Querida Manuela,
Esta semana, el miércoles 08 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer (8M). Como te escribí hace un año, este día se conmemora. No se felicita, sino que se recuerda la lucha de las mujeres por obtener derechos de sufragio, laborales, sexuales y reproductivos, y en especial a la no discriminación. Esta última es la razón por la cual existe la violencia contra las mujeres.
En tu época, ser mujer era una condición de dependencia de los varones, ya sean sus padres, esposos, hermanos. No tenían independencia económica y menos podían participar en decisiones públicas abiertamente. Tú lo viviste en carne propia, como mujer, bastarda de familia criolla en una sociedad andina como lo es la quiteña. Han pasado 200 años, pero las mujeres siguen invisibilizadas.
Hoy, marzo 2023, debemos ver a las mujeres desde su diversidad, en especial si eres funcionario público porque las mujeres en el Perú tienen una serie de variables dependiendo de las regiones y aspectos culturales. Tenemos variables a tomar en cuenta cuando queremos garantizar los derechos de las mujeres, esto ya te lo había comentado, pero creo que esta semana en el marco del 8M debemos identificar que hay mujeres que viven en zonas rurales, urbanas, que tienen diferentes edades, que pueden tener alguna discapacidad, pertenecer a comunidades nativas, que son trans, lesbianas, no binarias, migrantes, afro descendientes, bilingües o que pertenecen a algún grupo étnico.
Manuela, siempre han existido las diferencias, he leído que fue del Virrey Toledo quien impuso el peinado partido al medio con dos trenzas largas (k’anas) para distinguir a las indias de las mestizas y de las mujeres españolas. Hace más de doscientos años se diferenciaban entre las mujeres, pero esa diferenciación genera desigualdad no solo entre varones y mujeres sino entre las mismas mujeres. Por ello, resulta fácil criticar a las mujeres por sus características culturales, sociales, étnicas o lingüísticas.
Puno sigue con las protestas, varios grupos de ciudadanos aymaras viajaron a Lima a principios de la semana para protestar contra el gobierno de la presidenta Dina Boluarte. Cabe precisar que las mujeres peruanas tienen derecho al libre tránsito, así como a la protesta, no es un derecho exclusivo de los varones. Estos derechos deben ser garantizados por los agentes del Estado para todos y todas las ciudadanas y ciudadanos.
Tú no llegaste a conocer la Meseta del Collao donde se encuentra la ciudad de Puno- una de las ciudades más altas del Perú y la quinta del mundo- donde el clima es frío alpino, subhúmedo, de alta sequedad ambiental y es el gran Lago Titicaca, que ayuda a temperar el clima. Quienes hemos trabajado en esa zona, sabemos lo difícil que es el clima y lo valiente que es su gente, en especial sus mujeres. No en vano se consideran descendientes de los Wari y Taihuanku.
En la actualidad, los aimaras son un pueblo indígena originario de América del Sur desde tiempos precolombinos que habita la meseta andina del lago Titicaca y partes de Madre de Dios – sureste del Perú- llegando al noroeste de Argentina, el occidente de Bolivia, el norte Grande de Chile y el sureste del Perú. Las mujeres andinas en general -en especial las aimaras- son muy fuertes y se caracterizan por sus trenzas, polleras y llicllas. Vivir en las alturas de los Andes, en climas secos, con sequías y heladas hace que las mujeres sean sobrevivientes y luchadoras por sus vidas y la de sus hijos. Las mujeres madres, en su diversidad, son quienes se encargan de los infantes en todas las culturas y las aimaras no son la excepción.
El cronista Cieza de León -el primero en mencionarlas- describe a las llicllas como «manta delgada que les cae (a las mujeres) por encima de los hombros» que sirven para abrigar, pero también para cargar sus implementos de trabajo, en especial a los niños infantes. Así los cuidan y los tienen junto a ellas mientras realizan sus labores. Son físicamente mujeres muy fuertes con pulmones y corazones grandes. La lliclla por ello, representa a la mujer peruana pujante, trabajadora y de la sierra andina. Cuántos varones y mujeres han sido cargados por sus madres, abuelas de la misma forma, ya que esta tradición viene de generaciones.
Por distintos lugares del Perú, hemos visto a mujeres con mantos coloridos en su espalda cargando ahí adentro a sus pequeños hijos. Si queremos buscar el significado de lliclla en la Real Academia española, para los devotos del idioma español, tenemos como resultado: «Manteleta indígena, vistosa, de color distinto al de la falda, con que las mujeres se cubren los hombros y la espalda». A las llicllas se les conoce como mantos de «vida» por la unión que genera entre el hijo y la madre, ya que vinculan a ambos al estar diariamente juntos, así como al trabajo diario de aquellas mujeres que, sin importar el peso, los sujetan con fuerza.
Las protestas siguen en Puno y esta semana importante hubo un terrible incidente contra mujeres aimaras que vinieron a Lima a protestar contra el gobierno de la presidenta Dina Boluarte. Se les aplicó el uso de la fuerza sin necesitarlo, mal aplicado porque no había riesgo ni para la vida de los policías ni había bienes críticos que proteger. La violencia extrema contra mujeres aimaras que llevaban a sus hijos en la espalda demuestra el poco entrenamiento del personal policial y sus comandos en temas de derechos de las mujeres, su diversidad y no discriminación, pero también demuestra que no conocen sus funciones dentro de las protestas ciudadanas. Salir a protestar por el Centro Histórico de Lima no tiene por qué ser un riesgo para la vida de ningún ser humano. Aún más grave porque había infantes en la protesta. La respuesta a la violencia ejercida contra estas mujeres aimaras ha sido culparlas y cuestionar la relación con sus hijos. Protestar no debe ser un riesgo y el gobierno de la primera presidenta mujer de nuestra historia –quien se define como andina- debe garantizar los derechos de todas las peruanas en su diversidad.
¿Sabes? Los colores y los diseños de las llicllas comunican las características de las mujeres que las llevan. Me gusta mucho la descripción del cronista Guamán Poma: «Una lliclla (manto) recubierta con diseños cuya configuración semeja mariposas que cubren sus espaldas.» Esas alas de mariposa son para proteger a sus hijos, a su descendencia y para que ellas vuelen no para que sean víctimas de violencia. El Perú sigue siendo una sociedad donde las mujeres son invisibilizadas y juzgadas desde una visión masculina. El actual gobierno no solo las juzga, sino que guarda un silencio cómplice que va contra la constitución, las leyes y la República. Atentar en la vía publica contra madres y sus hijos infantes es atentar contra la nación misma. La presidenta no asume responsabilidad por esta violencia ni le responde a las madres, esposas y abuelas de los 60 muertos durante sus cortos meses liderando el país. Esos infantes sujetados por sus madres son el futuro del país. El 8M de 2023 lamentablemente brilla por el ausentismo del enfoque de género, integridad, cultura, derechos humanos, enfoque de interseccionalidad, enfoque generacional y derechos de los niños.
