Alonso Rabí Do Carmo

Summa de entrevistas

En la práctica periodística la entrevista es uno de los géneros más socorridos, sobre todo si se trata de explicar asuntos coyunturales. La mayoría de veces, el efecto de estas palabras tiene una duración efímera y excepcionalmente queda retenido en la memoria de los lectores o de la audiencia. Son diálogos de ocasión, resueltos en espacios de una brevedad grosera y con unos criterios de edición que casi siempre dejan que desear.

Pero hay otro tipo de entrevista, llamada a perdurar. Es la entrevista de personaje, esa que en el diálogo proyecta el temperamento y la personalidad de un creador o de alguien dotado de un talento singular. En estas entrevistas, por lo general, no se sucumbe a banalidades, se busca explorar con rigor, se busca explicar con hondura los sentimientos, las percepciones, las ideas de la persona. Claro está, en los medios más convencionales reina la tiranía del texto breve y la creencia –ya arcaica– de que el lector es fundamentalmente un idiota que se aburre rápido y que lo ignora todo y a quien más de mil palabras podrían provocarle un corto circuito cerebral.

Apunto estas ideas a partir de la llegada a Lima de dos volúmenes impecablemente editados por Acantilado, que contienen una muestra de cien entrevistas a grandes escritores de todo el mundo publicadas en la mítica The Paris Review, entre 1953 y 2012. Desde ya, se trata de un libro escuela que responde casi siempre con suficiencia la pregunta: ¿cómo hacer una entrevista de fondo? Es posible que los dos volúmenes se dirijan en primer término a lectores de literatura dotados de un cierto bagaje de conocimientos y lecturas; sin embargo, un mérito de esta compilación es que del mismo modo podría incentivar la curiosidad por descubrir a un autor.

Me pongo como ejemplo. Mi conocimiento del mundo de John Irving (1942), por mencionar un caso, es prácticamente nulo. Pero luego de leer la entrevista de Ron Hansen (volumen II, pp. 1557-1587) y en especial la declaración: “Sigmund Freud fue un novelista con formación científica, aunque él no supiera que era novelista. Y como tampoco los condenados psiquiatras que han venido después de él se han dado cuenta de que era un novelista, han interpretado de un modo completamente demencial sus intuiciones” (p.1565), me parece haber recibido una invitación muy tentadora a buscar algo de Irving.

Imagine ahora un mapamundi de escritores. Estarán, estoy seguro, la mayoría de los canónicos, entre nobeles y otros distinguidos con premios importantes y tocados por una fama que no sería exagerado llamar ya universal. Por nuestra lengua aparecen Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Camilo José Cela (con la petulancia de siempre), Javier Marías y Jorge Semprún (ninguna mujer de habla hispana en la selección, lo que resulta un poco ominoso y no es por pedir paridad). De cualquier forma, son cien entrevistas para perder el aliento.

The Paris Review. Entrevistas (1953-2012). Traducción de M. Belmonte, J. Calvo, G. Fernández Gómez y F. López Martín. Barcelona: Acantilado, 2020.

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