya que solo se podía usar la mano. Recién en el S XVI se permite el uso de una raqueta y a fines del S XIX se forma el primer club profesional. Evidentemente, hablamos del tenis.
Más allá de algunas referencias asiáticas (ts’uh Kúh en la China de la dinastía Han y el kemari japonés) o americanas (el pok ta pok maya o el pasuckuakohowog norteamericano), la principal referencia sobre el fútbol como lo conocemos hoy se remonta al S XII también en Inglaterra y Francia. Eran juegos de pelota grupales que iban tomando forma como entretenimiento y que después fueron tomando forma. Sin embargo, se trató de un juego asociado al lumpen y a la violencia extrema que estuvo proscrito y practicado de manera ilegal durante algunos siglos. Es recién en el XVI que en Italia se publica el primer libro de reglas.
Si continuamos indagando por la historia de los demás deportes, tendremos relatos parecidos. Una lógica de entretenimiento que va tomando una forma específica, que normalmente personas asociadas con élites sociales deciden desarrollar y normar y que luego generan una institucionalización de su práctica: el deporte como tal, con reglas específicas.
Hace una semana, en pleno siglo XXI asistimos sin darnos cuenta al intento contemporáneo más relevante en este sentido: el primer campeonato mundial de globos, que por añadidura lo ganó un peruano y lo hizo el mismo día que la selección de fútbol, nuestro deporte más popular, caía ante Argentina. La metáfora es la misma: aprovechar una práctica popular (¿quién no ha jugado con un globo, evitando que toque el piso, en su infancia o más adelante, con sus amigos, familiares o como una forma de hacer amigos en una fiesta?) y darle forma, reglas y manejar la normativa del deporte. Como jugando.
El responsable de hacer algo así se llama Ibai Llanos. Y es un fenómeno a nivel mundial que está dando qué hablar y sobre el que vale la pena hacer ciertas reflexiones relevantes en la realidad del país.
¿Quién es este Ibai? A ver si somos precisos y que nuestros propios sesgos no nos ganen el comentario. Ibai es un streamer. Un streamer es un transmisor en vivo. El término me lo comentó Joaquín, 13 años, seguidor del comunicador. Un streamer que además sabe perfectamente qué decir y cómo decir permanentemente. Va de acierto en acierto. Muy famoso e influyente. Tanto que es portada de la edición española de la revista Forbes. Tanto que tiene más de 8 millones de seguidores en Twitch, 6 en Instagram, 7 en Youtube y 5 en Twitter. Tanto que puede darse el lujo de transmisiones con más de 600 o 700 mil espectadores en vivo, solo porque el las hace. Tanto que entre todos los periodistas deportivas de canon mundial, fue a él a quien Messi eligió para dar la primera entrevista oficial cuando pasó al PSG. Una de las preguntas que Ibai le hizo, suelto de huesos, a la estrella argentina fue: “¿crees que el otro día comí mucho en tu casa?”. Fue la primera vez que Messi hablaba en Twitch además.
Ya. Alguien que ha logrado tanto en apenas cinco años, ¿qué truco tiene? Antes de pensar en ensayos que lo expliquen decidimos preguntarle a la fuente más directa. Volvimos donde Joaquin y le consultamos qué le veía: “es entretenido, me hace reír”. Pero ni es solo entretenimiento ni es solo risa. Es cercanía, es lenguaje directo y no es dependencia a ninguna regla que no sea la de Ibai. Es honestidad en un mundo que no se considera honesto. Es capaz de despertarse un día y conversar con Messi, al día siguiente hacer de un juego de sala un deporte con Mundial y luego hacer una transmisión con un cuarto de millón promedio de espectadores viéndolo comentar sobre casi cualquier cosa.
El entretener pasa por hacer cosas diferentes cuando todos se esfuerzan en hacer lo mismo. La risa viene por el lado de la naturalidad con la que enfrenta los fenómenos. ¿Cuál es la diferencia con una entrevista en ESPN o Fox? Que Ibai habla con ellos (los entrevistados) y les pregunta las cosas como las preguntaría a amigos. No se complica. Es lo que textualmente Joaquín nos dice y le creemos. Joaquin puede quedarse viendo una entrevista que Ibai le hace a cualquiera en Twitch, pero jamás vería una de ESPN.
Más allá del medio, aunque este sea importante, creo que la principal ventaja competitiva de Ibai es esta manera de romper el canon que los medios imponen. Su forma de comunicar es distinta y eso lo hace deseable. Es un medio en sí mismo. Probablemente -es una hipótesis- si sometemos a prueba la credibilidad de algo que diga Ibai versus algo que diga un medio tradicional, las audiencias jóvenes no dudarían en creerle más al streamer que al medio. Todo está en el lenguaje.
Como el periodista Diego Salazar ha explicado con mejor arte: “Lo importante es que Ibai está siendo él mismo, o al menos eso es lo que los espectadores perciben. A diferencia de lo que ocurre con la televisión o la radio, donde la distancia con el espectador u oyente es inherente al medio, donde hay un emisor y un receptor y esos papeles no se confunden nunca, internet es el espacio donde todos acudimos a expresarnos como somos o como nos gustaría creer que somos”¹
Estando claros en lo que Ibai significa, ¿qué es lo que tiene que ver con la realidad nacional un conductor como él? Bueno, con la realidad como tal, no mucho. Pero hay tanto que aprender que a veces nos intriga saber por qué a nadie le interesa ver estos ejemplos en el mundo mundial.
Esta semana, hubo algunos comunicados desde distintas fuerzas políticas. Uno de ellos, de los más recientes, es el de la cuenta oficial de la bancada de Perú Libre explicando los motivos por los que no se reunirán con La PCM mañana. No abundaré en razones, pero ya Eduardo Gonzales lo ha comentado en un hilo de tuiter²: ¿por qué la comunicación política tiene que ser tan distante, enrevesada, complicada y repetimos, distante? ¿Por qué no pueden decir las cosas directamente, en sencillo, sin usar un metalenguaje que nadie más quiere seguir? ¿Por qué optar por el laberinto en lugar de la línea recta?
Los políticos, así como los analistas e influenciadores locales, en su gran mayoría, jamás entendieron que la posibilidad de usar la expresión vía redes sociales los obliga a dialogar. Todos son mensajes unidireccionales, sin respuestas, sin intercambio. Y lo peor, sin capacidad de reflexión conjunta. Una de las principales fuentes de desconfianza interpersonal es la percepción de falsa autoridad. No es posible construir lazos si se opta por una forma de comunicación que sólo va a expresar y no a dialogar. Revisen cuentas de políticos y de autoridades. Jamás responden comentarios o preguntas. Si no quieren discutir, mejor que no posteen nada.
Cuando apreciamos las entrevistas a las autoridades, es tan evidente el armado de historias que no corresponden a la realidad que a todos se les asigna el rol de mentirosos y desconfiables. Parece que el ejercicio de honestidad estuviera penado.
Tres ejemplos bien simples pero potentes de cómo en un universo de discursos armados y falsos, personajes como Ibai son tan bien recibidos. El contraste, pero sobre todo el uso de códigos que las audiencias valoran y esperan parece bastante claro. Desde estos parajes, ejercicios como las transmisiones casi diarias de comunicadores como Carlos León Moya (@contracultural) o el popular Man Ray (@litolobo) son ejemplos que debemos mirar. En especial este último, no solo por su parecido con Ibai, sino por la sensibilidad que muestra y porque a diferencia de otros comunicadores, no le cuesta ceder el micro y dejar que su audiencia se apodere de sus temas. Son dos grandes ejemplos que han planteado el uso de un lenguaje diferente, claramente comunitario y recíproco, que deberíamos mirar con expectativa y, por qué no, esperanza.
Más allá de generar nuevos deportes, Ibai nos está enseñando qué grandes errores cometemos al comunicar como lo hacemos.
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2 https://twitter.com/elfjcgc/status/1449660108418555906?s=20