Si vives en el Cercado de Lima, hay algo que debes saber: desde hace 20 años el cobro de los arbitrios de limpieza pública, a cargo de la SAT, es transferido íntegramente con el fin de compensar a una sola empresa: Innova Ambiental, antes RELIMA. Así lo señala la cláusula cuarta de la adenda al contrato de concesión, con fecha 3 de junio de 2002, en donde se acuerda que los 4 millones 755 mil soles mensuales que recibe la empresa han de provenir del impuesto que pagan los vecinos de este distrito.
En la eventualidad que la cantidad recaudada no sea suficiente para llevar a cabo el pago, la municipalidad se responsabiliza por el saldo restante. En la cláusula quinta establece: “en caso que el monto transferido no cubra el total del costo del servicio la diferencia será asumida por LA MUNICIPALIDAD, la cual queda autorizada para resarcirse con la recuperación de los arbitrios no cancelados en dicho periodo”. Ahora, ¿a quién se le exige dicha compensación? Está claro que no es a la empresa, por lo que vale preguntarse si es que esto se traduce en un aumento de los cargos tributarios, en perjuicio de los habitantes de Cercado de Lima.
Pero esto no solo concierne a un asunto de responsabilidad tributaria de un distrito y los manejos administrativos cuestionables de la comuna. Sudaca ha reportado en las últimas semanas acerca de la incomprensible extensión del contrato de Innova Ambiental que terminó en 2015, pero que mediante adendas de 120 días se ha enquistado desde 1995 hasta el día de hoy como concesionario por plazo indefinido del servicio de limpieza pública. Asimismo, esta empresa ha sido materia de múltiples denuncias públicas y procesos, que en su mayoría reclaman la paupérrima función de cuidado ambiental, en perjuicio de la salud de las personas que viven o trabajan cerca de la planta y rellenos sanitarios.
A las prórrogas indefinidas y preocupaciones sobre impacto ambiental se suman incumplimientos graves de las condiciones del contrato de concesión. Particularmente, el caso de la planta de transferencia que nunca construyó, y que en cambio le fue cedida por la MML. En relación a esto se descubrió que no solamente habría una violación de un contrato oficial, sino que Innova recibió un beneficio que ascendía a 2 millones de dólares, por la venta de terrenos que presentaron en la licitación y jamás utilizaron.
La historia del servicio de esta empresa es problemática. En el Anexo 01 a la adenda de mayo de 2000, la municipalidad expone múltiples incumplimientos y aspectos en los que muestra disconformidad. Principalmente son objeciones a los precios unitarios que ofrece Relima, así como el incumplimiento respecto de la construcción de un laboratorio de pruebas en el relleno sanitario, la elaboración de estudios administrativos sobre los residentes en Lima Cercado, entre otros. Sin embargo lo más preocupante de este informe se encuentra en el apartado 7 sobre el personal de supervisión, el mismo que a la fecha era pagado por Relima.
Basta comprender la naturaleza sensible del trabajo que realizan los operadores de balanzas para darse cuenta que bajo ningún concepto el proveedor puede estar involucrado en la remuneración. Como se verá a continuación, el servicio de limpieza pública que tiene a cargo Innova supone varias actividades y operaciones, cuya cotización está sujeta a mediciones en toneladas, kilómetros y metros cuadrados. El grueso del beneficio que obtienen radica en las toneladas de residuos recolectados, movilizados y transferidos. Motivo por el cual esto supone un grave conflicto de intereses y sugiere una práctica por lo menos muy cuestionable.
Si bien esto podría apuntar hacia una irregularidad grave de cobros indebidos, el hecho de que la empresa pagó al personal de supervisión en dicho periodo no es determinante. No obstante, Sudaca ha accedido a información con respecto al manejo de la parte operativa de la recolección y el transporte de los residuos, que a toda vista encarece de forma innecesaria el servicio, a expensas de la municipalidad.
Para entender por qué la operación parece no estar siendo manejada de manera óptima, primero hay que comprender en qué consiste el servicio que hace Innova. En primer lugar, este consta de 3 etapas. La primera se encarga de la recolección y transporte de los residuos en Lima Cercado, que son llevados a la planta de transferencia Huayna Cápac, ubicada en San Juan de Miraflores, a 28 kilómetros. Luego, una segunda etapa consiste en mover los residuos a vehículos más grandes que luego son transportados al relleno sanitario Portillo Grande en Lurín, donde se lleva a cabo la disposición final. Cabe mencionar que este trayecto adicional supone un recorrido extra de 34 kilómetros.
Ahora bien, la distancia del Cercado de Lima al otro relleno sanitario del que dispone Innova, el Zapallal, es de 30 kilómetros. ¿Por qué entonces se recorre prácticamente el doble de distancia para la disposición final? ¿No sería más eficiente transportar los residuos directamente a Carabayllo, sin incurrir en un viaje adicional innecesario de 32 kilómetros? ¿Innova Ambiental toma esta decisión por mera incompetencia o acaso hay algún provecho que obtiene de esto?
Sudaca habló con fuentes de la empresa para poder aclarar esto, además de otros puntos sensibles que han sido desarrollados en los informes previos. El tema de la operación de la planta de transferencia, en el que Innova cobra 39.898 soles por tonelada (25 mil 900 soles diarios, considerando las 650 toneladas de residuos que se recogen en Cercado al día) exige una explicación. ¿Por qué llevan los residuos hasta Portillo Grande, cuando El Zapallal está más cerca? Si se llevasen directamente a Carabayllo se eliminaría la etapa de la planta de transferencia, lo que en principio supondría no solamente una operación más eficiente, sino que también sería un ahorro sustancial para la municipalidad de Lima; cifra estimada en 9 millones y medio de soles anuales.
De acuerdo a las fuentes de Innova esto se debe a 2 razones: la primera es que ir a Portillo Grande es mucho más eficiente que ir a El Zapallal, a pesar de que la distancia hasta el primero sea el doble. En este sentido, ir a Lurín supondría un ahorro de energía, un ahorro de horas hombre y una menor emisión de gases de efecto invernadero. Es decir, en la decisión de ir a Portillo Grande habría consideraciones de carácter ambiental. La segunda razón que declaran es que la etapa de la planta de transferencia es fundamental. En esta, los residuos son compactados y transportados a camiones ‘madrina’, los cuales tienen una capacidad tres veces mayor que los camiones recolectores urbanos. Así, solo se necesita un chofer y un vehículo para la disposición final en el relleno, en lugar de tres. De esta manera la operación obedecería a criterios técnicos y ambientales.
En defensa de Innova
Fuentes de la empresa recibieron las interrogantes y críticas realizadas, y en función a ellas emitieron el siguiente descargo:
La primera cuestión que ha sido aclarada es sobre los 18 vehículos adquiridos con la renovación de contrato en 2005, que según contrato debieron pasar a propiedad de la municipalidad. Innova refiere que en una carta de noviembre de 2021 puso a disposición de la municipalidad dichos camiones, pero en junio de este año la MML responde que estos serán recibidos al finalizar el contrato de concesión.
En la misma línea, en lo que respecta a la construcción de la planta de transferencia la empresa señala lo siguiente: mediante la Adenda del 25.06.1996 que modifica ese punto del contrato (segundo párrafo literal g de las bases de licitación pública internacional), la MML pone a disposición la planta de transferencia Huayna Cápac, cuya construcción había concluido. A cambio, el concesionario dejaba de cobrar S/ 66,000 mensuales por concepto de Inversión en la Instalación de la Planta de Transferencia y una reducción de 21.25% en la incidencia de dicho concepto en costos financieros, imprevistos y utilidad.
Por otro lado, acerca de los problemas que presenta El Zapallal, las denuncias de incumplimiento de protocolos, y el impacto ambiental que supone la operación de dicho residuo sanitario, ellos responden que las buenas prácticas de Innova Ambiental en la gestión de El Zapallal se evidencian en los resultados de sus monitoreos ambientales. El último de ellos, que data de mayo de 2022, incluye estándares de calidad de aire y ruido establecidos por el MINAM y PCM correspondientemente.
Los hallazgos concuerdan con las afirmaciones, pues los niveles se encuentran por debajo de los estándares establecidos por las autoridades. Asimismo, sostienen que la empresa es fiscalizada de forma constante por el OEFA y MML.
Sobre la denuncia a la Fiscalía Especializada en Medio Ambiente de Lima Norte que el Comité Parlamento 10 presentó en 2021 y los reproches de que en 25 años Innova no haya creado una centralización de biogases que evite el mal olor y contaminación de la zona responden:
“Acogiéndose al DS 010-2020-MIMNAM, el 26 de julio de 2022 Innova Ambiental remitió al MINAM un PAMA para gestionar futuras ampliaciones (seis años) de El Zapallal y mejorar procesos. Entre esas mejoras figura un sistema de centralización de biogases”. A esta declaración hay que sumar la contestación acerca de los metales pesados que un estudio de 2017 de impacto ambiental halló en la zona de Lomas de Carabayllo.
Según este reporte, la contaminación proviene de la entrada a una mina no metálica y la zona industrial, no al relleno ni sus operaciones. De igual manera, cuando se les interrogó acerca de la vida útil del relleno sanitario, respondieron que esta no se mide en años, sino que se calcula en volúmenes. Además, ante la pregunta sobre la posibilidad de reubicar el relleno no ofrecieron respuesta.
Por último, Innova informa a la opinión pública que cuenta a día de hoy con una certificación ISO (International Standardization Organization) Anticorrupción, la cual fue emitida en noviembre de 2019 y se encuentra en proceso de revalidación.
La respuesta de SONARE
Ante el descargo de Innova, fuentes en la Sociedad Nacional de Residuos Sólidos (SONARE) responden que la empresa está justificando su actividad irregular en un marco legal que no se encuentra vigente. En este sentido, el DS-010-2020-MINAM culminó en octubre de 2020, hecho por el cual ahora estarían operando sin permisos. Asimismo, de acuerdo al DL 1278, la licencia de funcionamiento del relleno sanitario debe ser otorgada por la municipalidad distrital; y ellos no cuentan con licencia, ni en Zapallal ni en Portillo.
A pesar de todo ello, si bien ambas partes han presentado documentación que sustenta de una manera u otra sus afirmaciones, no deja de ser alarmante la pasividad de las autoridades por subsanar la concesión en materia estricta del contrato. Con todo, no deja de ser curioso que en el mismo portal institucional de INVERMET (organismo descentralizado supervisor de la municipalidad de Lima) se señala que el plazo de concesión es de 120 días, término que se sigue sucediendo en un bucle infinito desde 2015.
