Marinana Calvo Pérez

Y las Universidades, ¿para cuándo?

Parece que como país seguimos sin entender que sin educación no tenemos futuro. Todo está abierto: cines, bares, restaurantes, entre otros, pero las Universidades e Institutos siguen en su mayoría en la virtualidad.

Durante meses, colectivos de padres de familia se organizaron y ejercieron presión sobre nuestras autoridades para garantizar que los colegios regresaran a la presencialidad. Como sabemos, hemos sido de los últimos países en la región en regresar a las aulas, y no del todo. Hoy, dos años después del inicio de la pandemia, la mayoría de los estudiantes siguen yendo al colegio solo por unas horas. 

Pero la situación de la educación superior es aún peor. El colectivo “Educación Superior Perú” indica que, en el caso de esta, la virtualidad se mantiene mayoritariamente, perjudicando a millones de jóvenes. 

¿Qué ocurre? La Resolución Viceministerial N° 015-2022-MINEDU (RVM 15) les da la potestad a las Universidades e Institutos de determinar la “flexibilidad” en sus modelos de enseñanza, lo que en la práctica permite que las instituciones decidan cuantas horas presenciales pueden ir los estudiantes, sin mínimos establecidos.  Además, no hay norma que exija el retorno para academias preuniversitarias e institutos superiores.

De esta manera, muchas Universidades mantienen un mínimo de clases presenciales, a la cuáles muchos alumnos no pueden acceder. Y aquí hablamos incluso de las universidades más prestigiosas del país, en algunas de las cuales los turnos de inscripción se basan en las notas. De esa manera, si tú eres un alumno al cuál no le fue bien con la educación virtual, y no sacaste buenas notas en los últimos siclos, posiblemente porque esta no es una modalidad adecuada para ti, estás condenado a no alcanzar ningún turno presencial y seguir en la virtualidad. De esta manera, se sigue perpetuando una situación de desventaja para los alumnos que cuyo aprendizaje no es óptimo en la virtualidad. 

A pesar de que las consecuencias a largo plazo del tardío retorno presencial serán inmensurables, y ya vienen siendo muy graves en términos de pérdida de aprendizajes y de salud mental, no se oye una presión ciudadana fuerte. En el caso de a educación primaria y secundaria han sido los padres quienes se han movilizado, y en este caso son los mismos jóvenes quienes deben tomar el toro por las astas. Es verdad que muchas veces la virtualidad puede traer algunas ventajas, como el ahorro de horas perdidas en el nefasto sistema de transportes público de nuestras ciudades, costos de transporte y alimentación, entre otros, pero la realidad es que lo que se están perdiendo nuestros jóvenes no tiene precio. 

El colectivo “Educación Superior Perú” y la Defensoría del Pueblo ya han hecho un llamado tanto al MINEDU, para que pueda revertir esta situación modificando la Resolución Ministerial mencionada arriba y hacer las clases presenciales obligatorias, como a la SUNEDU e INDECOPI, entes reguladores de Universidades públicas y privadas. Pero necesitamos que alguien se coma este pleito. ¿Qué hay de nuestros Congresistas jóvenes, que tienen el deber de velar por el desarrollo y productividad de los jóvenes peruanos? Alejandro Cavero, Sigrid Bazán, Diana Gonzáles, Rosangela Barbarán, entre otros. ¿Alguno que esté dispuesto a tomar esta batalla por el futuro de nuestros jóvenes?

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

 

 

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Minedu, universidades

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