[MÚSICA MAESTRO] Transgresora, rebelde, creativa e independiente. Así era Rita Lee, llamada desde hace décadas “Reina del Rock del Brasil” aunque el apelativo de marras no fuera mucho de su agrado. Cuando uno repasa su trabajo discográfico -que le generó seguidores de lo más disímiles, desde Fito Páez y Kurt Cobain hasta el recientemente coronado Rey Carlos III de Inglaterra- no puede evitar caer en el cliché pues fue mucho más rockera, hablando de actitud y sonido, que Gal Costa o Maria Bethania, sus famosas contemporáneas, más cercanas a los aspectos localistas y folklóricos de la música de su país.
Pero también es cierto que jamás se apartó del sonido de la MPB -Música Popular Brasileña-, que abrazó tanto el rock como el bossa nova, la samba o la música disco, las baladas, el jazz, el funk y la psicodelia, en una carrera que sobrepasó largamente las cinco décadas. Definitivamente, un alto porcentaje de su producción musical está ligado al rock, ya sea como integrante fundadora de Os Mutantes, la banda que anduvo detrás de Caetano Veloso y Gilberto Gil en sus convulsionadas apariciones de finales de los sesenta ante públicos conservadores, jóvenes acartonados que no soportaban los novedosos devaneos ambiguos, profundamente andróginos, de los cerebros detrás del Tropicalismo; como líder de Tutti Frutti, el grupo que armó para sus lanzamientos setenteros; o como irreverente cantante solista en los años ochenta, capaz de usar coloridos disfraces y pelucas que eran combinación de Nina Hagen con la facción femenina de los B-52’s, levantando temas de reivindicación feminista y lanzando energéticas canciones de pop-rock cargados de guitarras y sintetizadores. O sea que lo de “reina”, después de todo y a pesar de ella misma, no le iba tan mal.
“Hace mucho tiempo una mujer se sentó y leyó en su bola de cristal que una chica rubia iba a venir de una ciudad industrial en bicicleta, en shorts, mutante, bonita, suelta, decidida, llena de vida”. Esa chica rubia era Rita Lee, descrita así por Gilberto Gil en el tema Quando, que compuso junto a Caetano Veloso y Gal Costa pensando en ella. La canción se estrenó en 1976 en el alucinante álbum Doce bárbaros, aquella histórica colaboración considerada la culminación del sonido y estética tropicalistas.
En esos años, Rita Lee era protagonista de la efervescente movida artística que surgió en momentos difíciles en Brasil, ocasionados por un gobierno militar que, como todos los gobiernos militares, despreciaba al librepensamiento y la innovación. Rita Lee Jones, hija de un dentista y una pianista con raíces en EE.UU. e Italia, respectivamente, recibió una esmerada educación musical -estudió piano en el conservatorio de Sao Paulo- y había iniciado su carrera en 1963, cantando en un grupo mixto llamado Six Sided Rockers, semilla de un grupo fundamental para entender el desarrollo del rock psicodélico y progresivo en Sudamérica.
Aunque originalmente fue un trío llamado Os Bruxos -Los Brujos- integrado por Rita Lee (voz, teclados, flauta, theremyn) y los hermanos Sérgio (voz, guitarras) y Arnaldo Dias Baptista (voz, teclados), se rebautizaron como Os Mutantes a sugerencia de un presentador de televisión local. El grupo inició sus andares allá por 1966, con ideas musicales que integraban la psicodelia de la Costa Oeste norteamericana con ciertos toques beatlescos y manipulación de cintas en los estudios para alterar sonidos y crear ambientes cómicos o surrealistas.
El álbum epónimo (1968) de Os Mutantes contiene temas clásicos de la psicodelia paulista como Panis et circenses -composición de Caetano y Gil que también formó parte del histórico manifiesto sonoro de su movimiento, el disco Tropicália: Ou panis et circencis, lanzado ese mismo año- o A minha menina, escrita por Jorge Ben, otro exponente de las primeras fusiones de la bossa nova con el jazz y ritmos como funk, boogaloo y blues. La voz de Rita Lee brilla a lo largo del vinilo, a veces cercana a la tersura romántica de Elis Regina y otras a la rotunda ingravidez de Grace Slick, en temas como O relógio, composición original de Os Mutantes; o los covers de la chanteuse parisina Françoise Hardy –Le premier bonheur du jour– y del cuarteto vocal californiano The Mamas & The Papas- Once was a time I thought, que los brasileños titularon Tempo no tempo.
A este debut le siguieron cuatro discos más –Mutantes (1969), A divina comédia ou ando meio desligado (1970), Jardim elétrico (1971) y Mutantes e seus cometas no país do baurets (1972), que contiene Balada do louco, una de sus composiciones más difundidas, de clara influencia Beatle-, pero ya convertidos en quinteto, con la incorporación de Arnolpho “Liminha” Lima Filho (bajo) y Dinho Leme (batería) como miembros estables. Esta cadena de álbumes convirtió a Os Mutantes en un grupo de culto, redescubierto décadas después por artistas globales como Beck, Kurt Cobain o David Byrne, quienes se declararon sus acérrimos fans. El vocalista de Nirvana llegó a pedirles en una carta que se juntaran de nuevo, en los noventa; mientras que el líder Talking Heads recopiló, en 1999, una selección de sus mejores canciones en el CD Everything is possible: The best of Os Mutantes, con su sello Luaka Bop, como hiciera también con Tom Zé y Susana Baca.
Catalogados como pioneros en su país, todo parecía ir bien al interior de Os Mutantes. Sin embargo, las ansias de los hermanos Baptista por orientar más su música al rock progresivo los llevó a despedir, en 1972, a Rita Lee por considerar “que no tenía el virtuosismo musical necesario”. Por lo menos eso fue lo que dijo Arnaldo, su esposo hasta ese momento -se divorciarían ese mismo año, en buenos términos- a Rita quien se fue, furiosa. Muchos años después, la pelirroja vocalista tuvo ocasión de darles el vuelto. Ya convertida en una leyenda viva de la MPB, en el 2006, fue invitada por Sérgio y Arnaldo a una muy publicitada reunión de Os Mutantes -la banda se había separado oficialmente en 1979- a lo cual la cantautora se negó porque le parecía “un patético intento por hacer dinero usando su ancianidad”.
Build up (1970) fue el título de su primer disco en solitario, grabado cuando aun estaba dentro de Os Mutantes, con los arreglos orquestales del maestro Rogério Duprat (1932-2006) y sus compañeros de grupo como banda de apoyo. Este álbum presenta a una Rita Lee muy joven y ecléctica pasando del jazz estilo Ella Fitzgerald o Billie Holiday –Sucesso, aqui vou eu (Build up)– al tango –Prisioneira do amor-, haciendo covers de los Beatles o Georges Moustaki –And I love him, José– o pop experimental –Viagem ao fundo de mim. En ese debut, la futura estrella del rock paulista incluye temas en el estilo de su extravagante grupo, en Calma y Tempo nublado, configurando una interesante propuesta, entre la psicodelia y la nueva ola. Un par de años después vendría Hoje é o primeiro dia do resto da sua vida (1972) que, en la práctica, califica como un disco de Os Mutantes.
Entre 1974 y 1978 Rita Lee lanzó varios álbumes al frente de Tutti Frutti, un grupo formado por tres músicos ítalo-brasileños -Luis Sérgio Carlini (guitarra), Lee Marcucci (bajo) y Emilson Colantonio (batería)- al cual Lee se unió con su compañera Lúcia Turnbull, con quien venía presentándose como un dúo, las Cilibrinas do Éden, cuyo único LP, también en onda psicodélica, se llamó Gente fina é outra coisa (1973). Posteriormente, Turnbull salió y Rita quedó como líder y única voz femenina.
A este periodo pertenecen clásicos del rock brasileño como Agora só falta você, Esse tal de Roque Enrow (Fruto proibido, 1975) -que inspiró al grupo femenino de rock argentino Viuda e Hijas de Roque Enroll-, Mamãe natureza (Atrás do Porto tem uma cidade, 1974), Corista do rock y Ovelha negra (Entradas e bandeiras, 1976), uno de sus temas emblemáticos. En 1976 ingresó el guitarrista y compositor Roberto de Carvalho, que se convertiría en su segundo esposo y un año después editaron el histórico álbum en vivo Refestança, a dúo con Gilberto Gil y su banda. En el álbum Babilonia (1978), el último como Tutti Frutti, Rita Lee estrenó Miss Brasil 2000, una abierta crítica en clave de sarcasmo a los concursos de belleza. Aquí la vemos interpretando esta canción en la primera edición del festival Rock In Rio, del cual fue una de las principales animadoras.
A partir de 1979, Rita Lee inició una estrecha colaboración musical con Carvalho que se extendió hasta sus últimas producciones discográficas. Dos álbumes titulados simplemente Rita Lee -en 1979 y 1980- confirmaron su estatus como intérprete de pop-rock y MPB, con temas como Papai me empresta ou carro, la balada Mania de você -aquí una versión para MTV en acústico, a dúo con Milton Nascimento, grabada en 1998-, Orra meu y tres canciones que la harían muy famosa en Latinoamérica, Lança perfume, Banho de espuma y Baila comigo -no confundir con el éxito de 1981 de Miami Sound Machine que es, en realidad, una adaptación al español de Lança perfume.
De hecho, estos tres hits fueron lanzados en versiones en español, como parte de un LP titulado Rita Lee y Roberto y alcanzaron alta rotación en las radios de la época. Álbumes de ese periodo como Bombom (1983) o Flerte fatal (1987) tuvieron resonancia en Brasil. Una buena puerta de ingreso a la musicalidad de Rita Lee es a través de su álbum en vivo Rita Lee em Bossa ‘n’ Roll (1991), una elegante gala acústica en la que recorre su amplio catálogo y rinde también homenaje a algunas de sus principales referencias musicales.
En 1993, Rita Lee tuvo un espectacular retorno con su tercer disco epónimo, de sonido más contemporáneo, sin dejar atrás sus raíces. El álbum -también conocido como Todas as mulheres del mundo-, incluye Maria Ninguém, un tema de 1959 escrito por Carlos Lyra y grabado por primera vez por João Gilberto -y que fuera un éxito en nuestro idioma, en 1977, en la voz del crooner español Manolo Otero (1942-2011). En esta renovada versión, Lee la combina con Do you want to know a secret? de sus amados Beatles. En el año 2016-2017 publicó sus memorias, Rita Lee: Uma Autobiografía, el libro de no ficción más vendido ese año en su país.
A inicios del siglo XXI, Rita Lee lanzó un celebrado tributo a los Beatles -una de sus obsesiones desde sus tiempos con Os Mutantes-, llamado Aqui, ali, em qualquer lugar -traducción al portugués del título de una preciosa balada compuesta por Paul McCartney Here, there and everywhere, incluida en el séptimo álbum del cuarteto de Liverpool, Revolver (1966)-, en el que registra once clásicos beatlescos con arreglos de bossa nova. Para el mercado no brasileño el CD fue lanzado bajo el título Bossa ‘n’ Beatles.
Desde entonces, sus apariciones públicas se hicieron más espaciadas y, tras rechazar aquella invitación de sus antiguos compañeros de Os Mutantes -que la reemplazaron con una joven llamada Zélia Duncan-, siguió produciendo discos y haciendo giras, convertida en ícono cultural del Brasil, al mismo nivel que sus colegas Caetano, Gil, Chico Buarque, Maria Bethania y Gal Costa. En el 2021 se dio la noticia de que la creativa artista estaba luchando contra el cáncer. Fiel a su estilo, salió a los medios a anunciar que le había puesto nombre a su tumor. Lo llamó “Jair”, como Jair Bolsonaro. Rita Lee falleció, víctima de esa maldita enfermedad, el pasado lunes 8 de mayo, a los 75 años. Fue despedida en redes sociales por reconocidas personalidades de la música como Roberto Carlos, Fito Páez, Carlinhos Brown, entre otros, quienes celebran su vitalidad e independencia. Transgresora y rebelde como siempre, dejó escrito su epitafio: “Nunca fue un buen ejemplo, pero fue una buena persona”.
