Querida Manuela,
Te quisiera contar sobre una forma de arte que no llegaste a conocer, el cine (abreviatura de cinematógrafo o cinematografía). Es difícil de explicar, pero en sencillo, es el concepto de «imagen en movimiento». Un arte que empieza en París el 28 de diciembre de 1895 con los hermanos Lumière y el cine mudo y que se desarrolla hasta la actualidad. Estoy segura de que te hubiese encantado.
Soy una apasionada del cine ya que me lleva a vivir historias profundas que llegan a mover emociones. En la actualidad, el cine tiene un alto número de seguidores que han generado la creación de festivales, asociaciones, redes que lo fomentan y toda una industria. Es así que desde hace 26 años la Pontificia Universidad Católica del Perú realiza el Festival de Cine de Lima. Los días del festival se vuelven dedicados a ponencias, muestras, exposiciones, conferencias, así como exhibiciones de películas de todas partes del mundo, pero con mayor énfasis latinoamericanas. Este año se presentó la impecable muestra Rebeldes y Valientes.
Esta exposición presenta las primeras siete décadas de la historia del cine en el Perú (1899- 2019), pero desde la visión de las mujeres y su rol detrás de cámaras, por ello su importancia. Primera vez que se realiza una muestra de este tipo, en la que se contextualiza el cine en el Perú y el mundo. La historia empieza con el cine mudo, un arte muy costoso donde había poca presencia femenina y es con el cine sonoro que se expande la industria y entran las mujeres que se dedicaban al cuidado, la estética, la administración y la logística. Esta situación es la misma que ocurre con la revolución industrial y la necesidad de mano de obra para suplir las tareas que serían prolongaciones naturales de sus labores domésticas o de cuidado.
En la muestra hay dos etapas. Una primera que va desde el cine mudo hasta 1972, cuando la industria era totalmente dominada por hombres. Al abrirse nuevas oportunidades laborales esta se vuelve más accesible y se expande la presencia femenina detrás de cámaras. La segunda etapa va desde 1972 a la fecha, cuando hay un alto número de mujeres involucradas, con mayores responsabilidades, como directoras, productoras, editoras, asistentes de dirección. Estos cambios ocurren también dentro de contextos históricos, como el voto a la mujer, los derechos laborales de las mujeres, el divorcio y el movimiento feminista. Considero que la conclusión más importante a la que llega la exposición es que las mujeres en la industria siempre serán un cuarto de la fuerza laboral y que esta situación no parece cambiar ya que en los últimos 10 años (2009-2019), los largometrajes o mediometrajes dirigidos o codirigidos por mujeres suman la sexta parte de las producciones dirigidas por hombres. En los últimos 50 años la mitad de la fuerza laboral femenina se ha concentrado en áreas vinculadas a la logística, estética y cuidado, que son de menor remuneración e importancia.
Esta muestra es un acervo de información valiosa de nuestra historia. El pasado nos debe alimentar para en el futuro tomar acciones, en este caso, ver cómo podemos generar políticas que fomenten no solo el arte, sino también la participación de la mujer en labores creativas. La Ley 19327 derogada en 1992 cambio las condiciones y hasta la fecha no hay una clara visión como país de lo que deseamos del séptimo arte. La muestra física ya no se encuentra en la galería del Centro Cultural de la PUCP, pero toda la información permanece virtualmente en la página www.festivaldelima.com, como los perfiles de las 1100 mujeres Rebeldes y Valientes que se dedicaron a abrir el camino para que las nuevas generaciones alcancen sus sueños.
